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Filosofía de la vida

Henri Bergson, uno de los grandes filósofos de los tiempos modernos, influye con su doctrina en casi toda la creación literaria y filosófica contemporánea. La fuerza poética de su expresión y de su pensamiento, su cálido espiritualismo humanista, su profundidad científica, su brillante estilo personal y la extraordinaria calidad literaria de su producción filosófica, contribuyen definitivamente a la conformación de la mentalidad moderna y le hacen acreedor del Premio Nobel de Literatura en el año 1927.

 Hace setenta años, moría en París, donde había nacido en 1859, Henri Bergson, fundador de la filosofía de la vida en Francia, tal como Nietzsche y Ortega y Gasset lo fueron en sus respectivos países. Rindamos homenaje a tan ilustre pensador con su propio lenguaje y pensamiento, elevando un himno a la creatividad a modo de estímulo espiritual en estos tiempos de zozobrante penumbra.

 ¿Qué mayor atrevimiento, qué mayor novedad que venir a anunciar a los físicos que lo inerte se explicará por lo vivo, a los biólogos que la vida no se comprenderá más que por el pensamiento, a los filósofos que las generalidades no son filosóficas, a los maestros que el todo debe enseñarse antes que los elementos, a los alumnos que es preciso comenzar por la perfección, al hombre, más que nunca entregado al egoísmo y al odio, que el móvil natural del hombre es la generosidad?

 Comprendamos al hombre situándolo entre el pasado y el futuro en la cadena del devenir universal, de la que él es un momento actual, haciéndolo entrar, con todos sus dones físicos y morales, en el círculo total del ser. Postulemos un espiritualismo positivo. Espiritualicemos la vida. Resolvamos el mundo material en continuidad de fluencia con el devenir, en el dominio duradero de la conciencia. Nos creamos a nosotros continuamente . Un yo que no cambia, no dura. La duración es el progreso continuo del pasado que corroe y que se dilata al avanzar.

 Existir es cambiar, cambiar madurando, madurar creándose indefinidamente a sí mismos. La intuición, clave de la vida, se apoya en la duración interior, en el fondo del espíritu, significa conciencia inmediata, visión, contacto, coincidencia. Pensar intuitivamente es pensar en duración. La vida es elevación, crecimiento, esfuerzo ascensional, trabajo de creación espiritualizadota  y liberatriz. Antes que pensadas las verdades  han de ser sentidas y vividas. Antes sentir que pensar la verdad. No hay cosas, no hay más que acciones. No existen cosas hechas, sino solamente cosas que se hacen, no estados que se mantienen, sino solamente estados que cambian. Pensamiento y movimiento.

 La vida, esfuerzo para acumular energía y lanzarla para que cumpla trabajos infinitamente variados. He aquí lo que el impulso vital, atravesando la materia, querría obtener de una vez.  Conciencia, exigencia de creación. Vida de lucha, exigencia de invención, evolución creadora. El tiempo es invención o no es. Invención equivale a creación de formas, elaboración continua de lo absolutamente nuevo. Sólo se conoce o comprende lo que se puede de algún modo reinventar. Nuestra duración no puede volver atrás, es irreversible gracias a la conciencia, la intuición y la libertad.

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