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España refleja 150 años de su historia en fotografía

(%=Image(9318775,»R»)%) Las ciento dieciocho imágenes seleccionadas para la exposición «150 años de fotografía en España» permitirán al espectador acercarse a la realidad de ese país ibérico a través de sus rasgos históricos: guerras, aristócratas, artistas, políticos e intelectuales coinciden con anónimos pobladores, fiestas de calle y aquellas notables transformaciones de un país cuyos cambios históricos concluyeron en el proceso de transición hacia la democracia, evidenciándose además avances importantes en la propia fotografía.

Gracias a la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) se hace realidad el proyecto 150 años de fotografía en España, exhibido en la Sala Goya del Círculo de Bellas Artes de Madrid, entre 1999 y el año 2000 y luego de itinerar por varios países de América Latina llega a Venezuela bajo el patrocinio de la Embajada de España.

A inaugurarse el próximo 15 de noviembre de 2001 a las 7 de la noche en la sala 2, esta exposición cuenta con la colaboración de Constructora Dycven S.A., Branco de Venezuela. Grupo Santander, Veneasistencia, Banco Canarias y Fundación Cacique. «150 años de fotografía en España» es el resultado de la ardua investigación que durante 20 años ha llevado a cabo Publio López Mondéjar, curador que ha dado otras obras muy importantes para el conocimiento y enriquecimiento de la fotohistoria española, como es el caso de los tres volúmenes de «Las fuentes de la memoria», o la más reciente «Historia de la fotografía en España».

(%=Image(2160123,»L»)%)La muestra impone un recorrido que va desde los pioneros del daguerrotipo y el calotipo, como Lorichón y Clifford; hasta las nuevas generaciones representadas por el fotógrafo Miguel Trillo, Chema Madoz, Cristina García Rodero o Joan Fontcuberta; pasando por representantes de las distintas tendencias fotográficas, como el pictorialismo (Ortiz-Echagüe, Goicoechea o Antoni Campañá); la revolución documentalista de los 50 y 60 (Ramón Masats, Gabriel Cualladó o Paco Ontañón); y los reporteros de guerra y anteguerra (Díaz Casariego o Merletti.

Siguiendo un propósito didáctico, la exposición se divide en tres grandes apartados:
En el primero se muestra el nacimiento y evolución de la fotografía decimonónica (1839-1900), dedicándose una atención especial al daguerrotipo, el calotipo, las primeras fotografías realizadas en negativo de cristal, el primer fotoperiodismo, el retratismo de galería y el imperio de la fotografía propiciado por la multiplicación de las imágenes. La segunda parte contempla la evolución de la fotografía entre el año 1900 y el final de la guerra civil (1939) destacando la fotografía popular, el nuevo retratismo, el reporterismo gráfico y el pictorialismo. En el tercer apartado, que comienza con el ascenso de Franco al poder y llega hasta nuestros días, se develan las relaciones entre la fotografía y la política; se analiza la revolución documentalista y su plasmación en los movimientos como Afal (Agrupación Fotográfica Almeriense) el fotoperiodismo de la transición democrática, el documentalismo antropológico de los años 80, el nacimiento de la modernidad y la postmodernidad y la novísima fotografía de los años 90.

EL IMPERIO DE LA FOTOGRAFÍA

(%=Image(5044446,»R»)%)Señala López Mondéjar en su documento «150 años de fotografía en España» (Madrid: Lunwerg Editores, 1999): «…Desde finales de la década de 1840 el reto de los pioneros fue conseguir la multiplicación en grandes tiradas de imágenes fotográficas, con el objeto de ponerlas al alcance de grandes masas de público. A los balbuceos daguerrotípicos y calotípicos siguió una actividad febril, con el objeto de crear un amplio mercado fotográfico, que estuviese en condiciones de satisfacer la creciente demanda de la ascendente burguesía…» Luego de que Scott Archer descubriera, en 1851, un procedimiento a través del cual reemplazó la albúmina por el colodión, material que permitía reducir el tiempo de exposición a dos segundos, la futura tarea de los fotógrafos iba a ser documentar el universo a través de álbumes y «museos fotográficos», sentando así las bases para una nada desdeñable especulación productiva.

