Entretenimiento

Critica a la Novela Blanco Nocturno:Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos 2011

Ricardo Piglia nació en Adrogué, Argentina, en 1940. Tiene publicadas cuatro novelas (Respiración artificial, La ciudad ausente, Plata quemada y Blanco nocturno), tres libros de cuentos (Nombre falso, La invasión y Prisión perpetua) y textos teóricos: Crítica y ficción, Formas breves y El último lector. Actualmente Es profesor de literatura latinoamericana en Princeton.

Para el maestro Piglia la narrativa, es la resultante de una extravagancia de la imaginación, que absorbe todo cuanto hay a su alrededor, vive de lo cotidiano, lo sencillo que nutre la vida y permite conectarse con ella, pero luego, esta materia se debe transformar, bajo códigos rigurosos del lenguaje, en asunto de ficción, para  contarlo, no solo con la idea de que comunique, sino que supere esa condición, ¡¡ allí esta el arte de narrar ¡¡, mostrar, no descripciones, sino postulados y creando sensaciones que hagan arte sobre la experiencia misma. No es un mero documento de la realidad, es su reinvención. Bajo estos preceptos esta construida la recomendable novela Blanco nocturno.

Esto lo concluyo como parte de cuanto hablamos con el maestro Piglia en el Celarg, en Caracas, allí se mostró para asombro de todos, sin poses ante supuestas cámaras de televisión, ni falsas expectativas, ni nada que no fuera su humana y sencilla condición. Ese es Piglia, y su cariñosa disposición para contar, que allí tomó como excusa, su última novela, Blanco nocturno, que resultó ganadora del último Premio a la Novela Rómulo Gallegos.

La novela nace y desarrolla sobre la invención de un pueblito, que geográficamente se tiene como un lugar de la pampa, desde allí brota el tramado de su historia, Piglia, deliberadamente, no le da nombre al sitio, solo nos asoma una pista sobre su ubicación, cuando señala que está colocado “al lado de una laguna”, desde allí,  en ese micro mundo comienza a contar sus fábulas, intrigas, relatos épicos, fantasías, que él con notable oficio, y artes de investigador policial, nos lleva hasta mostrarnos un asesinato, muestra un cadáver y hay un preso y una cárcel, pero sabemos que no se trata de una novela policíaca, sino que es asomo de otro género que,  el personaje de la novela Emilio Renzi, supone el camino para crear lo que llama “la ficción paranoica”, pág. 284, que muestra un pueblo, ¿lugar¿, ¿país¿, adonde “todos son sospechosos, todos se sienten perseguidos”, pág. 284.

El núcleo del libro es la historia de una familia que retrata como muestra y ejemplo, de una micro sociedad, donde como siempre hay historias, epopeyas, cuentos y locura; la familia como una especie de palenque con historias, claras u oscuras, como las de cualquier familia.
Una de sus ficciones es la de un padre, medio loco, medio genio, que logra tener hijos de dos matrimonios diferentes, en el primero engendra, con un irlandesa extravagante, dos varones, ella lo engaña y deja con sus hijos y el segundo con una dama que  termina en la locura de una fijación desmesurado e incontenible por la lectura desordenada (según su hija Sofía: “Loca cuando no lee y no loca cuando lee” Pág. 186), de la cual nacen dos hijas gemelas Ada y Sofía Belladona. Mellizas que expresan un carácter en el que todo se tiene por bocado a probar o ya ensayado, ¡ todo a dos voces ¡, ellas, todo lo trastornan, a todo se atreven en un lugar adonde lo rural, lo gauchesco y el recato son la norma. Son las jóvenes símbolos libertarios, aptas para romper todas las reglas de lo esperado para “jóvenes de buena familia”, a quien por primera vez se ve andar por la calle sin sostén, fumar mariguana, irse de viaje de aventuras al exterior, mostrarse libres en materia de vida sexual y lograr festejar sin ambages las bondades de un buen “menage a trois”, de paso, exhibirse en el bar del pueblo, sin delatar el mas mínimo rubor.

