Fotografía :Antonio Briceño se adentró en la Amazonia
Desde hace ya algún tiempo han llamado la atención del mundo por sus acciones de resistencia contra constructores, mineros y madereros que amenazan su ambiente y forma de vida. Su reputación de pueblo guerrero se extendió por todos los continentes.
La ceremonia de Bemp, que le da el nombre a esta exposición se celebra estacionalmente durante la temporada más seca del año, la de las aguas más bajas, la de la pesca del Bemp. Los niños que son bautizados en esa ceremonia tendrán un nombre que comenzará con el prefijo Bemp.
Otras manifestaciones de su rica cultura atraen a etnógrafos, estudiosos y artistas que sucumben a la fascinación de sus rituales ancestrales, a la decoración de sus cuerpos, al vigor de sus danzas y a sus armoniosas costumbres. Ese es el caso de nuestro Antonio Briceño, quien sorteó todo tipo de obstáculos para aterrizar con su cámara en una breve franja roja en medio de la selva, entre el Río Curúo y el Río Fresco, donde está enclavada la comunidad de A’Ukre.
Los participantes convierten su cuerpo en un soporte plástico impregnado de tatuajes y atavíos de vivos colores. En esencia se muestra como un intrincado y laberíntico territorio de símbolos, donde se representa su cosmogonía. Ambos, cuerpo y selva, a través de la ceremonia y la danza, establecen un diálogo sagrado que invoca el nombre del niño quien, una vez iniciado, tendrá identidad dentro del alma colectiva. Ese es el mundo que evoca esta exposición.
http://www.antoniobriceno.com/
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