¿Quiénes creen en el diálogo?
La esencia de todo está en entender si actualmente existen posibilidades reales de dialogar y obtener algún resultado positivo con un régimen que no cree en la democracia.
Un sistema político como el que pregonan quienes actualmente detentan el poder es por su propia naturaleza anti democrático, como lo fue en la URSS y como lo son aún hoy Cuba y Corea del Norte. En estos estados, y otros más parecidos, se considera que la democracia es una institución burguesa que debe ser superada en aras al bien colectivo del pueblo. Por eso no entienden de separación de poderes, de alternancia, de oposición, ni de la existencia de partidos políticos distintos al dominante.
Un diálogo en esa circunstancia solo puede producir algún tipo de resultado si la parte totalitaria percibe que el agua le está llegando al cuello lo que no pareciera ser la situación hoy en Venezuela.
Por eso no acabamos de entender a quién se le puede haber ocurrido, en el seno de la MUD, que era conveniente desestimular las sanciones internacionales particulares para aquellos funcionarios del régimen que estuvieran, de una u otra manera, implicados en violaciones de derechos humanos.