Andreína Franceschi y Ernesto Montiel ambos en Oficina #1
Conformada por diversas series de trabajo, Crece es una muestra que logra agrupar algunas de las distintas vertientes de la producción artística de Franceschi (Caracas, 1970) cuyo trabajo se materializa desde la cerámica como medio de expresión artística.
Franceschi presenta su serie de tazas, piezas que violentan su funcionalidad por su carácter dual, y que desde las formas de lo cotidiano, de lo doméstico, sugieren otro espacio: el del encuentro mínimo de dos cuerpos distintos. En su serie bolas, Franceschi pone el acento en la contención: en formas esféricas e irregulares que sugieren ese otro espacio íntimo –esta vez individual– donde se aloja lo sensible, el diálogo del yo con el yo. Finalmente, la muestra la integran otras series de trabajos que parecieran estar más bien orientadas a la búsqueda de formas que están relacionadas con un afuera, “con la figuración –reconfiguración– de un entorno, si bien orgánico también ficcional, en el que la naturaleza –informe o acabada– fecunda, germina y crece en una pared o en un piso de origen industrial.
Así, la fuerte tradición cerámica en Venezuela es asumida por Franceschi como una herencia en tanto reafirmación desde sus inquietudes personales de aquellas vertientes de la creación cerámica que han buscado su reconocimiento como medio de expresión de prácticas artísticas.
La investigadora Aixa Sánchez señala: “La de Franceschi es una práctica que se construye en la dislocación, en la dificultad del sentido, en la lúdica concreción de las formas” para invitar al espectador a una experiencia táctil y/o participativa, que va más allá de una función hipotéticamente ornamental o utilitaria. Alejadas de una “perfección” técnica y formal, sus piezas modeladas en arcilla, como resultado de una experimentación gestual, transitan por caminos poco complacientes para adentrarse en zonas intimistas que alojan sus inquietudes sobre lo femenino, el deseo, la memoria, el diálogo, el silencio, la belleza no aparente, o la naturaleza.”
Ernesto Montiel: Ficciones topográficas
Con una propuesta que avanza desde el empleo de materiales laminares -que insinúan una solidez inexistente y celebran su evidente ductilidad- Ernesto Montiel (Maracaibo, 1968) ha desarrollado un conjunto de piezas, tal y como señala el arquitecto Enrique Larrañaga, a partir de la “repetición casi obsesiva de líneas dibujadas con cuchilla sobre superficies cuya planitud sólo subvierten la acumulación y superposición de hojas similarmente delineadas”.
Empleando la luz como presencia real de la forma, los materiales endebles que emplea el artista adquieren una sorprendente densidad para confrontar al espectador con “una multiplicidad de encuentros y emociones, a veces disonantes y siempre sugerentes, entre lo telúrico, lo sensual, lo repetitivo y lo incierto que es, también, encuentro, acaso superposición, entre lo construido, lo gestual, lo único y lo posible”.
Ficciones topográficas es el resultado de una dedicada exploración que aparentan descripciones topográficas de lugares concretos, que proponen la imposibilidad de determinar una escala, se construyen en su condición de fragmento, y que invitan “a la indagación de territorios siempre incompletos, acertijos por completar en las distancias entre ellos y los recorridos que sugieren”.
Para Larrañaga, más que describir lugares, estas ambigüedades construyen SITUACIONES: localizaciones que, aún sabiéndolas improbables, asumimos como ciertas.
Éstas también operan como INCITACIONES que conminan a traspasar esos datos aparentemente objetivos para integrar, con cada nueva mirada y reflexión, una expansiva trama de misterios, tan transparentes y leves como nuestra capacidad de entregarnos al juego que proponen.
Oficina #1
Galpón 9 del Centro de Arte Los Galpones 29-11. Av. Ávila con 8va transversal, Los Chorros-Los Dos Caminos. Caracas 1071, Venezuela. Teléfono: +58 212 5837526
Correo: [email protected] / http://www.oficina1.com / Twitter: @oficinanumero1
