¿Qué pasa?
¿Qué pasa con los líderes de la oposición que cuando el vicepresidente del CNE, Ezequiel Zamora, declara angustiado el pasado sábado que hay algo podrido en el Reino de Dinamarca, o mejor dicho, en el propio Consejo Nacional Electoral, brillan por su ausencia, permanecen herméticos? Tal vez piensan que los fines de semana son sólo para descansar o para recargar energías. Será que Mendoza, Salas o Julio Borges, por sólo mencionar a algunos de los «presidenciables», están demasiado ocupados en preparar el día después.
¿Qué pasa con los líderes de la oposición cuando los representantes de la OEA declaran y piden que deben estar en todas las fases de la verificación de las firmas de los revocatorios? A lo mejor esos líderes están ponderando cuál será el próximo paso que pueden efectuar, sin afectar la precaria unidad existente.
¿Qué pasa con los líderes de la oposición cuando la mayoría oficialista de la Asamblea Nacional decide reformar nuevamente el reglamento interno de debates y amenazan con sesionar fuera de la sede del Parlamento? ¿Es que acaso esa iniciativa no es lo suficientemente grave como para que los líderes se pronuncien al respecto?
¿Qué pasa con los líderes de la oposición cuando el presidente del Tribunal Supremo de Justicia declara, con respecto a la nueva ley del mismo organismo, que ésta puede sancionarse con una mayoría simple de la Asamblea Nacional y que las dos tercera partes que se exigen para la aprobación de una Ley Orgánica solo es necesaria para la presentación de la misma? A lo mejor esto no es un aspecto que les concierne, porque se resolverá el día después.
¿Qué pasa con los líderes de la oposición, que no saben aprovechar y orientar a las masas que de forma entusiasta, multitudinaria y efusiva acude a la calle para conmemorar el 23 de enero?
¿Que pasa con los lideres de la oposición que no logran definir una política adecuada para atraer al creciente grupo de ni-ni, sin los cuales el éxito del referendum se vería comprometido?
Nos preguntamos hasta cuándo los dirigidos superarán a la dirigencia. La verdad es que hasta ahora hemos visto que la capacidad de respuesta de los actuales líderes de la oposición es lamentable. Esperamos que las trágicas circunstancias del país hagan que el liderazgo despierte y se coloque a la altura de este noble y valiente pueblo.