Hacia 1860, al lado de los maestros extranjeros establecidos en España (Charles Clifford y Jean Laurent), destacan los nativos ibéricos Pascual Pérez Rodríguez, Hermenegildo Otero, Alfredo Truán, Andrés Cisneros, Julián Martínez de Hebert, José Martínez Sánchez y José Spreafico, representados en «150 años de fotografía en España». Estos primeros reporteros gráficos plasmaron obras públicas, vistas de las ciudades y retratos de tipos populares (mendigos, barberos, sombrereros, etc).

Junto a la fotografía de viajes y la reproducción de obras de arte, el retrato se convirtió en la manifestación más emblemática del desarrollo imparable de la fotografía. Hacerse retratar se convirtió en un signo de progresión social. La fotografía pasaría a ser un arte al alcance de capas cada día más amplias de la sociedad. La fotografía llegó a multiplicar en cantidades asombrosas el rostro de los personajes públicos, en una época en que la fotomecánica no estaba todavía en condiciones de cumplir esa función. Hacia 1869, fotógrafos como Alonso Martínez, Laurent, Gumersindo Ortiz, Enrique Godínez y Jalón Angel, retrataron a políticos, miembros de la realeza, actores, escritores, músicos y toreros. El negocio del retratismo creció en proporciones sólo comparables a las de la merma de su calidad. De la pose interminable en el taller de los pintores, se había pasado a la cómoda y rápida de los estudios fotográficos.

Hacia la década de 1870 proliferan los estudios fotográficos en España, lo que produjo el fortalecimiento de esta industria. Surge así la fotografía científica (estudios de enfermedades venéreas, lepra y enfermedades oftalmológicas y dermatológicas), la cual contrasta con la foto-caricatura, los retratos-mosaico y la consolidación del registro de delincuentes o condenados. Al mismo tiempo fue practicada la fotografía de difuntos.

En España, los primeros trabajos fotográficos destinados a la prensa se realizaron en 1860, en esa fecha los fotógrafos comenzaban a acompañar a los dibujantes y cronistas literarios en su tarea de documentar hechos relevantes

MOMENTOS HISTÓRICOS

(%=Image(4093579,»L»)%)España concluye el siglo XIX traumatizada políticamente por la pérdida de sus colonias (Cuba, Filipinas, Puerto Rico, Guam). Crisis política, económica y social cierran el siglo XIX español; un país preindustrial y agrario que dedicaba muy poco de su presupuesto a la ciencia y la cultura. Esta situación política y social apenas se vio reflejada en la fotografía, gracias a que siempre estuvo alejada no sólo de la realidad artística, sino despreciada por las élites culturales. Resalta López Mondéjar que esta crisis sí llegó a reflejarse en las estructuras industriales y comerciales de la fotografía.

En las últimas décadas del siglo XIX surge la «negación de lo real», la llamada fotografía pictorialista. Los fotógrafos pictorialistas, provenientes en su mayoría de la aristocracia y la alta burguesía, según López Mondéjar, «se empeñaron en romper cualquier tipo de relación entre la verdad y la fotografía como condición ineludible para convertir a ésta en una verdadera manifestación artística. Con la pretensión de preservar a la fotografía de los estragos de la vulgarización y la masificación propiciadas por los avances de la técnica, los pictorialistas trataron de reducirlas a templos inaccesibles para los amateurs y profesionales». Se buscaba que la fotografía imitase a la pintura. José Ortiz-Echagüe y J. Vilatobá son algunos de sus máximos exponentes.

En la segunda oleada pictorialista predomina el componente documental, y está representada en la historia de la fotografía española y en esta exposición por Goicoechea y Campañá, entre otros, quienes luego incursionaron en el campo de la experimentación formal. Este pictorialismo fue proseguido por los retratistas populares.

La caída de la dictadura a principios de la década de 1930, sirvió como detonante para importantes cambios políticos, económicos y sociales. La era republicana traía consigo una vida cultural más intensa, poniéndose en cuestión los principios estéticos del pictorialismo. Es cuando se fortalece la fotografía especialmente dedicada a los campos de la publicidad y la moda.

