Justo Osuna: El fracaso de una muestra individual me retó a internacionalizar mi obra
Por Miriam Rivero
Puerto La Cruz
El arte ha sido la intensidad de su vida, su comunión con su mundo interno y de él aprendió a sortear obstáculos y a hacer del fracaso de una exposición individual en un reto para internacionalizar su obra.
«El fracaso de una muestra individual me reto a internacionalizar mi obra», recalca cuando rememora sus inicios. Así es Justo Osuna, reconocido representante de la pintura nacional y creador del «Señor de las Armaduras», la exhibición en la cual el «grillo» fue la figura emblemática en sus inicios en el mundo de las artes plásticas, en Puerto La Cruz, estado Anzoátegui.
Desde antes de 1990, un profundo aprendizaje en las especialidades de pintura, grabado, cerámica y escultura, y las recomendaciones de maestros como Alejandro Otero, Gilberto Bejarano, del fallecido poeta Freddy Hernández Alvarez y de muchos dignos virtuosos de las bellas artes venezolanas, reforzaron esta inquietud innata de Osuna, quien desde pequeño, desarrolla la pasión por el mágico universo de colores, luces y naturaleza.
Todavía asimila, investiga, indaga , porque su compromiso es crear una verdadera conexión con sus pinturas y el público. «Cuando eso no sucede, el artista pierde su esencia como tal».
Del lienzo de Justo Osuna, «el grillo» llegó en diversas manifestaciones a los distintos espacios nacionales e internacionales. De los explícitos detalles de este pequeño animalito, el artista expande su visión creadora y hoy, sigue dándole fuerza a su obra , y el colorido cobra fuerza y aparece la figura geométrica, con la cual Osuna se abre a exhibir la flora y la naturaleza y plasma sus «Órbitas» y «Geometrías florales», internacionalizadas, en el afán de marcar un nuevo ciclo en su evolución.
Una misión marcada
Desde que cursó la educación primaria, en al escuela Andrés Eloy Blanco, de Puerto La Cruz, el artista nacido en Barcelona, en 1961, distinguió cuál sería su misión de vida y luego de pasar por la escuela de artes José Félix Rivas, entró a formar parte del estudiantado de la Armando Reverón, egresando con la mención Arte Puro, en 1979, según su relato.
Recuerda con agradecimiento a quien fuera su tutor en esta lides, el profesor y escultor José Roca Zamora, (fallecido), y quien lo indujo a ingresar a la realidad de las artes plásticas. «No fueron fáciles los comienzos, los recursos eran limitados y yo vivía en Puerto La Cruz y tenía que ir a Barcelona, pero luché por defender mi pasión por lo que quería para mí como futuro».
Fue el tiempo de la selección del «grillo» como tema para sus clases y de inspiración para sus trazos, rememoró. «Con el Señor de las Armaduras se dio mi primera muestra individual en la Galería de Arte Moderno de Puerto La Cruz y en esta etapa recibí varios galardones por sus exposiciones individuales y colectivas, entre los que figuran, VI Salón Nacional de Artes del Fuego, III Bienal Nacional de Oriente, Oriente, Medalla de oro en Bienal de pintura del Caribe, Oriente Una visión contemporánea, Salón municipal de arte 7 de Diciembre, en Maturín, y otros».
Un viaje de estudios por museos de Italia y Francia «llenaron mi espíritu y retorno a Venezuela para hacer mi primera muestra individual».
Las piezas se exhibieron primero en Anzoátegui, luego fueron llevadas a una conocida galería de Caracas, «la exposición fue muy visitada, pero económicamente me fue mal, me regresó a mi tierra y a los 30 días me llamaron desde la galería para solicitar las obras, que luego fueron vendidas en su totalidad. Eso me generó alegría y la satisfacción de pensar que podía seguir invirtiendo, trabajando, investigando, tarea que no termina todavía, porque siempre tenemos en nuestra cotidianidad, la tela y los pinceles listos para darle vida a un nuevo tema», subrayó.
