Mundo Empresarial

¿Por qué nunca nos alcanza el dinero?

Por Johan Pullas Guillén

¿Por qué nunca nos alcanza el dinero? Sencillo: porque tenemos malos hábitos y creencias erradas respecto a él. A continuación se señalan las principales causas, por las cuales sentimos que el dinero no nos rinde:

1. No nos educamos financieramente

El dinero es un tema que damos por sentado, y en tal sentido no nos preocupamos por aprender las leyes que lo rigen y nuevas formas de entenderlo. Simplemente nos conformamos, pensando que la situación económica del país no contribuye con nosotros.

Educación financiera no necesariamente significa adentrarnos en un mundo solo para unos pocos inteligentes, ser experto en el mercado bursátil, hacer seguimiento al Dow Jones, saber leer estados financieros complicados, etc. Pequeños cambios pueden mejorar mucho nuestra situación económica. Conozco personas que solamente siendo bachilleres o habiendo logrado una educación por debajo de este nivel, consiguieron crear empresas muy exitosas.

Recordemos que el sistema educativo no le da importancia al tema desde ningún punto de vista. Aspecto paradójico, pues nos prepara para una profesión en donde lo económico (por lo general), es el motivo principal para escoger esta. Así que es nuestra responsabilidad educarnos en este aspecto, porque recordemos algo: el dinero está presente en prácticamente todos los aspectos de nuestras vidas.

2. Actitud negativa hacia el dinero

Aunque por lo general a nivel de nuestro consciente deseamos tener más dinero, las decisiones y habilidades para obtenerlo vienen del subconsciente. Esto significa que si desde que éramos niños escuchábamos cosas negativas sobre el dinero o simplemente veíamos a nuestros padres sufrir para conseguirlo, seguramente el patrón conductual que tenemos en nuestra adultez sea muy similar.

3. Tenemos un solo ingreso (por lo general, un empleo)

Las personas que han logrado entender cómo generar más dinero, saben que tener un solo ingreso es como para una empresa tener un solo cliente. El día que ese empleo desaparezca, el único piso económico también se esfuma.

4. Cantidad y uso inadecuado de tarjetas de crédito

Conozco a una persona que llegó a tener trece tarjetas de crédito y un solo ingreso para pagarlas. Por supuesto, terminó económicamente quebrado, lo cual afectó de manera muy negativa a su familia. Si no controlamos nuestras emociones a la hora de comprar bienes y servicios, las tarjetas de crédito pueden llegar a ser armas muy peligrosas para nuestra economía personal. Al ser dinero (plástico), puede ser bueno o malo, dependiendo del uso que usted le dé.

5. Nivel de vida incongruente con respecto a los ingresos. Compra de juguetes innecesarios y caros

Si usted pensaba que los juguetes eran sólo para los niños, hay que actualizar esa creencia. Hoy en día vemos cómo los adultos cambian con mucha frecuencia, y sin necesidad, artículos como celulares, ropas, vehículos, carteras, entre otros, los cuales, una vez pasada la emoción, terminan en la cesta de la basura o como regalos de segunda mano.

Una vez escuché la definición de la palabra estatus: comprar cosas que no necesitamos con dinero que no tenemos para impresionar a la gente. En otras palabras, vivir de las apariencias. Por supuesto, esto nos hace estar en una carrera sin fin y con problemas económicos constantes.

6. Concepto errado de lo que significa inversión

La mayoría de los venezolanos le dice “inversión” a cualquier cosa que compre. Este mal hábito tiene su causa en la inflación. Como los bienes y servicios suben constantemente de precios, creemos que al comprar un artículo hemos invertido, porque al poco tiempo este aumentará su valor. Para que un bien sea una inversión, este debe generarnos dinero y no sacarlo de nuestros bolsillos, es decir, debe estar asociado a un activo.

7. No llevamos presupuestos personales ni familiares

Esto imposibilita saber en qué forma y proporción gastamos el dinero. Presupuesto significa “control”. Imagínese una empresa que no controle sus gastos y no lleve registros contables de sus operaciones, seguramente fracasará en el corto plazo. La familia también es una empresa, con su misión, valores, objetivos y metas, que requiere el arte de la administración de sus recursos.

8. Desperdicio de comida

Por ejemplo, en mi caso somos una familia de tres integrantes y dos ingresos. Al llevar de manera estricta un presupuesto para los gastos del hogar, hemos identificado que entre 40 y 60% está dirigido a gastarlo en comida. Si a esto le sumamos los servicios públicos que requiere cualquier casa o apartamento para funcionar, el gasto asciende a casi 70%. Aunado a los gastos de educación y diversión de nuestra hija (la cual estudia en una universidad pública), se llega a 80% o más.

Ahora imagínese un grupo familiar con más integrantes y uno o dos ingresos para mantenerse. ¿Complicado, verdad? Ahora bien, no conforme con estos datos, conozco familias que aún teniendo problemas económicos, son capaces de botar muy frecuentemente la comida al pote de basura. Muy sencillo, están botando el dinero, pero transformado en alimentos.

9. Consentimos todos los gustos de nuestros hijos. No ponemos límites

La cantidad de publicidad que reciben nuestros hijos es muy superior a la que recibimos la generación de los años sesenta y setenta. Si a esto le sumamos todos los aparatos tecnológicos, ropas de marca, etc. que ven nuestros hijos en sus amiguitos y compañeros de clase, el asunto se complica aún más. Por ejemplo, me he preguntado muchas veces qué hace un niño de 8, 10 o 12 años con un Android. Quizá necesite un celular para estar comunicado con sus padres o amigos, pero no necesariamente un aparato de este nivel, el cual fue diseñado para personas de negocios.

10. Inflación

El incremento descontrolado de los precios es un factor externo que no depende de nosotros. Por eso, es la última causa de que no nos alcance el dinero. Sin embargo, si usted se da cuenta, puede combatir la inflación educándose financieramente para adquirir nuevos hábitos y habilidades, lo que le permitirá generar más y mejores ingresos. Recuerde, usted nunca hará que los precios bajen, pero sí está en sus manos controlar su dinero y generar más abundancia en su vida.

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