Gabriel García Márquez: Entre laberintos y otros demonios, por Eduardo Planchart Licea
La narrativa del Premio Nobel de Literatura de 1982, abre ventanas para desentrañar qué es Latinoamérica, y a una aproximación a su paradójico devenir materializado en las tramas y los personajes de sus novelas.
Así en “El General en su Laberinto” (1989) al describir a un Libertador agotado un día de junio al entrar a un mercado: “Aún quedaban rastros del pánico que por un perro con mal de rabia que había mordido a varias personas de diversas edades, entre ellas a una blanca de Castillo que anda merodeando por donde no debía. Había mordido también a unos niños del barrio de los esclavos…”. (1)
Este episodio del Libertador de G.G.M., lo vincula a su novela “El amor y otros Demonios” (1994), cuya[ep1] trama se desarrolla alrededor de una arrabiada en circunstancias similares: “Un perro cenizo con un lucero en la frente irrumpió en los vericuetos del mercado el primer domingo de diciembre, revolcó mesas, fritangas, desbarató tenderetes de indios y toldos de lotería y de paso mordió a cuatro personas que se le atravesaron en el camino. Tres eran esclavos negros. La otra fue Sierva María de Todos los Ángeles, hija única del marqués de Casalduero, que había ido con una sirvienta mulata a comprar una ristra de cascabeles para la fiesta de sus doce años”. (2)
La blanca de Castilla recuerda a Sierva María de Todos los Ángeles, ambas mordidas por andar merodeando por donde no debían, en una sociedad donde aún palpitaba la tragedia del esclavismo. La mujer de Castilla sufre el ataque del can en un barrio de esclavos del siglo XIX, y María de Todos los Ángeles es mordida en el tobillo izquierdo, cuando se realiza un remate de esclavos a mediados del siglo XVIII, en lo que era el Virreinato de Nueva Granada.
En la primera novela se incinera el can, para que no se realizaran hechizos que conjuraran el mal espiritual, y de igual manera en la trama de “Amor y otros Demonios”, la mordida es curada por su criada enfrentándose en la novela la religiosidad afrocaribeña, a la religión convertida en poder político y espiritual, horizontes culturales dominados por el pensamiento mágico que hace a la mentalidad Latinoamericana propensos a dejar su destino en manos del golpe de suerte, como enfatizaría don Arturo Uslar Pietri en su obra.
El escritor al vincular estas novelas, amplifica narrativamente un posible episodio en la vida de Simón Bolívar, a través de dos arrabiadas, y cómo quien guio la independencia de gran parte del Nuevo Mundo había leído, y estudiado la filosofía de la “Ilustración”, y paradójicamente se encontraba en una sociedad enraizada aun en el medioevo. Esta narrativa plantea que en América Latina aún está presente el pensamiento mágico y sus categorías. Desde esta perspectiva podemos afirmar que la narración centrada en Sierva María de Todos los Ángeles, hija del Marqués de Casalduero trata de nudos temáticos claves para la liberación política e ideológica de Hispanoamérica.
Al adentrarse el lector en un tiempo-espacio colonial, se evidencia el contraste entre la fe religiosa como poder coactivo negador de la libertad, representada en el orden medieval que imponen los conquistadores al Nuevo Mundo, y la sociedad que trae la era de la ilustración que catalizó la Revolución Francesa que arraso con el feudalismo en Francia, y trae una visión del cristianismo renovada y más cercana a sus orígenes.
Las tramas de ambas novelas están vinculadas al amor y a la fuerza de la pasión. “El General en su Laberinto” recrea el último episodio de la épica del Libertador. Su peregrinación por el rio Magdalena hacia su muerte, expresa su amoroso desapego, y su profunda determinación y pasión por la liberación de Hispanoamérica, que daría nacimiento a un continente que aún lucha por materializar la igualdad, la fraternidad y la justicia. Tal como lo expresaba la declaración de los derechos del hombre y del ciudadano de 1789. Simón Bolívar aún en estos momentos, sigue ideando entre sus laberintos y actuando en función de las pasiones que devoraron su vida.