La guerra española (1936-39) sentó las bases de una estética fotográfica enraizada en las motivaciones éticas de la lucha. El pueblo se va a convertir en el gran protagonista de estas imágenes.

A partir de 1938, la censura se intensificó, llegó a ser tan asfixiante que el desnudo quedó proscrito en salones y concursos y fue ya entrados los años 60 cuando comenzaron a verse de nuevo. Los fotógrafos no trataron este género hasta las vísperas de la transición democrática, a excepción de Otho Lloyd y Nicolás Muller, este último presente en 150 años de fotografía en España.

En los años de la postguerra, los fotógrafos carecían de materiales para hacer sus trabajos. El aislamiento político del Régimen agravaba aún más la situación. La obra de viejos maestros del tardopictorialismo español de la anteguerra fue definiendo un nuevo oficialismo fotográfico, el cual estaba estrechamente relacionado con la no realización de obras de carácter «realista o inmoral».

En 1956 fue creada la Afal (Agrupación Fotográfica Almeriense) por Xavier Miserachs y Gabriel Cualladó, entre otros, quienes trataron, a través de un movimiento y una publicación, de fortalecer el nuevo realismo documental de los años 50 y 60, calificado como la segunda vanguardia fotográfica española.

Luego, junto a la fotografía cándida, se mantuvo un tipo de reportaje popular que basaba su capacidad de sorpresa en la propia sencillez y falta de pretenciosidad de sus autores. La España destruida por la guerra se reflejaba en imágenes que hoy son un espejo de un territorio desolado por la derrota. Los últimos retratistas fortalecen este género en los años 50. Leopoldo Pomés es uno de sus máximos exponentes. Entre 1955 y 1959 un grupo de fotógrafos (Miserachs, Pomés, Colom, Terré, entre otros), comienza a mostrar su obra en las salas expositivas, sistematizando el realismo documental, deudor del documentalismo de Catalá Roca, el realismo poético francés y del neorrealismo italiano.

(%=Image(2160123,»R»)%)Los fotógrafos de los años 70, con excepción de algunos jóvenes fotoperiodistas, permanecieron ajenos a aquellas tensiones dialécticas, enclaustrados en el limbo de una nueva ortodoxia documental, o tratando de atrapar la esencia de la fotografía, Surgen así los nuevos fotógrafos españoles, quienes reivindicaban un arte «artístico y apolítico», aparece así la Nueva Generación, tras la torre de «Nueva Lente», movimiento conformado por fotógrafos y respaldada por una publicación, en la que se reflejaba el espíritu lúdico-irracionalista asumido por las nuevas corrientes artísticas.

En los años 80 se trataría nuevamente de someter a la fotografía. Igual que los antiguos pictorialistas recurrían a las llamadas emulsiones nobles, los jóvenes fotógrafos adoptan todo tipo de manipulaciones en los soportes, como el collage, los clastotipos, cascografías, fotoesculturas y fotoinstalaciones. Destacan en esta exposición Joan Fontcuberta, Toni Catany, Rafael Navarro, Xurxo Lobato y Chema Madoz, entre otros.

En el tránsito hacia los años 90 se consolidan algunas de las corrientes apuntadas en los años anteriores, aunque un renovado eclecticismo y los efectos del nuevo oficialismo experimental han ido conduciendo hacia un creciente mestizaje de técnicas y estilos, en consonancia con lo que caracteriza a buena parte de la producción artística contemporánea.

Esta muestra de la historia de la fotografía en España tiene un valor agregado, relacionado con el dar a conocer los trabajos de algunos de los fotógrafos más relevantes de ese país europeo. A través de estas imágenes podemos conocer la historia no oficial de una nación a la que habitualmente no se tiene acceso.

Política, cultura, emotividad y estética se entremezclan en estas imágenes que narran padecimientos y renacimientos del pueblo español.

En el marco de esta muestra se llevarán a cabo actividades educativas como conferencias, talleres de fotografía para niños y jóvenes y de conservación de fotos.

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