José Delgado un tenor que echó a volar por el mundo las canciones de Venezuela.
Sentí una profunda tristeza al enterarme de la muerte de José Delgado, hecho ocurrido hace algunos meses, pero esta corta distancia en el tiempo no puede impedir que evoque su recuerdo, pues no pretendo dar una noticia periodística de actualidad, estoy más bien haciendo un merecido reconocimiento a uno de nuestros primeros cantantes de figuración internacional. En efecto, José Delgado fue un tenor lírico de grata presencia, que metió en un mismo equipaje, su hermosa voz, una bien adquirida técnica, las ganas inmensas que tenía de cantar y el sentimiento de mostrar a Venezuela a través de sus canciones. A los inicios de su carrera tuvo la suerte de ser el cantante principal del “Retablo de las Maravillas”, aquel teatrillo ambulante de fascinantes espectáculos, dirigido por el poeta yaracuyano Manuel Rodríguez Cárdenas. Un teatro total nacido en el sentimiento popular y en las raíces de nuestro pueblo, que en la década de los años cincuenta, llevó a todos los rincones de Venezuela las danzas de Yolanda Moreno, la palabra de los poetas nacionales en la voz hablada de Víctor Morillo, las canciones de la tierra venezolana en el canto de José Delgado, la música de José Reyna y los acompañamientos al piano de Julita La Rosa.
José María Delgado nació en Caracas el 6 de abril de 1932. Inició sus estudios de música en la Escuela José Ángel Lamas con Carmen Teresa Arévalo de Hurtado. Al mismo tiempo que iba realizando su programa de formación musical, comienza a participar en grupos corales que actúan en Caracas, como la Coral Venezuela, donde se desempeña como solista Así mismo, inicia la presentación de recitales y conciertos, donde ejecuta arias de óperas, romanzas de zarzuelas y canciones. Uno de sus primeros conciertos tuvo lugar en 1953 en el Colegio de Médicos de Caracas, en homenaje a Vicente García, inventor del laringoscopio. Este médico fue hijo del célebre tenor español Manuel García, padre de María Malibrán y de Paulina Viardot, dos cantantes extraordinarias que han pasado a ocupar un asiento de primera fila en la historia de la ópera. Es también autor de un método de canto, que todavía se tiene como texto de estudio en muchos conservatorios.
En 1954, hace su debut en el papel de Gustavo en la zarzuela Los Gavilanes de Jacinto Guerrero, en el Teatro Municipal de Caracas, con una orquesta de profesores de la OSV dirigida por Simón Álvarez. Al poco tiempo y gracias al éxito obtenido, esta obra con el mismo reparto, fue montada en el Teatro Nacional de Caracas y en el Municipal de Valencia.
A finales de la década de los cincuenta viaja a Italia, para continuar sus estudios con Atilio Bordonali en la ciudad de Milán. En ese país participa en el Concurso Nacional de Canto de Católica, donde obtiene medalla de oro y diploma. A comienzos de los años sesenta regresa a Venezuela y en septiembre de 1960 se presenta en Radio Caracas Televisión, al lado de Fedora Alemán interpretando escenas de la opereta El Conde de Luxemburgo de Franz Lehar. Igualmente, en ese mismo canal de televisión toma parte en un homenaje a Maria Luisa Escobar, donde ejecuta sus canciones, junto a Marina Auristela Guanche y la orquesta que dirigía Atilio Ferraro. Participa también en el Primer Aniversario de Radio Caracas. Posteriormente, en el mes de septiembre de 1961, se presenta en el Teatro Municipal de Caracas en el Papel de Pinkerton, en Madama Butterfly de G. Puccini, con una orquesta de profesores de la OSV dirigida por Primo Casale. El 28 de Septiembre de 1962 canta el rol de Alfredo en el montaje de La Traviata de G. Verdi, que tiene lugar en el Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela.
Después de estas actuaciones en Caracas, José Delgado inicia un programa de giras a diversos países de Latinoamérica y de Europa. En alguna oportunidad estuvo también en Australia. Se residencia en los Estados Unidos de América y actúa principalmente en Nueva York. Hace su debut en el Town Hall con el acompañamiento musical de Warner Bass, director asociado de la American Simphony Orchestra. Posteriormente, realiza una presentación en el Carnegie Hall e inicia un ciclo de actuaciones en teatros, auditorios y hoteles de lujo, que continua en otros escenarios como el famoso centro de espectáculos Dessert Inn en Las Vegas, donde canto con Edie Fisher. Delgado actuó también como concertista, por espacio de más de quince años, en los grandes trasatlánticos que hacían cruceros por todo el mundo.
José Delgado tuvo una agradable voz, calida e instrumental, muy adecuada para la interpretación de canciones, que constituyeron precisamente su repertorio de mejor acierto, especialmente se movió con soltura y encanto en la canción romántica latinoamericana, española, italiana y por supuesto la venezolana, que siempre ocupó un destacado lugar en sus programas.
