Zelensky ante el Congreso de los Estados Unidos
En estos últimos días el presidente de Ucrania, Volodomir Zelensky, se ha dirigido en sesiones plenas a la Cámara de los Comunes del Reino Unido, al Parlamento de Canadá y al Congreso de los Estados Unidos, reunido en ambas Cámaras.
En momentos tan duros para Ucrania y el mundo, Zelensky demostró que es uno de los pocos líderes políticos que han logrado enfrentarse con coraje a situaciones tan dramáticas bajo adversas condiciones, cuando muchos pensaban que lo iban a acabar por no estar preparado para organizar una resistencia frente a un país invasor, con un ejército muy poderoso.
En su discurso del miércoles frente a un Congreso con partidos pocas veces tan unidos como lo están ahora frente a la defensa de Ucrania, en las tres sesiones ante los parlamentarios Zelensky dejó claro que Putin no solo quiere apoderarse de su país, sino destruirlo, movido, como lo fue Catón con Cartago, por la orden de que hay que destruir a Kiev.
Ante el Congreso, encabezado por la presidenta del Senado y vicepresidenta del Estado, Zelensky dijo que los ucranianos nunca iban a rendirse y que para impedir que Putin se apoderara del país era necesario que los Estados Unidos, junto con los demás países que lo apoyan, enviaran a Ucrania el armamento requerido para detener el avance de las fuerzas, como lo han venido haciendo hasta ahora por más de veinte días, desesperando a Putin, que pensaba que iba a apoderarse de Ucrania en no más de cinco días.
Con lo que pidió en Washington, Zelensky obtuvo más de lo que había pedido en Londres y en Ottawa. Después de la sesión ante el Congreso, el presidente Biden firmó un decreto, mediante el cual destina ochocientos millones de dólares adicionales en ayuda militar a Ucrania. En sus palabras, justo antes de firmar el decreto, Biden explicó en qué iba a consistir esa ayuda, cosa que seguramente habrá puesto a temblar a Putin.
