1era Cumbre sobre el manejo del Dolor e Inflamación
En la 1era Cumbre sobre el manejo del Dolor e Inflamación realizada por Sanofi Venezuelaen la ciudad de Valencia, se presentaron los avances más recientes en esta área y en especial para el tratamiento de lesiones como fractura del fémur del fémur proximal, abordaje de cadera, fractura del antebrazo y osteoartrosis de tobillo, algunas de ellas muy frecuentes en medicina del deporte.
Según el médico fisiatra y presidente de la Asociación Venezolana para el Estudio del Dolor, Dr. Luis Parada “la mejor forma de prevenir el dolor crónico es un tratamiento adecuado antes, durante y después de un acto quirúrgico. Las estadísticas internacionales precisan que entre un 10 a un 50% de las personas pueden desarrollar dolor posterior a una cirugía, por eso hay que tomar en cuentas los factores de riesgo que pueden condicionar o facilitar este proceso”.
Cuando se trata de deportes, el panorama se ve influenciado por las exigencias físicas de cada disciplina. En este sentido, Parada conceptualiza el dolor en la práctica deportiva “como aquel que resulta del daño ocasionado en diferentes tejidos durante la práctica e implica un conjunto de experiencias sensoriales y emocionales desagradables que pueden estar, según la magnitud del impacto, asociadas a respuestas autonómicas, endocrinas, metabólicas y conductuales particulares”.
Una de las premisas manejadas durante esta Cumbre, es que para cumplir una actividad física con cierto nivel de exigencia es necesario prepararse., “tres o cuatro semanas de preámbulo, haciendo desplazamientos cortos, cumpliendo distancias específicas y contabilizando el tiempo que se tarda en cumplirlos, son claves. Una sesión de estiramiento e hidratación es fundamental, así como el deportista debe tener una buena alimentación. Asimismo, la ropa y el calzado son aliados en la práctica deportiva”.
Por otra parte, se pudo conocer que la inflamación es un proceso complejo donde se producen cambios a nivel molecular e intervienen 9 tipos diferentes de células, que organizan una respuesta integrada a la lesión y modifican su comportamiento de acuerdo a la interacción entre ellas. La evolución positiva o negativa de una lesión depende de esta interacción y la respuesta de las células durante las distintas etapas del proceso inflamatorio.
“Se han publicado muchos trabajos sobre las lesiones en deportistas profesionales y, por lo general, son un reto para el médico del equipo deportivo. Iván Waddington (2004) reporta que estudios realizados en diferentes países muestran como aspecto importante del deporte profesional o de élite, la ‘cultura del riesgo’, la cual contempla el dolor, las lesiones y el ‘juego duro’. Los deportistas de élite toman –y se espera que tomen– riesgos importantes para su salud. Se espera, por ejemplo, que los futbolistas sigan jugando incluso cuando tienen una lesión y dolor, siempre que sea posible hacerlo. Los jugadores que no pueden jugar por causa de una lesión se valoran como de poca utilidad para el club y pueden quedar marcados, ser ignorados o incluso caer en el ostracismo. Los jugadores lesionados pueden ser sometidos a presiones para volver a jugar antes de estar completamente recuperados de la lesión”, refiere el médico cirujano a propósito del desafío de un deportista profesional.
