El Pájaro de Fuego vuelve a volar sobre la sala Ríos Reyna
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Del 15 al 17 de septiembre, el Ballet Nacional de Caracas Teresa Carreño regresa al escenario de la sala Ríos Reyna, con la obra El Pájaro de Fuego, una coreografía del maestro Vicente Nebrada, sobre la música compuesta por Igor Stravinsky, que contará con el acompañamiento de la Orquesta Gran Mariscal de Ayacucho, dirigida por el maestro Rafael Jiménez.
El cuerpo de ballet, que llega triunfante de sus presentaciones en el teatro Wolf Trop, de Virginia EEUU, interpretará también la coreografía de Nebrada, Pentimento. Ambas obras recibieron elogiosos comentarios de la crítica durante esta gira internacional en el pasado mes de julio. Basada en una fábula ruso, El Pájaro de Fuego narra la historia de un Zar que tiene en su jardín árboles con manzanas de oro, las cuales son, regularmente robadas.
Preocupado por el extravío de los preciados frutos, el Rey ha solicitado una rigurosa investigación sobre quién es el ladrón. Se descubre que es un ave mágica: El Pájaro de Fuego, cuyas plumas de oro y ojos que parecen cristales del cliente, obsesionan al mandatario, hasta el punto de pedirle a sus hijos que capturen al ladrón. Estos montan guardia para complacer a su padre, pero sólo el joven Iván tiene suerte para atrapar al ave, quien a cambio de la libertad, le ofrece una pluma tan resplandeciente que ilumina toda la noche. Esto no le basta al zar. Él quiere al pájaro completo. Con la ayuda del Lobo gris, en el espeso bosque del reino, Iván cumple su misión. Lleva ante su padre al prisionero y de esta leyenda nace el ballet.
El Pájaro de Fuego fue estrenada el 25 de junio de 1910, en el Teatro de la ópera de París, con una coreografía originalmente concebida por Michel Fokine, para el legendario ballet ruso, dirigido por el célebre Serge Diaghilev. Los intérpretes fueron, en esa ocasión, Michel Fokine, como el príncipe Iván, Tamaro Karsavina (El Pájaro de Fuego) y Enrique Ceccetti (Katschei).
En un principio, Diaghilev encargó el Anatole Liadov, alumno de RimskiKorsakov, la creación de la música de este ballet, pero cuando éste renunció el cargo, Diaghilev formuló el encargo al joven Igor Stravinsky. Habla oído mucho de este compositor de veintiocho años y cuando Stravinsky llegó a París para asistir a los ensayos, el director ruso le dijo el la bailarina Tamara Karsavina: «Fíjate bien en él, es un hombre en vísperas de la fama».
Esta es la primera obra de Stravinsky para ballet. Desde su estreno hasta hoy, El Pájaro de fuego ha experimentado adaptaciones propias de cada tiempo, pero ha mantenido, en todos sus versiones, el encanto que lo convirtió desde el principio en un ballet fundamental para la cultura de occidente.
El argumento
La obra se inicia en el jardín encantado del mago Katschei, donde hay árboles con manzanas de oro. Allí están encerradas una gran cantidad de bellísimas doncellas, capturadas por el hechicero y transformadas libélulas. El príncipe Iván entra al jardín
Y ve a una extraordinaria criatura, El Pájaro de Fuego, quien se siente atraído por las manzanas. Iván lo captura y el ave asustada implora su libertad. Para obtenerlo le regala al príncipe una de sus plumas, que tiene el poder de protegerlo contra los hechizos del mago.
La segunda escena se inicia con Iván solitario, en el bosque. En la noche ve salir a las prisioneras del castillo del mago. Las libélulas inician un juego con frutos de oro. Iván observa a la más bella de todas, quien es una princesa transformada en libélula por el mago, y se enamora de ella. Intentó hablarle en varias occisiones. Cuando lo logra ella le cuento su historia y la de los viajeros que llegan a ese jardín y son encantados por Katschei.
La historia continúa. Iván está triste, pero valientemente sigue a la princesa amada por el jardín. Suenan las alarmas y un pequeño ejército de monstruos, la guardia del mago, avanza sobre el príncipe. Katschei, furioso, lanza sus hechizos contra el príncipe. Iván, recordando la pluma encantada, la agita sobre el rostro del mago. El Pájaro de Fuego hace su aparición y obliga al mago y sus monstruos a danzar hasta quedar exhaustos.
El ave está enterada de que el alma del mago se encuentra encerrada en un gran huevo y ordena a Iván que se apodere de él. El Príncipe despedaza ese huevo y el hechicero muere, el castillo desaparece y las doncellas quedan libres. Los dos enamorados, la princesa y el príncipe Iván, pueden unirse para siempre, mientras el pájaro mágico se aleja, en una historia que festeja el amor y la libertad.
La coreografía del maestro Vicente Nebrada fue estrenada en Winnipeg, Canadá, en 1982, y en Caracas en 1984. La versión mantiene las líneas argumentales generales y las enriquece añadiendo nuevos personajes. De este modo, crea un ambiente irreal, en el que los árboles adquieren apariencia siniestra gracias a una hábil iluminación. Sobre el escenario vuelan aves extrañas, especies de murciélagos con cola y ojos rojos. Esta versión aprovecha al máximo la música, lo cual permite a los bailarines mayores ocasiones de mostrar sus habilidades coreográficas y expresivas, eso explica el que sea un trabajo aplaudido en todos los sitios donde se ha presentado.
El Pájaro de Fuego también ha sido representado como una metáfora de ave fénix que renace de sus cenizas (en la versión de Maurice Béjart). El amor triunfa, como el bien sobre el mal.
«Pentimento» con música de J. S. Bach (selecciones de cuatro suites para orquesta) comienza con la reaparición en un lienzo de una imagen que ha sido sobre pintada. Las imágenes se convierten en una sola con el tiempo y sin embargo se mantienen distintas. Es una forma de ver lo que estuvo una vez allí y lo que está ahora aquí.
Este hermoso espectáculo para toda la familia, podrá disfrutarse del 15 al 17 de septiembre en la sala Ríos Reyna del Teresa Carreño. La obra se presenta el viernes 15 de septiembre, a los ocho de la noche, el sábado 16 a las seis de la tarde, y el domingo 17, a las once de la mañana y seis de la tarde. Más información, a través del 800-Ópera (67372).
