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Francisco Pérez de Antón Premio Nacional de Liiteratura Miguel Angel Asturias

El 5 de septiembre de 2011 el Ministerio de Cultura y Deportes anunció el que escritor Francisco Pérez de Antón (1940-****) fue seleccionado ganador del Premio Nacional de Literatura “Miguel Ángel Asturias” 2011. En ceremonia especial a realizarse en el Salón de Banderas del Palacio Nacional de la Cultura durante el mes de noviembre, le será entregada medalla de oro y el respectivo diploma de reconocimiento; posteriormente será publicada una obra del escritor galardonado, a su elección.

Radicado en Guatemala desde 1963, tal parece que Francisco Pérez de Antón conoce mejor que muchos chapines, el país y sus costumbres y por eso halagó con sus “Chapinismos del Quijote” (2005).

Sus novelas, dos de las cuales ambientadas en la época de la colonia (“Los hijos del incienso y de la pólvora”-2005; y, “La guerra de los capinegros” -2006) y la tercera (“El sueño de los justos” -2008) exactamente durante el período 1 al 15 de noviembre de 1877, dejan un buen conocimiento de asuntos históricos novelados.

Si de ingeniero pasó a convertirse en “chef” de cocina e inventor de la receta para producir un plato que absurdamente algunos quieren darle el significado de comida típica nacional (“Memorial de cocinas y batallas: la singular historia del nacimiento y desarrollo de Pollo Campero (1969-1984)” -2002), igual se había transformado años atrás en economista al escribir “La libre empresa : una introducción a sus fundamentos éticos, jurídicos y económicos” (1979), obra de la que modestamente señala que quiso ser folleto antes que libro, para que pudiera leerse “mientras se sube el ascensor”, lo cual no necesariamente ocurre así porque el lector encuentra capítulos que ameritan más de una lectura, interpretar entre líneas la representación filológica y política de varias acepciones.

Otro ensayo producido por la pluma sin pincel de Pérez de Antón es un breve folleto de 31 páginas intitulado “Marroquín y Las Casas : una querella histórica” (2006), donde estudia la labor evangelizadora y de defensa de los indios ejercida por estos dos hombres que si bien actuaron en nombre de su religión, no se contentaron con llevar la fe a los conquistados por la espada, sino hasta podrían ser denominados los “ombudsman” de su época.

Y como se trata de un autor prolífico, y por ello bien merecido el Premio que se le otorga, resulta que no solo en novelas y ensayos académicos ha incursionado, también en la rama del cuento, en la cual ha presentado “Cansados de esperar el sol” (1985), título que contiene sabrosos relatos inspirados en el Popol Vuh, lo cual ya le dice mucho al lector respecto a su contenido.

Otros ensayos que él advierte que no lo son por cuanto “Decir ensayo, así y todo, no es decir reflexión sesuda, extensa y trascendente”, se encuentran en “El vuelo del faisán herido” (2000). Contiene títulos o capítulos, que constituyen digresiones explica también con modestia el autor.

Sus “Veinte plumas y un pincel” (2011), dicen mucho de su capacidad de análisis de las respectivas obras de veinte autores nacionales y extranjeros, así como de un pintor guatemalteco. De manera pues que Pérez de Antón no deja de sorprender ni de agradar. Su pluma, con o sin pincel, es altamente valiosa, como cuando describe el papel de la Iglesia en el juicio contra Juan de Yepes, dejándolo morir en una celda monástica y después exaltándolo y convertirlo en santo, análisis que recuerda lo que el propio Pérez de Antón escribió y reflexionó en su brillante análisis “El gato en la sacristía: cuenta y razón del declive de la Iglesia Católica en el mundo” (2002), cuyo título dice más que lo que pudiera comentarse.

Ergo: Francisco Pérez de Antón siempre sorprenderá con algo nuevo, y ahí está su propia paradoja: escribir la historia con un punto de vista diferente, invitando a la reflexión y análisis, así como a profundizar en tantos pasajes de la historia nacional, que él cuenta como si fueran ficción, aunque siempre la realidad como que supera a la imaginación del autor, lo cual no es su culpa. Su producción literaria es vasta y diversa, con un punto en común: de prosa sencilla, con ensayos filosóficos y económicos entretenidos, claros y abiertos, tanto para el lector neófito como para el erudito, amenas sus novelas, interesantes los cuentos y relatos, y sus crónicas no le van a la zaga con respecto a las que en su oportunidad publicaran Enrique Gómez Carrillo y José Rodríguez Cerna.

En suma: el Premio 2011 quizá brinde la oportunidad para que nuevos lectores se interesen por saber del autor y estudiar su obra, que bien podría ser motivo de coloquio público en cualquier ambiente académico no solo universitario, sino también ideal para que grupos de estudiantes de nivel medio lo interpreten en sus cursos de literatura y seminario de graduación.

 

fuente: ca-bi.com/blackbox

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