Una realidad comprobada
La democracia quizás no sea perfecta pero sigue siendo el sistema más propicio para la prosperidad de más personas
Busque usted en el mundo y, salvo algunas monarquías petroleras con pocos habitantes y mucho crudo que beneficia principalmente a empresas multinacionales y a los pocos afortunados miembros de la familia gobernante, realidad en lenta decadencia, el bienestar popular y el crecimiento socioeconómico de las naciones está en plena integración con la democracia. La dictadura económicamente poderosa es China, y eso porque la tiranía comunista obliga a los emprendedores nacionales y venidos de afuera a tener al Estado como socio, para crecer, siempre y cuando ganen dinero siempre y cuando respondan a los intereses del Estado, es bueno recordar los casos de Alibaba o la caída del gigantesco sector inmobiliario.
La falta de democracia pone el máximo poder en manos privilegiadas con poder social y político en la mano, y genera fuerza de un grupo pero escasa confianza en la masa inversora –que integra gigantes y pymes- cuya protección no depende de leyes para todos sino de la relación amistosa con el grupo gobernante.
La democracia quizás no sea perfecta pero sigue siendo el sistema más propicio para la prosperidad de más personas. La democracia incentiva, la dictadura controla, que no es lo mismo.