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Culminó el concurso Masisa, edición Venezuela

Estuve de incógnito el viernes a eso de las 4 de la tarde en la final de la edición 2016 del concurso Masisa, edición Venezuela, en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Central de Venezuela.

Tenía cuatro años sin asistir a las finales de esta convocatoria de carácter bienal cuya finalidad es elegir la pieza de mobiliario diseñada por estudiantes de arquitectura o diseño que nos representará a nivel latinoamericano. Este año la confrontación regional será en Perú.

Cada año Masisa propone un tema para crear muebles con los materiales que fabrica. El de este ha sido titulado “Conecta tu mundo, diseña smart”, cuyo reto fue mostrar cómo se adapta el mobiliario a las tecnologías digitales que usamos en la cotidianidad.

En total llegaron a la final seis propuestas. Interesante fue encontrar a la FAU-UCV y de instituciones que no había visto participando  (en las ediciones en las que fui jurado y a las que asistí posteriormente) como la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA), la Universidad Rafael Urdaneta y el Instituto Santiago Mariño. Confieso que extrañé demasiado la participación el Instituto de Diseño Caracas, pero más aún a la EDI-ULA, de la que tengo que investigar si la crisis que atraviesa desde el año pasado causó su ausencia. Lo cierto es que siempre consideré fuertes conceptualmente hablando, y originales, las postulaciones que enviaban los merideños.

Masisa, como siempre, dio la talla. El montaje estaba impecable. Las piezas contaban con una iluminación que las realzaba, fueron acompañadas por un panel explicativo, pantallas y música de fondo. El auspiciador del concurso creó un ambiente cálido y estimulante, por lo que me desconcertó en el tiempo en el que estuve, que no había público.

En cuanto a las propuestas, llamó mi atención el “Mobiliario Luz y Ritmo” de Mónica María Brana y Aldo Fabrizio Michelangelli, por el efecto tridimensional que logró con las luces y sombras proyectadas sobre un juego de planos.

En general las propuestas me pusieron a pensar que sería interesante “leer analíticamente” la evolución y avatares de las escuelas de arquitectura y diseño venezolanas a través de este concurso. Por otra parte, se agradece a empresas privadas como Masisa el esfuerzo que hacen para mantener este tipo de actividad en nuestro país.

El evento de la poltrona… sin la poltrona

Domingo 11 de la mañana. Me acerqué hasta la tienda Capuy Las Mercedes seducida por la invitación al conversatorio inaugural “Con C de Caracas”, dedicado a la gran ópera pontiana en nuestra ciudad: la Villa Planchart, pero me atrajo aún más el hecho de que en las redes sociales la información rodara resaltando la D.153.1 GP Armchair Molteni, de la que pensé iban a hablar, pero no fue así.

Llegué al conversatorio durante la apertura del mismo por parte de Luis[Ra] sobre las motivaciones que mueven su proyecto CCS en 365, que plantea recuperar esos rasgos positivos que nuestra ciudad ha ido perdiendo, realmente una idea motivadora. Seguidamente pasaron “el testigo” a Carlos Figueredo y su hija Carolina Figueredo, presidente y directora ejecutiva de la Fundación Anala y Armando Planchart, que custodia esa maravilla llamada El Cerrito, la casa que posee una vista de 360 grados de la “Sultana d
el Avila”.

Don Carlos Figueredo ofreció deliciosas anécdotas en primera persona sobre Gio Ponti, la casa y sus tíos Anala y Armando Planchart, mientras que Carolina habló sobre las actividades que realiza la Fundación, así como sobre lo que planean realizar en 2017 porque El Cerrito cumple 60 años.

El cierre fue por parte de la representación de Molteni en Venezuela y Capuy. Ese era el momento en que pensé que iba a intervenir algún arquitecto o diseñador especialista como anunciaron por las redes sociales, para disertar sobre Gio Ponti diseñador de muebles o sobre la D.153.1 GP Armchair Molteni, pero no fue así.

La chica de mercadeo, pronunció tres cositas sobre Molteni y ya… “¿Eso es todo?”, pensé como la fanática patológica del diseño que soy, y que para colmo, investiga el tema.

Estoy consciente de que ella hizo lo que tenía que hacer y punto. Pienso que la falla estuvo en los organizadores del conversatorio que ofrecieron especialistas para hablar sobre la poltrona de Ponti que está en la Villa Planchart, pero no fue así. Hannia Gómez, quien fue la curadora de la Fundación Anala y Armando Planchart durante varios años y catalogó los objetos de la casa hubiera sido fantástica, por ejemplo.

En 8 minutos se podía indicar que Gio Ponti diseñó en 1953 el asiento resaltado en la invitación, pero bajo el nombre “Distex”, y que las piezas que están en la Villa Planchart fueron fabricadas por Cassina y se encuentran en el piso 2, el área de las habitaciones. Molteni negoció con el Archivo Gio Ponti para volver a fabricarlos y  el proceso de adaptar el diseño a las nuevas tecnologías productivas fue muy complejo, según relata Francesca Molteni en una entrevista publicada en la revista Domus digital. Otro dato interesante es que los fundadores de Molteni auspiciaron la creación del Salón del Mueble de Milán. Nada más y nada menos. Historias bonitas como éstas ni se asomaron.

Para finalizar aprovecho para comentar que está en proceso de diseño un libro sobre El Cerrito para el 2017. Para el mismo se hizo un registro fotográfico extenso y se llevó a cabo un proceso de catalogación de piezas que ilustrarán los cuatro capítulos, cada uno dedicado a un área diferente: diseño de objetos utilitarios y decorativos, arte, paisajismo y arquitectura. Les estaré informando.

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