El Editorial

Quien siembra vientos cosecha tempestades

El caso Crystallex

Una escena impactante que quedó profundamente grabada en la memoria colectiva de los venezolanos fue la de aquel mandatario, parado en una esquina de Caracas, vociferando: “Exprópiese, exprópiese, exprópiese”.

Un Estado tiene el derecho a expropiar, pero el ejercicio de su soberanía conlleva responsabilidades tanto a nivel nacional como internacional que lo obligan a indemnizar de manera justa al expropiado.

La Corte Suprema de los EEUU se negó a dirimir la apelación solicitada por Venezuela sobre un fallo de un tribunal inferior que permite a la minera canadiense Crystallex intentar incautar las acciones de Citgo para cobrar la indemnización que le había sido otorgada por laudo arbitral. El caso regresará al Tribunal de Delaware que lo venía considerando.

Eso pone a Venezuela en grave riesgo de perder a Citgo porque ese Tribunal es el mismo que antes había decidido en favor de la empresa canadiense, aunque temporalmente estemos protegidos por una decisión del Departamento del Tesoro de los EEUU. Además, sentado ese precedente, otros acreedores de la República podrían seguir el mismo camino.

Pero regresemos al origen del caso Crystallex para entender lo que ahora ocurre:

Otra empresa canadiense, Placer Dome, tenía la concesión para la explotación de la mina de oro Las Cristinas en el estado Bolívar. Placer Dome decide vender esos activos, operación que es desconocida por el gobierno venezolano, que decide quitarle la concesión.

En el año 2002, el presidente Chávez le otorga los derechos para explotar Las Cristinas a la otra empresa canadiense, Crystallex. Sin embargo, posteriormente Chávez la nacionaliza alegando que: «Esos minerales son para los venezolanos, no para las transnacionales».

Se inicia así un tortuoso proceso de arbitraje ante el CIADI (tribunal de arbitraje del Banco Mundial) que gana Crystallex, a la cual se le otorga una indemnización de $ 1.200 millones que la República no canceló. El caso es llevado a una Corte Federal en Washington que aumenta la indemnización de Crystallex a $ 1.400 millones. La República convino en un pago que después no cumplió. Lleva entonces la empresa canadiense el caso a un Tribunal en Delaware -donde está incorporada Citgo- y solicita cobrarse con activos de esta última. Citgo se opone alegando que la República y Citgo son dos entidades diferentes.

El caso se complica. El Tribunal de Delaware decidió que perteneciendo Citgo a PDVSA Holding y siendo esta una filial de PDVSA que a su vez pertenece 100% a la República de Venezuela, Citgo termina siendo un “alter ego” de la República y en consecuencia que Crystallex podía proceder a incautar sus activos en compensación por la expropiación de que fue objeto.

A ese Tribunal es al que ahora regresa el caso después de la decisión de la Corte Suprema de Justicia de los EEUU a la cual se hizo referencia al principio.

Está en riesgo Citgo que ha sido el principal brazo comercializador del petróleo venezolano. Además de Crystallex existen varios arbitrajes internacionales que la República ha perdido y no ha pagado y que intentarán cobrarse con los activos de nuestra empresa.

El caso se complica aún más porque el 100% de las acciones de CITGO fueron gravadas por el régimen sin autorización de la Asamblea Nacional: 51,1% para garantizar el pago de los bonos 2020 y 49,9% dadas en garantía por un préstamo de $ 1.500 millones otorgado por la empresa rusa Rofsnet.

Si perdemos Citgo, PDVSA quedaría mortalmente herida. Habríamos perdido nuestro principal acceso al mercado. Sería el resultado de dos décadas de decisiones y acciones de unos advenedizos dogmáticos que creyeron que con El Capital de Marx bajo el brazo podían hacer y deshacer como les viniera en gana con el destino de Venezuela. Hoy estamos pagando las consecuencias. Quien siembra vientos cosecha tempestades.

@josetorohardy, editor adjunto de Analítica

https://soundcloud.com/metricas-analitica/el-editorial-quien-siembra-vientos-cosecha-tempestades/s-9ss7RciF2np
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Un comentario

  1. El autor del artículo es una persona muy acuciosa y que conoce muy mucho del tema petrolero, especialmente bajo la perspectiva de los procesos económicos implícitos en ese negocio tan competitivo y complejo a nivel mundial. Más con el tiempo y luego de los tediosos e incompresibles tres tomos de EL CAPITAL (y que algunos nunca llegamos a entender del todo desde la lejana época de estudiantes), salvo que era un análisis de cómo enseñarle a los capitalistas como funcionaba nuestro sistema económico y que, hoy se parece un poco menos a la economía moderna, dinámica, globalizada y cambiante de criptomonedas y «petros», dentro de al algo que es el mundo financiero y que igual, tampoco lo entendemos para nada. Ya serían Lenin, Stalin, Trostky y sus arrumes revolucionarios que inventarían lo del comunismo y la Revolución Bolchevique… Y todo esto, ¿ para qué ?. En realidad, lo expresamos para resaltar algunos fenómenos económicos, políticos y militares que, hacen ver el petroleo , el oro, los diamantes y todas las demás como mercancías que se ofertan, compran y venden como cualquier otro bien transable, pero no siempre evidenciando los aspectos más ocultos de nuestros agentes o actores económicos.Así, lo expresado por el profesor Toro Hardy sobre Crystallex, Placer Dome y Las Cristinas, Citgo, PDVSA, nos muestra lo complejo de este aceite apestoso que trae el mundo de cabeza y por el que han muerto millones de personas y traído desgracias a media humanidad.Sin embargo, no todo queda en ese punto : Hoy 116 países están exigiendo explicaciones y responsabilidades a China por no alertar sobre la expansión del CORONAVIRUS y sus posibles ramificaciones por décadas sobre una humanidad aterrorizada que, parece condenada a morir infectada sin tener responsabilidad alguna, sobre un arma potencialmente más poderosa que un misil de largo alcance ; O la responsabilidad y demás consecuencias legales de JOHNSON’S por habernos espolvoreado el trasero con su talco desde que nacimos y ahora es un cancerígeno que, apenas están sacando del mercado a cuenta gotas y en pocos países ; O la compra por parte de BAYER y sus peligrosos gases de exterminio durante la II Guerra Mundial , de MONSANTO y sus transgénicos mutantes de toda genética animal y vegetal al estilo de la TALIDOMIDA de triste recordatorio para la humanidad y sus deformaciones físicas en los niños…¿ Es el lucro en ese sistema aberrante y no exterminado el que nos gusta por que da empleo y falso bienestar ?. Si es así, estamos pagando un precio muy alto : nuestras vidas y la de nuestras familias. En consecuencia, solo cabe una sola pregunta : No será que para todos ha llegado el momento de afirmar interrogativamente que ¡ QUIEN SIEMBRA VIENTOS COSECHA TEMPESTADES !.

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