Con la eliminación de un patrón físico, el kilo dejará de pesar un kilo
Una nueva definición del kilogramo, el kelvin, el ampere y el mol entrará en vigencia este 20 de mayo luego del acuerdo hecho el año pasado durante la Conferencia General de Pesos y Medidas que se desarrolló en Francia.
En este sentido, el kilo no se calculará de la misma manera como se hizo por más de 120 años, con una pesa creada en el siglo XIX, sino que será calculado de manera cuántica que brindará una mejor precisión a la investigación científica.
De la misma forma que la redefinición del segundo en 1967 ayudó a mejorar las comunicaciones en todo el mundo gracias a avances como el GPS e Internet, los expertos aseguran que el cambio en el kilogramo es bueno para la tecnología, el comercio minorista y la salud, aunque probablemente no afectará demasiado al precio del pescado.
¿Afectará la vida cotidiana?
Según los expertos el cambio no será significativo porque la variación del peso del kilogramo va a ser de 0,00000001 y en las demás mediciones será similar.
«En la vida cotidiana, cuando compremos por ejemplo un kilo de pan, no nos impactará porque esas mediciones tienen un error de 1% porque el cambio está en el microgramo. El cambio es imperceptible cuando se trata del uso cotidiano de la medida de kilo, pero sí afectará las mediciones de la ciencia y en la tecnología», indicó Héctor Laiz, gerente de Metrología y Calidad del Instituto Nacional de Tecnología Industrial de Argentina.
Asimismo, indicó que el mayor cambio que probablemente lo sentirán los fabricantes de instrumentos científicos, que deberán adaptar sus productos a las nuevas mediciones y también será clave para alcanzar mejores predicciones sobre el cambio climático, porque se podrán realizar mediciones más precisas para monitorear pequeñas variaciones en la temperatura.
