TCM presenta Karate Kid: la saga que nos enseña sobre la disciplina milenaria del Karate

En noviembre, TCM invita a empaparse de la filosofía japonesa de artes marciales y a celebrar un nuevo aniversario del protagonista de la saga de películas Karate Kid, con el Especial “Daniel SAN cumple”, el sábado 4 a partir de las 03:17p.m. (VEN)
El karate es una disciplina milenaria de autodefensa cuya principal arma es el propio cuerpo, que apunta a mejorar el estado físico y enriquecer el espíritu. Bien lo aprendió Daniel Larusso de la mano de las enseñanzas del entrañable y sabio señor Miyagi, a fuerza de fracasos, caídas, desilusiones, pero con mucha disciplina y empeño.
¿Pero cuánto sabemos realmente sobre la historia de esta disciplina que unió a Daniel Larusso con el señor Miyagi? El karate-do (el camino de la mano vacía) de kara («vacío»), te («mano») —»mano vacía»— y do («camino», «filosofía de vida”) tiene su origen durante el siglo XVI en las técnicas marciales nativas de las islas Ryukyu (hoy día Okinawa). Surgió como uno de los sistemas de combate desarrollado como método de defensa personal, debido a la prohibición de las armas impuesta por los gobernantes japoneses en el siglo XVI sobre la población de Okinawa. Uno de los principales maestros reconocidos de esta forma de combate fue Shungo Sakugawa (1733-1815), que recibió su instrucción directa de un monje llamado Peichin Takahara.Además, está influenciado por algunos estilos de las artes marciales chinas y, en menor medida, por otras disciplinas provenientes de distintos países del sureste asiático como Tailandia, Filipinas e Indonesia.
En el siglo XX este estilo marcial fue influenciado en un principio por varios conceptos técnico- tácticos y filosóficos procedentes de algunas de las artes marciales japonesas modernas, como el Kendo, el Judo, y eventualmente el Aikido. A finales del siglo XX y principios de este siglo, ha sido influenciado por disciplinas marciales occidentales como el boxeo y la lucha olímpica, buscando mejorar su faceta deportiva y la re-interpretación de sus movimientos clásicos, incluidos en sus formas o kata.
En un principio, el «Te», siendo el arte antecesor al karate moderno surgió de la necesidad de los guerreros nobles de la isla (los Pechin) de proteger al último rey de Okinawa, Sho Tai, y a sí mismos de los varios abusos perpetrados por los guerreros con armadura (los samurái), quienes hacían parte de los invasores japoneses pertenecientes al clan Satsuma, en el siglo XVII. Poco a poco, el «Te» fue desarrollado en el reino de Ryukyu, y posteriormente se expandió: se enseñó sistemáticamente en Japón después de la era Taisho en el siglo XX, donde fue renombrado como karate-Do, como consecuencia de los intercambios culturales entre los japoneses y los habitantes de las islas Ryukyu. Incorporándose así a la cultura de las artes marciales tradicionales del Japón o Budo.
El karate-Do de hoy en día se caracteriza fundamentalmente por el empleo de golpes de puño, bloqueos, patadas y golpes de mano abierta, donde las diferentes técnicas reciben varios nombres, según la zona del cuerpo a defender o atacar. Sin embargo, el karate, no restringe su repertorio solo a estos, ya que además incluye: varios barridos, algunos lanzamientos y derribos, unas pocas luxaciones articulares; además de golpes a puntos vulnerables, y a puntos nerviosos, en su currículo. En los golpes del karate-Do se unifican la fuerza, la rapidez, la respiración, el equilibrio, la tensión y la relajación al aplicar un correcto giro de cadera y una conexión o sinergia muy precisa de músculos y articulaciones, trasladando una gran parte del peso corporal y del centro de gravedad al impacto.
Generalmente, y a diferencia de otras disciplinas, se busca derrotar al adversario mediante un impacto contundente (o unos pocos), preciso y definitivo, buscando ser lo más eficaz posible. A ese concepto se le llama «Ikken hikatsu» o «un golpe, una muerte», de forma semejante a la estocada o al corte de una katana o sable japonés.
Ahora que aprendimos sobre el origen y la historia del Karate, estamos listos para disfrutar de la trilogía en la cual el sabio señor Miyagi nos enseña a Daniel Larusso, y a millones de personas más, a amar esta disciplina y adoptarla como una forma de vida.
Daniel-San cumple, un especial que lustra, pule y vuelve a empezar.
Se presentará el sábado 4 de noviembre, desde las 03:17 p.m. (VEN)
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