¿Qué es una enfermedad inflamatoria intestinal?
Diarreas con moco y sangre, unas veces más severas, otras no tanto, dolor abdominal y pérdida de peso… Si usted padece o ha sufrido frecuentemente de estos síntomas, preste atención, porque no todo se trata de una infección intestinal, intestino irritable o incluso amibiasis. El diagnóstico podría ser Enfermedad Inflamatoria Intestinal, solo detectable por el gastroenterólogo, mediante estudios, tales como una colonoscopia.
Aún se desconoce qué la origina, pero los especialistas estiman que es causada por múltiples factores que desencadenan una alteración del sistema inmunológico del paciente. “Un antígeno bacteriano podría iniciar todo este cuadro clínico que es bien alarmante en algunos casos. También se maneja la teoría genética, porque la influencia hereditaria está presente, ya que hay casos en los cuales varios miembros de una familia tienen la Enfermedad Inflamatoria Intestinal”, señala el gastroenterólogo Guillermo Veitia.
“Dicha patología intestinal tiene 2 entidades principales: la Colitis Ulcerativa y la Enfermedad de Crohn. Ambas se comportan como autoinmunes, muy complejas y heterogéneas, y algunas veces de difícil diagnóstico, ya que no se piensa en la enfermedad y se trata como otra patología. Los pacientes de ambas pierden su tolerancia inmunológica y esto puede traer como consecuencia todas las alteraciones que tienen lugar en la mucosa intestinal”, destaca el médico.
“Si nos referimos a la Colitis Ulcerativa, hablamos de una enfermedad que puede afectar únicamente al colon o al recto. Puede que afecte el recto, el colon izquierdo o todo el colon. Mientras más extensa sea la enfermedad, más severa será la sintomatología y las molestias que va a referir el paciente. En cambio, la Enfermedad de Crohn es una patología más compleja, porque compromete más al organismo, ya que puede involucrar todo el tracto digestivo, desde la boca hasta el recto, de manera segmentaria. En la Colitis Ulcerosa la inflamación es más superficial, pero Crohn afecta más capas del intestino, por eso la severidad es algunas veces mayor”.
“Dependiendo de la extensión y gravedad de la enfermedad, los síntomas serán más notorios, como diarreas con moco y sangre, unas veces más severas, otras no tanto, dolor abdominal, pérdida de peso y por supuesto se compromete de manera considerable la calidad de vida”, comenta el especialista.
“Lo que buscamos es educar a todos aquellos pacientes que tengan estos síntomas, para que pregunten e indaguen sobre su padecimiento y de esta forma lleguen a una consulta con un gastroenterólogo, a fin de que puedan conseguir ese apoyo y ese beneficio que podemos aportar los médicos, tanto desde el punto de vista del diagnóstico, como del tratamiento”, explica el Doctor Veitia.