Ellas son las que traen de Estados Unidos al joven aventurero Tony Duran, sablista, chulo puertorriqueño, qué como producto de los enredos en que lo colocan, termina muerto en un extraño lance que nos lleva a la parte de la intriga policial y política de la novela.
 
No estoy seguro si la novela la construye a partir de un personaje, por que para mi, hay dos, “el pueblo” y sus demonios o “la fabrica”, pues con él desarrolla el primer capitulo  de la novela, presentando, al Comisario y al Fiscal y toda la gente que socialmente se entremezcla en el asesinato del forastero, y la “fabrica” como objeto el segundo capitulo.
El “personaje fabrica” es un imán que todo lo atrae y se traga, casi un monstruo solitario y duende que vigila a la gente, nada pasa sin que esté conectado a ella, todo lo va marcando, como asunto gaucho, poniéndole su yerro con seña propia del espacio que ella gobierna. Historia que se corona con la vida del hermano de las gemelas, Luca Belladona, quien es último guardián de  los despojos de la fabrica. Él sabe que todo ese aparataje mecánico ha sido un fracaso, entiende que no funciona, todo en ella son herrumbres, lo acepta, pero adopta el fracaso y lo tiene como el motivo o forma de vida, sin embargo no lo acepta y se quedó ahí adentro, lunático, errabundo Quijote de una causa poco útil, hasta que lo sorprende la muerte, tan enigmática como toda su vida.

Otro de los personajes de la novela es el alter ego de Ricardo Piglia, Emilio Renzi, periodista siempre dispuesto a explicar lo que el maestro, no puede o no quiere decir, es el mismo protagonista de sus novelas anteriores  que vuelve a repetir en esta; y quien, en Respiración artificial, dice como ejemplo de lisura: “es evidente que hay mas estilo en una pagina de Arlt (Roberto) que en todo Mujica Laínez” ( Pag.141). Sabiendo que Arlt es uno de los paradigmas en la vida de Piglia.
 Igualmente es de Renzi la frase: “ cada uno de nosotros tiene, le digo, tiene su propio repertorio de momentos extraordinarios y de ilusiones heroicas” Pág. 111.  Sentimiento que fácilmente se podría utilizar para caracterizar igualmente al personaje Luca Belladona de la novela que comentamos.

Recuerdo que al entrevistar al maestro Piglia nos reconoció que este personaje va a tener que presentarlo en la futura novela, no como el periodista joven incisivo y voraz, con mucha cancha, partidos ganados, muchas pasiones simultáneas, variados intereses, que él creó hace mas de cuarenta años, estima que ahora deberá actualizarlo. Veremos como supera esos 45 años y mas de edad que ahora debe tener Renzi.

Literariamente juzgo el estilo de Piglia como directo, sencillo, que utiliza un  método que le sirve para redondear una novela de género – novedoso, paranoico – con espléndida construcción poética que sencillamente conmueve y cautiva, al utilizar diversos recursos, como el humor negro, para animar la historia, Ej. el caso de la carta escrita en una vieja pagina de los libros de cuentas de las que se utilizan en las estancias, cuyo encabezado, en letra redonda inglesa señala el Debe y el Haber,  entre cuyos límites estrafalarios se anotan las palabras de la carta que da testimonio de las razones de un suicida Pág. 162. Mejor lugar imposible para llevar la contabilidad de una vida que va al cierre de sus cuentas.

Su texto se apoya en la estructura de planos con muchas historias, todas ingeniosas, vibrantes, o arteras algunas, para lograrlo es destacado la forma como usa  un lenguaje coloquial, a la vez que sencillo, culto, que hace de la obra premiada una novela muy bien compuesta y bien acabada.
Tiene momentos de diversos ordenes,  con textos que siempre nos previenen o sorprenden como eso de que: “La historia política de Argentina se movía a ras de tierra, mientras los acontecimientos pasaban por arriba como una bandada de golondrinas”, Pág. 189, drama no solo propio de la patria de San Martín, sino que también existen en nuestro país.

