Renovando la fe
Serán finalmente este domingo las tan habladas elecciones primarias de la oposición para elegir candidatos en algunas regiones del país. Buen día y buen acontecimiento, y mejor lo de “algunas regiones”. Porque además del hecho democrático que es una elección en la cual todos los que aspiran a una responsabilidad se someten a la decisión popular, es importante y digna de gran reconocimiento la labor de la Mesa Unitaria Democrática.
Mucho se la ha criticado y mucho se ha hablado de ella, pero la realidad es que esa unión de partidos y organizaciones que es la MUD ha logrado el consenso en mayor parte de las regiones del país, y ese consenso es un paso de avance fundamental hacia una unión verdadera. No es nada fácil esa labor, exige buena voluntad, capacidad de escuchar, de analizar, de proponer y una enorme generosidad –que en esta cuestión es, en realidad, sentido claro de la praxis política- para poder conducir a la oposición hacia una reconquista del poder.
Haber logrado consensos en todo el país es la base para desarrollar un verdadero programa de país –programa de gobierno- que presente al pueblo una opción creíble, comprensible, atractiva, coherente y realizable para un nuevo gobierno a partir de 2012.
Hace 52 años tres líderes fundadores de sus partidos acordaron un consenso básico y no demasiado complicado para gobernar a Venezuela, democrática y eficientemente, tras ser barrida la dictadura. El Pacto de Punto Fijo duró cinco años –incluso con la absurda defección de URD- y fue una plataforma que consolidó la democracia y la Venezuela de avanzada por treinta años, hasta que circunstancias ajenas erosionaron a los responsables de ese acuerdo que ya era un estilo, los partidos políticos.
Ahora no son tres líderes sino un conglomerado de dirigentes quienes van acordando bases y acuerdos para una gran plataforma. Mucho más que un simple Pacto de Punto Fijo, es una amplitud pactada, incluyente y predominantemente joven.
Buenas razones para renovar, como nunca, la fe y el optimismo.