“La guardiana que entró a prepararla para la sexta sesión de exorcismo la encontró muerta de amor en la cama con los ojos radiantes y la piel recién renacida Los troncos de los cabellos le brotaban como burbujas en el cráneo rapado, y se les veía crecer…..”. (3)
La muerte de la hija del marqués también fue de amor, al no ser correspondida en su pasión por su exorcista Cayetano Delaura, bibliotecario del obispo, quien está escindido entre la visión de la iglesia y el pensamiento ilustrado. Sólo será su pasión amorosa por Sierva María, lo que lo hará dudar de las creencias medievales, pero no posee la voluntad intelectual y la valentía espiritual para crear en sí mismo una ruptura total con esta visión del mundo, de ahí que acepte el destino que le impone la autoridad de la iglesia, representada en el obispo don Toribio Cáceres y termine sus días entre leprosos. Ante ser herida en sus sentimientos, actúa Sierva María como lo haría una poseída por el demonio, en la búsqueda de la muerte por amor. Y convertir en piel de su cuerpo, el ser endemoniado que veía el poder de la iglesia en ella. Así, al escapar del convento su amiga Martina se condena al decir:
“La niña levantó la mano libre con una determinación que paralizó a la abadesa en su sitio.
<<Los vi salir>>, dijo…<<Tenían alas de murciélago>>, dijo Sierva María aleteando con los brazos. <<Las abrieron en las terrazas, y se la llevaron volando, hasta el otro lado del mar>>. El capitán de la patrulla se santiguó espantado y cayó de rodillas”. (4)
El escritor de Aracataca, inserta al lector en una América en la que una vivaz y angelical niña, que es percibida como poseída por el demonio, por la intolerancia y el ciego fanatismo. Así, se convierte en una más de las miles de víctimas de una visión del mundo dominada por la superstición y la religión, que rechaza los aportes de la revolución científica de la Europa dieciochesca, que generó una ruptura con el paradigma dominante por aproximadamente mil años. Se evidencia lo que significa en el concreto histórico percibir la realidad distorsionada por la fe y la superstición al creer que un mordido por rabia era un endemoniado, y por tanto debía ser exorcizado y no curado.
“<<Que entre las numerosas argucias del demonio es muy frecuente adoptar la apariencia de una enfermedad inmunda para introducirse en un cuerpo inocente>>”. (5)
A través de este conflicto G.G. Márquez adentra al lector a lo que podría ser la cotidianidad de una sociedad donde una religión establecida como poder coactivo, se impone interpretando la realidad a través de sus categorías. Este orden político-ideológico sustenta y justifica la estructura social, económica, cultural y cognoscitiva castigando, censurando y prohibiendo todo conocimiento, o comportamiento, que ponga en duda su hegemonía, llegando al extremo de crear la Inquisición o el Santo oficio para excluir y eliminar de la sociedad a todo lo que se percibiera como una amenaza.
Inserta el escritor al lector en un mundo donde el pensamiento mágico está presente y que pervive creando un anacronismo en el desarrollo de Suramérica, al transmitirle una debilidad para la creación de una conciencia democrática, llevándola a caer fácilmente en las garras de regímenes totalitarios y populistas, por ser sociedades donde no se ha superado el caudillismo y el mesianismo profético. Por lo que la conciencia social es fácilmente manipulada a través de estas categorías, como ha ocurrido en Venezuela al no haber adquirido sus ciudadanos una conciencia crítica.
Dentro de estas estructuras sólo se es libre cuando se escapa al poder, un ejemplo de ello se da en Sierva María, quien a pesar de ser hija de un marqués, sólo conoce la libertad entre las barracas de los esclavos al ser criada entre ellos por su nana Dominga Adviento, al desentenderse de su crianza el marqués de Casalduero y Bernarda Cabrera. Es expulsada de ese estado edénico al ser incluida en la sociedad colonial, al desempeñar el rol que debía tener desde su niñez, y se convierte en víctima de la sociedad hispanoamericana, al ser tratada como una poseída, y ser prisionera y exorcizada en el convento de las hermanas Clarisas, convertido en un hospital donde dice haberse topado con una cripta en 1949 del cráneo de una niña con una larga cabellera.
El contraste entre estas visiones de la realidad, una fundamentada en la fe y la superstición, materializada en la autoridades eclesiásticas, y la otra cristalizada en la era de la razón y la ilustración, es proyectada en la narración por Abrenuncio, médico que trató a la hija del marqués por la mordedura del rabioso y cenizo can, desestimando que tuviera rabia y diciéndole a su padre, que de ser tratada como una poseída podría encontrar la muerte por el exorcismo.