La novela, en apariencia, trata de asuntos cotidianos relacionados con la forma de vivir de la gente del pueblo, pero uno sabe o intuye,  por ejemplo, que esa fabrica, casi un fantasma,  depauperada, asediada y asesinada por la vorágine, y  la voracidad financiera y el  cáncer que significan los nefastos  urbanistas, en pelea que es un símbolo de las formas que adopta la modernidad y el consumo que muestra las heridas que causa en los modos de vida de los países que la adoptan.
 
El pueblo también padece a esos innovadores del desastre urbano que intentan  crear en los terrenos de la fabrica de los Belladona un Centro Comercial. Barbaridad mayor imposible.
Tienen en la mira roerle las entrañas a la creatividad que sin lugar a dudas anima a Lucas Belladona y así, castrar su fantasía y los símbolos de progreso que despiertan los ensueños de su siempre vigente, aunque fracasada ingeniería.
A estos bribones de la aventura, el envite y el azar  del mundo de la explotación inmobiliaria, caníbales de las finanzas que no tienen ni respeto ni interés por los asuntos que suceden a su alrededor. Todo asunto fuera del alcance de sus fauces, les parece tema banal, por ejemplo poco saben los ciudadanos comunes de ese pueblo, o nada les interesa, que se vaya a producir un evento trascendente en la vida política con la vuelta de Perón a la Argentina, cuando en Buenos Aires, los “carteles y pintadas políticas que parecían repetir en todas sus variantes la misma consigna –Perón vuelve”- slogan tan  coreado en los idus del 1974, pág. 217, mientras ellos andaban en sus andurriales y trácalas.
 
Mas significativo y mas denso aún que este evento, era el proceso que  se desarrollaba y que sin duda iba a morder la historia del país, por serio y comprometido, era el momento de la terrible experiencia de la Guerra de las Malvinas, iniciada el 2 de abril  y terminada  el 14 de junio de 1982, no en vano el titulo, un tanto sorprendente: Blanco nocturno, ahora sabemos que el tal blanco nocturno no era otro que el cuerpo de los jóvenes argentinos que combatían, a quienes sorprendían en medio de la noche con un balazo en la cabeza, ellos no sabían que estaban siendo observados por miras telescópicas nocturnas de largo alcance, que desde muy lejos los estaba “cazando”. Extraña saber que  la novela corre en paralelo con la ignominiosa guerra y sorprende que para la gente del pueblo fuese asunto que en nada los afecta.

Piglia nos alerta en su relato cuando retrata la masa, el pueblo, que sin duda sigue sumida en sus actos cotidianos, en rituales repetidos, sometidos al rigor de lo frecuente, lo normal, sin saber que lo trascendente los esta persiguiendo cual si fueran  un blanco nocturno. ¿ Como despertarlos, como alertarlos ¿. Pareciera que no están directamente implicados, ni interesados con la historia y hasta aparentan ser ajenos al país, solo hacen gimnasia de vida paralela a los hechos trascendentes y, peor,  que falazmente están encubiertos, bien, por la mudez deliberada o la mentira mediática que los domina. Viven según intereses económicos que los editorialistas cotizan como mas valiosos, y luego “ensalsan” como les conviene y da gana, en nombre de la manoseada libertad de expresión: “Murmuran y difaman. Y gritan sobre la libertad de prensa que para ustedes sencillamente significa libertad para vender escándalos y destruir reputaciones” Pág. 204.

Concluyo que estas ficciones de Piglia son generosas y motivantes parábolas, que ha ido colocando como semillas en su famoso Diario que suman pesadillas recientes y pasadas de la historia de su país.
Recojo y aplaudo de su discurso al recibir el Premio de Novela Rómulo Gallegos estas palabra : “Me alegra mucho que el premio sea generado en América Latina, creo que eso es algo que todos valoramos. Es un premio con una gran tradición.”

Referencias:
Piglia, Ricardo. Blanco Nocturno. Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos 2011. Fundación Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg) 2011.
Piglia, Ricardo, Respiración Artificial. Anagrama, Barcelona, febrero 2001.

Fundado hace 28 años, Analitica.com es el primer medio digital creado en Venezuela. Tu aporte voluntario es fundamental para que continuemos creciendo e informando. ¡Contamos contigo!
Contribuir

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba