El cine venezolano cumple 114 años
Aunque existen ciertas dudas acerca de la autoría de estas películas, originalmente se les atribuyen a Manuel Guillermo Trujillo Durán quién dio pie a la sucesión de muchas exhibiciones fílmicas que sentaron las bases del cine que hoy conocemos.
El esfuerzo de la plataforma gubernamental del cine es constante y oportuno, comentó el presidente de la Fundación Villa del Cine José Antonio Varela, quien además agregó que el avance del cine «se ha ido logrando poco a poco, gracias a todos los organismos del Estado que se han dedicado a ello, además la Ley del Cine hace propició la creación de un fondo, con el cual se puede costear los gastos que genera la industria cinematográfica, dirigido a los creadores”.
Hoy, con un poco más de trayectoria, mayor apoyo de los venezolanos hacia las producciones criollas y una creciente motivación de los creadores por mostrar historias más atrevidas; nuestro cine celebra su aniversario y se enorgullece de los logros obtenidos.
Apenas en 1916 es cuando aparece la primera película larga de ficción: La Dama de las Cayenas o Pasión y Muerte de Margarita Gutiérrez, de Enrique Zimmerman.
En 1934 se realizan los primeros intentos de sonido con la película La Venus de Nácar. Sin embargo, en 1938 con el estreno del cortometraje Taboga es que se logra hacer cine sonoro en Venezuela.
A finales de la década de los cincuenta , la película La Balandra Isabel llegó esta tarde, de Carlos Hugo Christensen, logró obtener el premio a mejor fotografía en Festival Internacional de Cannes 1951.
En 1959 Margot Benacerraf gana el premio de la Critica del Festival de Cannes con la cinta Araya. Un galardón que fue compartido con el célebre cineasta de Alain Resnais por su película Hiroshima, Mon Amour.
En la década de los 70 comienza la corriente de cine social de la mano de Román Chalbaud, Clemente de la Cerda y Mauricio Walerstein. Esta se extendería hasta los años 80 con las películas Macu, la mujer del policía de Solveig Hoogesteijn y Homicidio Culposo de César Bolívar.
En los noventa se estrenan Jericó de Luis Alberto Lamata; Disparen a Matar de Carlos Azpúrua; Sicario (1995) de Elia Schenider y José Ramón Novoa, Huelepega; Ley de la calle (1997) y Garimpeiros (1999).
Luego en 2003 se crea la primera cinta venezolana realizada en cine digital: Yotama se va Volando de Luis Armando Roche.
Un año después, aparece Secuestro Express, de Jonathan Jakubowicz, que se convierte en la película nacional más vista en Venezuela. También se estrena El Caracazo de Román Chalbaud, la cinta más costosa en la historia del cine venezolano.
