El Editorial

Poner de nuestra parte

A medida que aumenta el flujo vehicular en las calles de nuestro país, producto de que la gente “normalizó” la pandemia, es más evidente el deterioro de las vías, la falta de señalización y de semáforos que funcionen.

Sumado a esto, ya nadie respeta los cruces y los rayados, ni el alto en los pocos semáforos que aún están en servicio. Ni qué decir de la total ausencia de policías de tránsito.

Poco a poco el caos vuelve a adueñarse de la vida de los venezolanos.

Se necesita que los gobernantes asuman sus obligaciones para con la ciudadanía, que se reactiven las políticas públicas en material vial, que se refuercen las reglas de tránsito, pero más allá, es urgente que los ciudadanos tengan sentido común.

Conductores y peatones debemos asumir nuestras responsabilidades viales. En Analítica creemos firmemente que todos tenemos que poner de nuestra parte si queremos volver a ser país. Empecemos por nosotros mismos. Tomemos conciencia.

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Un comentario

  1. La actitud cívica, comportamiento cívico o civilidad se concreta en la persona que cumple con sus deberes de ciudadano, respeta las leyes, contribuye al funcionamiento correcto de la sociedad y al bienestar de los demás miembros de la comunidad.

    La civilidad se considera una especie de virtud deseable en todas las personas, en todos los momentos y épocas. Existe civilidad cuando el trato entre dos o más personas y su interacción es de sana convivencia, respeto consideración en el trato; la civilidad entonces es cortesía, amabilidad, urbanidad, cordialidad, buena educación, respeto y otras más. Implica cumplir con reglas y normas que apuntan a lo que debe hacerse y no debe hacerse, preceptos de sentido común y que se han estructurado en la sociedad por costumbres y cultura local, así mismo por la regla básica de tratar a otros como uno quisiera ser tratado.

    Nos falta mucho para alcanzar una civilidad coherente, y la causa está en la pobreza espiritual que padece la comunidad. En todo caso, hasta en países desarrollados, como Alemania, estamos advirtiendo el daño de los que crean rebeliones fundadas en ideologías

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