La humildad y grandeza de Maurice Hasson
Nuestro país tiene su riqueza no necesariamente en su petróleo, sino en su gente y lo cálido y receptivo que ha sido en todos los tiempos. Venezuela es un país abierto y receptivo, tal vez como pocos hoy en día. Comentamos esto porque unos de sus hijos y músicos (violinistas) de más talla, grandeza y al mismo tiempo humildad hoy por hoy es un talento consagrado universalmente. Sin embargo, bien vale la pena adensarse a leer las paginas que merecidamente ha dedicado una persona que ha seguido de cerca su crecimiento, sus triunfos y conoce de sus relatos y demás. Nos referimos al libro y homenaje que Maria Iholanda Rondón de Cárdenas y la propia Universidad de Los Andes ( Un gramófono al final de una Guerra , Mérida 2003), han hecho a este talentoso violinista que si bien es cierto no naciera en tierra venezolana, no es menos cierto que Venezuela lo cobijó y lo arropó como otro venezolano más.
Lo cierto del caso es que la vida de (%=Link(«http://www.iclassics.com/iclassics/artists_result.jsp?entityId=2750″,»Maurice Hasson»)%) está imbricada por una serie de hechos y pasajes que pocos conocemos, y que uno de los aciertos de Maria Iholanda Rondón de Cárdenas, amiga y admiradora cercana de Hasson, ha sido poner por escrito para el conocimiento de todos, y nos referimos no sólo a su hoja de vida profesional desde su estadía en Mérida en los años 60, su paso por la Orquesta Sinfónica de Venezuela hasta 1974, sino y principalmente su relatos como niño judío en la Francia ocupada durante la II Guerra Mundial, episodio este que ciertamente marcara e influiría el resto de su vida, lejos de llenarse de odios y dolores, este heroico niño se proyectó y nos dio una lección de humanidad, de generosidad y de humildad.
La lectura de este homenaje nos emociona, cautiva e impresiona, tanto por lo bien lograda, como por los vaivenes que Maurice Hasson tuvo que pasar, y que hoy sólo conforman un episodio, un pasado, que lamentablemente, nos recuerda nuevamente lo doloroso y ruin que han sido los odios, los sátrapas, los fanatismos y más aún, las guerras y persecuciones que socavaron y destruyeron a buena parte de Europa, y con ella sus países, sociedades y generaciones. Maurice Hasson muestra una constante como lo ha sido su nobleza, sencillez, su pasión por la música como compañera del tiempo y el gramófono como su cómplice reservado, encargado este de reproducir las notas dulces de Chopin, Vivaldi o Tschaikovsky” o las notas alegres de Mozart y también las trágicas de Beethoven”.
Maurice Hasson, ha entregado su vida a la interpretación y la enseñanza como un apostolado. Quien diría que este talentoso músico rechazó la condecoración Francisco de Miranda en su Primera Clase, otorgada por el gobierno venezolano, dicho hecho y decisión tiene una enorme trascendencia. No sólo porque demuestra la calidad humana, decencia e hidalguía de un venezolano que entre aceptar una honra que merece y rechazar la mano que se la entrega, opta por un no.
En conclusión estamos convencidos que ha sido muy acertado la publicación y difusión de este merecido homenaje a la obra, vida y esfuerzo de Maurice Hasson como talento y como ejemplo a seguir por las nuevas generaciones, más todavía, si aceptamos las desventuras que rodearon los primeros años de vida de este violinista, que no pertenece por su fama y talento a Venezuela, sino al mundo entero. Maurice Hasson es un ejemplo indudable para las generaciones futuras. Sobretodo hoy, cuando hay tanto desaliento entre quienes van a ser mañana los dirigentes de nuestra nación. Estamos de acuerdo con la autora quien recogiendo un pasaje de Hasson señala “La vida es un regalo que viene con un tiempo incluido. Lo importante no es cuanto tiempo más vivimos, sino lo que hacemos con el tiempo que se nos concede”.
(*): Politólogo – Magíster en Ciencia Política
