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“Emilia Pérez”: ¿Más que el escándalo?

Tal vez el punto más fuerte de “Emilia Pérez” sea la interpretación de Zoe Saldaña

De vez en cuando el cine ofrece piezas que nos hacen hablar, debatir; que polarizan y generan tendencias. Son esas obras disruptivas que cumplen con el precepto de romper esquemas, de hacernos pensar y de salirse del esquema de lo comercial; allí está “Emilia Pérez”.

Dirigida y escrita por el realizador francés Jacques Audiard, la cinta nos sumerge en la médula de México, o, mejor dicho, en la médula de las sombras de México, su machismo, su violencia, y su corrupción. En este entorno, la abogada Rita Mora Castro (Zoe Saldaña) recibe la oferta del capo del narcotráfico “Manitas” del Monte (Karla Sofía Gascón) para una comisión muy particular, para hacer posible su cirugía de cambio de sexo y asegurar el futuro de su esposa, Jessi (Selena Gómez) y de sus hijos.  Cumplido el acuerdo y pasados los años, Rita supera sus límites profesionales y en viaje a Londres encontrará a una mujer enigmática que tiene un trabajo para ella, esta mujer es Emilia Pérez.

En tono de musical anarquista, la obra de Audiard busca retratar un viaje personal, el de Emilia Pérez, en un entorno sumamente complejo donde se entretejen los dramas de la violencia contra la mujer, las desapariciones, secuestros y narcotráfico, aunque su ejecución no sea del todo afortunada. Y es que se nota que la inserción de los temas musicales no fue la más acertada, con métricas forzadas y canciones en momentos que, lejos de sublimar la trama, hacían perder el interés en la historia, por no mencionar que podían rayar en lo absurdo.

Tal vez el punto más fuerte de “Emilia Pérez” sea la interpretación de Zoe Saldaña, quien se monta la película en la espalda para ofrecer, no solo un papel magnífico, sino una ejecución musical y coreográfica maravillosa, logrando, dicho en buen criollo, comerse la película.

Su coestelar, Karla Sofía Gascón, hace un muy buen papel, pero, curiosamente, no tanto en su rol de Emilia, sino como Manitas del Monte, ese narcotraficante violento y sombrío que solo busca sentirse bien con su verdadera naturaleza. Allí está la fuerza de su ejecución actoral que realmente impresiona.

Lamentablemente, no podemos ofrecer un buen análisis respecto a una Selena Gómez desaprovechada con un pésimo acento español (que podría haberse resuelto con una línea que explicara su nacimiento en Estados Unidos y posterior mudanza a México) y con un papel que procrastina su momento tope hasta el último acto del film.

“Emilia Pérez” es una obra transgresora, rompe los esquemas, tiene una historia original, una protagonista original, una forma única de narrar el viaje interior del personaje, pero, repetimos su resultado no logra consolidarse con firmeza y se convierte en una producción que ha sido criticada por tocar temas delicados de una forma tangencial y, para algunos, insensible. Se notan las costuras de la visión lejana de un realizador europeo que muestra su visión de México.

¿Es una película fallida? Para nada, el film ha labrado un camino muy interesante con el que ha ganado un puesto en los foros de debate y como propuesta artística es encomiable porque logra el principal efecto del arte: hacer pensar, fomentar la discusión, el hecho cultural.

¿Merece las 13 nominaciones? Para quien escribe, NO. Su logro filmográfico no puede compararse con magnas obras del cine, pero valga decir que a la Academia de Hollywood le encantan este tipo de películas polémicas, aunque en el camino real se queden sin tantas estatuillas.

“Emilia Pérez” está en salas, es una película que les dará de qué hablar y ustedes juzgarán si sus eventuales premios nacen de algo más allá que del escándalo.

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