Salud y Bienestar

La psiquiatría y sus fronteras con otros campos

Expertos internacionales de la psiquiatría, psicología y neurología debatieron en el “23. Symposium Internacional sobre Actualizaciones y Controversias en Psiquiatría: Fronteras de la Psiquiatría” sobre los límites y vínculos de la psiquiatría con otros campos del conocimiento sobre el comportamiento humano.
El tema fue seleccionado no solo por el creciente interés que ha despertado en la actualidad, sino porque plantea –sin lugar a dudas– la relación que tiene la psiquiatría con la psicología y psicoterapia, la neurología, la psiquiatría biológica, la medicina internista y la medicina forense y sus implicaciones para el individuo y la sociedad.

Delimitar lo psiquiátrico de lo no psiquiátrico –es decir, lo patológico de lo no patológico– es de suma relevancia, porque define lo que debe ser considerado como un comportamiento “normal” de un comportamiento “no normal”. La definición de ello –es decir, su diagnóstico– trae consecuencias en el individuo, que es principalmente el objeto de diagnóstico, y por consecuencia en todo su entorno personal y social (laboral y familiar), ya que él mismo puede ser sujeto de tratamiento farmacológico, psicoterapéutico e incluso hospitalario.

Los parámetros que definen los diagnósticos de enfermedades mentales –trastornos psiquiátricos– existen desde 1952, con el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, DSM) de la APA, el cual contiene una detallada clasificación de los diferentes trastornos mentales y descripciones claras y específicas de las categorías diagnósticas. La última edición vigente data de 2013: DSM5.

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La mayor crítica que se le ha hecho al DSM5 es que comportamientos que antes del 2013 eran considerados “normales” ahora son considerados “patológicos” y objetos de tratamiento. Es decir, que prácticamente cualquier comportamiento humano expandido –por ejemplo: el duelo, la melancolía y la exaltitud, entre otros– puede ser objeto de “psiquiatrización” y por ello de patologización y estigmatización.

Desde la perspectiva de este modelo clasificatorio del comportamiento humano, los límites entre lo psiquiátrico y no psiquiátrico se encuentran cada vez más fusionados y nos enfrenta a un mundo en el que buena parte de sus habitantes estarían más enfermos mentalmente que sanos de mente.

El psiquiatra español Julio Sanjuán, profesor de Psiquiatría de la Universidad de Valencia, expuso en su conferencia “¿Ha abandonado la psiquiatría los trastornos no-psicóticos?” varios aspectos de gran interés. Entre ellos, tematizó la tendencia mundial de que la psiquiatría y la psicoterapia trabajan separadamente, casi dicotómicamente, las enfermedades mentales de sus pacientes.

Entonces, ¿se trata más de “tratar la mente o de tratar al cerebro”?, se pregunta el especialista. Para él, la respuesta es clara: ambas disciplinas deben trabajar más estrechamente, intercambiando conocimientos y resultados empíricos, en pro del bienestar del paciente.

Luego, no parece haber una verdadera evidencia de que la psiquiatría sea provechosa para el bienestar del ser humano, según el psiquiatra británico Richard Bentall, del movimiento de la anti-psiquiatría racional. Ya entrados en siglo XXI, no surge un contundente éxito en el vencimiento de las enfermedades mentales. Por un lado se diagnostican más depresiones, y por el otro hay más consumo de antidepresivos. También, el trastorno de hiperactividad con déficit de atención (THDA) en niños y en adultos es cada vez más recurrente a nivel mundial.

El foco en los aspectos estrictamente cognitivos que conllevan a una depresión mayor fue tema de la conferencia de Raymond W. Lan, profesor emérito de Epistemología de la Psiquiatría en la Universidad de Vancouver (Canadá). Personas depresivas muestran alteraciones en la concentración, atención, memoria y en el rendimiento intelectual general. Además, tienen una tendencia a visualizar o a percibir situaciones de forma más negativa o pesimista que de forma más positiva y optimista. Psicoterapias de tipo cognitivas-comportacionales se muestran efectivas.

El rol que la psiquiatría biológica y la neurología van tomando en el estudio y comprensión de enfermedades degenerativas cerebrales, como el alzheimer o la demencia, muestra un claro crecimiento como modelos explicativos del comportamiento. La exposición del profesor de psiquiatría, Andreas Meyer-Lindenberg, de la Universidad de Heidelberg, es un claro ejemplo de ello, con la determinación bioquímica de los llamados biomarcadores y su influencia en el comportamiento.

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La consideración de aspectos sociales, políticos y económicos y su estrecha relación hacia una vulnerabilidad psíquica para enfermar de esquizofrenia o de cualquier otra enfermedad psiquiátrica de difícil tratamiento fue tema en la intervención de la ponente Elizabeth Kuipers, profesora de Psicología Clínica del Kings College de Londres. Por ejemplo, un hombre discriminado por su condición de inmigrante o refugiado político del áfrica subsahariana, sin empleo y sin acceso a los programas de apoyo social, y sin una red de sustento familiar o social, tiene más propensión a “enloquecer” que otro individuo de igual edad, pero con otro origen social y económico. La complejidad y la estrecha vinculación de estos factores es de importancia primordial no solo para el diagnóstico, sino para la prevención de trastornos psíquicos. La meta sería elaborar un plan de salud comunitario, en el cual el acceso a empleo y a la inserción social sean cruciales.

Jeremy W. Coid, professor de Psiquiatría Forénsica del Kings College de Londres, habló sobre la frágil frontera entre la psicopatía y la maldad. Difícil es discernir entre un comportamiento y el otro, porque la frontera es fluida. Las características en los comportamientos son muy similares: superficialidad, falta de vergüenza, comportamiento antisocial, egocentrismo, incapacidad de amar, falta de autocrítica, vida sexual impersonal, impulsividad, irresponsabilidad, versatilidad criminal, estilo de vida parasitaria, manipulación, entre otros. Aún más preocupante es saber que la efectividad de tratamientos psicoterapéuticos de personalidades psicopáticas es prácticamente nulo.

Al simposio asistieron aproximadamente 500 psiquiatras de todo el mundo. Se estructuró en torno a dos mesas redondas, en las que cuatro psiquiatras dieron su visión sobre el tema a discutir, más dos debates. Cada ponencia estuvo grabada. Se realizó en el auditorio de los seguros Axa desde el 28 hasta el 30 de abril de 2016 en Barcelona, España.

Página general del simposio: http://www.controversiasbarcelona.org/

Programa del simposio: http://www.controversiasbarcelona.org/es/programa.php

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