Que se imponga la paz
Dos visiones han dividido a un país durante casi 18 años. La bomba social estalló y dio paso a la Venezuela fragmentada que tenemos hoy en día.
Sin embargo, la esperanza no cesa. La lucha por la realización, en el 2016, del referendo revocatorio presidencial sigue en pie y los llamados a la protesta pacífica han marcado una diferencia en las calles venezolanas a pesar de la crisis social que se vive.
En la última semana la persecución política por parte del Gobierno hacia quienes le adversan se ha radicalizado. En tan solo ocho días el director de Reporte Confidencial, Braulio Jatar, y Alejandro Puglia, quien es director de la Oficina de Seguimiento y Evaluación de la Presidencia de la Asamblea Nacional, tienen órdenes de privativa de libertad y aunque las imputaciones son «legitimación de capitales» para uno o que el periodista voló un dron, a pesar de la prohibición del INAC, detrás de todo hay un duro golpe a la libertad de expresión y de pensamiento.
El punto clave en esta semana terminó con el alcalde de El Hatillo e integrante de Voluntad Popular, David Smolansky, quien recibió una citación del Sebin como parte de una investigación “por la difusión de falsas noticias” en relación al lugar y las condiciones en que se encuentra detenido su compañero de partido Yon Goicochea.
La lista de perseguidos por disentir crece. Según el Foro Penal Venezolano, el actual gobierno radicalizó la persecución política. En enero de 2016, a dos años del mandato de Nicolás Maduro, habían 88 presos políticos y en nueve meses la cifra es aproximadamente de 188 privados de libertad; todos opositores al chavismo.
El pueblo venezolano sigue hablando en la calle y la paz se impone en la busca de una salida pacífica, electoral y democrática, todo esto a pesar de la crisis, de la escasez de alimentos y medicinas, de la inseguridad, la conflictividad política y el llamado de algunos sectores radicales (oficialistas y de oposición) al enfrentamiento.
En estos momentos ningún partido político u organización tiene la fuerza por sí sola, ni el PSUV ni la MUD. Y definitivamente el pueblo venezolano habló el 1° de septiembre y lo sigue haciendo. Su camino es la paz.
