¿Queremos seguir viviendo enfrentados?

Uno de los mayores desafíos de toda sociedad organizada es la tendencia, muchas veces fomentada desde el poder, a dividirnos en un irreconciliable «nosotros» y «ellos». Esta separación, inducida con frecuencia, puede basarse en ideologías, creencias, etnicidad, sexualidad o cualquier otra diferencia utilizada para establecer barreras que parecen insalvables.
Sin embargo, si preguntáramos a los integrantes de esos grupos supuestamente opuestos cuáles son sus aspiraciones de vida, nos sorprenderíamos al descubrir cuánto tienen en común.
¿Qué es lo que realmente desean la mayoría de las personas? Vivir en paz. Brindar a sus hijos oportunidades de superación educativa. Tener empleos dignos y satisfactorios. Contar con acceso a un sistema de salud eficiente, una justicia imparcial y un aparato de seguridad ciudadana que actúe con honestidad y eficacia.
Es posible alcanzar estos objetivos si nos comprometemos a superar las divisiones y trabajar juntos hacia el bien común. Solo así podremos garantizar un futuro donde cada individuo tenga la oportunidad de alcanzar sus metas personales, contribuyendo al mismo tiempo al progreso y la armonía de nuestra nación.