Salud y Bienestar

Libro ‘Mi Marido Bebe Demasiado’: Capítulo IX

         Un paciente se manifiesta preocupado por el costo de su consulta y de su asistencia. Se pregunta si el médico será honesto y le cobrará lo justo o será un comerciante interesado en sacarle la mayor cantidad de dinero posible. Esto influye mucho sobre su decisión de asistirse, y a veces, para su desgracia, lo impide.

        Todas estas dudas y problemas proceden de lo que se podría llamar una “mente alcohólica”. Proponemos que esta expresión se tenga en cuenta para designar un estilo de pensar falso y manipulativo, donde el pensamiento se encuentra el servicio de la adicción al alcohol. La última consecuencia de esta “mente alcohólica” será siempre el beber más y más, cualesquiera sean las consecuencias y cualesquiera sean los costos. La mente alcohólica es un mecanismo perverso.

        Antes de decidirse a consultar al médico, el enfermo pregunta cuanto le costará la consulta. Si es económica, la mente alcoholica le dice que  es porque el profesional no tiene experiencia. Si es costosa será porque es un comerciante.La mente alcohólica sobrevalora el costo de los medicamentos y de los tratamientos. En el fondo de su corazón pretende que el médico, mágicamente, resuelta su problema con alguna conversación, algún consejo, o comprimidos, o inyecciones y gracias a ello podrá beber normalmente, y gozar del placer de la bebida, de la sociabilidad, de la alegría que produce el alcohol, pero sin que le haga daño.

        Lo que él pretende es conservar el alcohol sin alcoholismo.

        Y el dinero es siempre la gran excusa, el soborno de su mente alcohólica para obligarlo a  persistir en su adición.

        Una “mente – NO – alcohólica”  haría el siguiente balance;

        El alcohol me cuesta bastante dinero.  Si yo lo ahorrara podría ser el comienzo de una pequeña – y después una  gran – fortuna.

        No es solamente el alcohol que yo beba. Siempre que se bebe en grupo hay que brindar alcohol a los compañeros. El que realmente gana es el proveedor del licor, o la mesonera que incita a beber más y más.

        Volveré borracho a mi casa. Allí me esperará mi mujer furiosa. Tendremos una disputa. Si al día siguiente resuelvo intentar reconciliarme con ello probablemente tenga que invitarla a salir o comprarle algún regalo.

        Si vuelvo en carro alcoholizado, es posible que tenga algún accidente. En general el carro no estará asegurado.

        Si tengo un accidente, intervendrá la policía y tendré que untarle la mano.

        A causa del alcohol perderé mi empleo, la experiencia que en él he acumulado durante años y se ensombrecerá mí currículo. Así iré descendiendo en la escala de mi trabajo, hasta que me quede sin empleo.

        Si por el alcohol pierdo mi hogar eso me costará la administración de la  mitad de mis bienes. O si no, si soy generoso y le dejo todo a mi mujer y a mis hijos, me quedo en la miseria.

        Por los múltiples problemas comerciales, penales y civiles que me cause el alcohol, tendré que ponerme en manos de abogados y jueces.   Todo eso cuesta mucho dinero.

        Pero hay cosas que no se pueden evaluar en dinero.

        Si mis hijos y  mi mujer me abandonan y me quedo solo sin familia ¿ cuanto cuesta eso ?

        Si la gente me desprecia y me rechaza  y mi sociabilidad se deteriora, para quedarme reducido a la compañía de los demás borrachos como yo ¿ cuanto vale

 eso ?

        Si por el alcohol y por las experiencias frustradas me quedo sexualmente impotente ¿ cuanto vale eso ?

        Si por causa del alcohol hago una enfermedad al sistema nervioso, o al corazón, o un delirium tremens que me dejará deteriorado para toda la vida ¿ cuanto vale eso ?

        Si, según demuestran las estadísticas, el alcohol disminuye mi curso de vida en quince años ¿ cuanto vale eso ? ¿ Tiene acaso sentido intentar evaluar en dinero el único bien absoluto que es la vida ?

        Lucha contra tu mente alcohólica en todas las formas criminales y cínicas en que se te presente.

        Naturalmente que se tendrán que lograr las mejores condiciones economicas para tu asistencia. Pero no busques con la intención más o menos oculta de no encontrar. El peor negocio que se puede hacer en este mundo es gastar en licor en lugar de invertir en salud.

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