Hacia la integración de dos países con el II Festival Binacional de Teatro Unipersonal de Los Andes y Zonas Fronterizas
Comienza la II edición del festival binacional de monólogos en el Ateneo del Táchira. Un encuentro que será inaugurado el próximo domingo por la Sociedad Salón de Lectura y la Compañía Regional de Teatro del Táchira. Esta gran fiesta de la expresión corporal, del gesto en movimientos y estados de ánimos, se hará presente entre los días 10 y 20 del mes de noviembre en la Sala María Santos Stella de la Institución.
Directores, guionistas, actores y actrices de inmensa y reconocida valía estarán llevando a las tablas, obras monologadas ante un jurado integrado por tres de las personas más idóneas y conocedores del soliloquio teatral tanto de Colombia como de Venezuela. El jurado preseleccionador, ha escogido a diez de las mejores propuestas que se estarán presentando, con la finalidad de optar a los distintos premios que la organización del festival ofrece a quienes resulten ganadores en las especialidades.
Esta será la segunda experiencia. La segunda vez que el Ateneo del Táchira y la Compañía Regional de Teatro del Táchira, con el apoyo del CONAC, Gobernación del Estado, Fundación Cultural Banfoandes, y Banco Sofitasa, convocan y reúnen a un conglomerado importante de hacedores teatrales durante diez días, los cuales vendrán a nuestra geografía sancristobalense a proponer sus experiencias actorales desde ese difícil y muy poético arte, como el monólogo. Las obras se estarán presentando a las 8:00 de la noche a partir del domingo 10, después de la inauguración.
Comienza así el II Festival Binacional de Teatro Unipersonal de los Andes y Regiones Fronterizas. La invitación es entonces para los amantes del teatro y, muy especialmente del monólogo, para que asistan todas las noches al Ateneo del Táchira a presenciar esta fiesta de la conversación consigo mismo; del arte del ensimismamiento a través de la palabra poética, de la hondonada sentimental del hombre que vibra y hace vibrar con propia palabra, con el color profundo de sus gestos que se escuchan en cada rompimiento de brisa, sobre el escenario.