La vida y visión del mundo del médico está influida por la ilustración y la Enciclopedia. Estos saberes están atesorados en su nutrida biblioteca, donde se encuentran libros de escritores y filósofos prohibidos por la inquisición, como serían la edición en latín de los cuentos completos de Voltaire, y una de las novelas que desbordó la imaginación de un hidalgo de la Mancha, como es “El Amadis de Gaula”; que también se había convertido en un enigma para la vida del bibliotecario del Obispo, Cayetano Delaura.
Aquí el escritor sumerge al otro en la opresión que es existir, en la atmósfera cultural y espiritual autoritaria y negadora, que perseguía hasta el disfrute imaginativo de las novelas de caballería. Novela que también estaba prohibida en la Capitanía General de Venezuela, junto a las crónicas, biblias traducidas a lenguas vulgares, y especialmente los libros escritos por filósofos de la Ilustración, razón por la cual se decretó la persecución del precursor Francisco de Miranda.
“Las órdenes contra Miranda eran muy determinantes y se iniciaban con su aprehensión, decomiso de sus libros y otros materiales prohibidos y la presentación por el tribunal cartagenero o ante la Suprema. En fin, se decretaba el aniquilamiento político y religioso del Precursor. Así lo hizo el comisario de Sevilla, y el 28 de octubre de 1782 la Suprema despachó por fin a América esta última sumaria. Con ella iba aneja la sentencia de este Tribunal en virtud de la cual, Miranda debería ser apresado, con embargo de bienes; se seguiría su causa hasta la definitiva, y al tiempo de su prisión se recogerían las pinturas, libros…”. (6)
Se da una continuidad en la visión del mundo del Gabo, entre estas dos novelas, pues el Libertador es movido a la acción de la épica independista inspirado por el pensamiento ilustrado creado por filósofos como: J.J. Rousseau, Voltaire. Diderot, etc., en su lucha contra la monarquía española. Y uno de los conflictos “Del Amor y Demonios” es la tensión entre una sociedad dominada por el temor y la sumisión, que impone el poder de la iglesia, sobre la razón y el pensamiento ilustrado que fue determinante para generar la revolución científica e industrial.
En la novela se establece así un discurso pleno de ironía y de humor, donde los personajes coexisten con situaciones extremas creando episodios absurdos, rasgo propio de la narrativa del Gabo, como son los sucesos que se dan en el convento de las monjas clarisas cuando su cotidianidad es trastocada por sus fantasías desbocadas, desde que llega a ser exorcizada en su convento Sierva María, y como una prueba de estar poseída se le acusa de hacerse invisible, de que las flores crezcan de manera desmesurada, los gallos canten de una manera nunca inusual y los cochinos hablen en el convento.
Lleva así el novelista al lector a la cotidianidad y la visión fantástica del mundo dominante en el Nuevo Mundo del siglo XVIII. Así lo que se ha llamado el realismo mágico, podría ser una manera de existir, sentir y percibir tanto individualmente como socialmente, rasgos del ser de Hispanoamérica que aún no han sido trascendidos y plantear la necesidad de asumir con pensamiento crítico, sentido común y pragmatismo el devenir. Esto permitiría enfrentar la realidad a través de la voluntad creativa y no a través de las pulsiones del inconsciente, alimentadas por el magicismo, la fantasía utópica y el profetismo mesiánico, categorías del pensamiento necesarias de superar para le liberación del continente del caudillismo y de las dictaduras. Por tanto, la literatura de Gabriel García Márquez podría llevar desde esta perspectiva a una reflexión sobre el presente, enfrentando al lector a los abismo de nuestra alma y generar un proceso de autoconocimiento. Se está por tanto ante la literatura como mayéutica.
Citas:
(1) G.G. Márquez, El General en su Laberinto, Editorial Oveja Negra, Colombia, 1989, p.p. 172-173.
(2) G.G. Márquez, Del Amor y otros Demonios, Edit. Norma, Colombia, 2007, p.19.
(3) G.G. Márquez, op. cit., 2007, p.222.
(4) Ibid. p.p. p.215-216.
(5) Ibid. p.p. 88-89.
(6) Sosa, Pedro, Persecución Inquisitorial de los Libros Prohibidos en la Venezuela colonial, Universidad Pedagógica Experimental Libertador, p. 15, 2008.