Todos somos necesarios, ninguno es indispensable
Para poder salir de esta desastrosa situación tenemos que sumar esfuerzos y dejar de lado la preponderancia y la búsqueda de la prominencia. No hay un solo factor de la gran sociedad venezolana que deba ser excluido, pero tampoco es admisible que unos se sientan o se crean superiores a los demás.
En la lucha por la libertad lo único que vale es la suma de los factores y debemos aunar esfuerzos para lograr una posición común que refleje el interés de todos en lograr salir de esta deplorable e inadmisible situación que ha sido el producto de más de veinte años de incompetencia, corrupción, deshumanización y prepotencia de los que se consideraban a sí mismos como salvadores de la patria y creadores del hombre nuevo, que resultó ser un engendro pernicioso que se nutrió del erario público y de la miseria de la inmensa mayoría de los venezolanos.
Por eso hoy, más que en 1958, se requiere el esfuerzo conjunto de los políticos, de la sociedad civil, de las Iglesias, de los trabajadores y campesinos, de maestros, profesores y estudiantes, de todo el personal de la salud, de los empresarios y emprendedores, de los militares activos o retirados, de ricos y pobres, que uniendo voluntades podrán terminar doblegando al perverso ensayo de imponernos a la fuerza el socialismo del siglo XXI.
Adelante compañeros, rezaba el lema de uno de los principales partidos del siglo XX. Hoy, el lema debe ser levántate Venezuela, que llegó la hora de la unión.
