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«Las Herederas» de Martinessi destabuíza el amor lésbico en la 68° Berlinale

Martha Escalona Zerpa
Especial desde Berlín para Analítica.com

La fuerza emancipadora y la autodeterminación de las protagonistas femeninas Gloria y Marina en las películas «Gloria» y «Una mujer fantástica» del director chileno Sebastián Lelio, mostradas en las ediciones de la Berlinale 2013 y 2017 respectivamente, la hemos vuelto a vivir este viernes, en ésta edición 68° de la Berlinale, con la película «Las Herederas».

«Las Herederas» es la película debut del guionista y director paraguayo Marcelo Martinessi y fue mostrada en el segundo día de la Berlinale en la sección de competencia. La película ha sido posible por el múltiple financiamiento de Ibermedia y de subvenciones provenientes de Alemania, Noruega, Francia, Brasil, Paraguay y Uruguay.

«Las Herederas» muestra la crisis personal de una pareja de amor entre mujeres en sus sesentas, que luchan por preservar su acostumbrada situación de vida en medio de una grave crisis financiera que deben asumir conjuntamente.

Chela y Chiquita viven en una casa grande venida a menos, en un ambiente obscuro, triste y desesperanzador. Es un microcosmos perfectamente coreografiado, sin novedades y ajeno al mundo externo.

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Se trata de un amor que hay esconder. Un amor delicado y prohibido. Un amor entre mujeres que se resguardan en su casa y lo protegen del mundo exterior, en una sociedad conservadora, homofóbica y sexista, que rechaza modelos alternativos de vida.

El drama de Chela y Chiquita es un reflejo de la sociedad paraguaya, pero con seguridad de buena parte de América Latina, con sus diferencias locales y regionales, pero con más similitudes. Y por ello, ésta película atrevida y valiente es importante no solo para Paraguay, cuyo cine es prácticamente desconocido, sino para toda América Latina.

Cuando Chiquita debe ir a la cárcel de mujeres por supuesto fraude porque no puede pagar sus deudas y deja a Chela sola en casa, resguardada por Patty la mujer de servicio y, a la vez, -pese a las muy marcadas diferencias de clase – su más cercana acompañante. Chela debe tomar las riendas de su propia vida, que hasta entonces habían estado en manos de Chiquita, que lo organizaba todo.

Y aquí, en esa precisa tregua de la relación, Chela conoce a Angy, una mujer muchísimo más joven de ella, de quien se va enamorando suave y lentamene sin haberlo querido o siquiera imaginado. Y Angy, que solo cuenta sobre sus historias con hombres, comienza a lanzar señales muy indirectas de su interés en Chela. Es lo que no cuenta, lo que cuenta. Lo que oculto quiere salir y liberarse.

Es por Angy donde Chela saldrá poco a poco a retomar la vida nuevamente y empoderarse de su libertad. Su oficio espontáneo de hacer de taxista de sus amigas ricas del vecindario, será la via para salir finalmente del armario.

Cuando a los pocos meses Chiqui regresa de la cárcel, ya Chela no podrá o querrá volver con ella. Se irá con Angy en su viejo auto, en el que la llevaba todos los jueves a tratar a su madre en el hospital a las afuera de Asunción.

Valga recalcar, en medio del debate #MeToo que éstas películas de mujeres y sobre mujeres han sido escritas y dirigidas por Sebastián Leilo y Marcelo Martinessi, dos jóvenes talentos suramericanos.

Son la antítesis del sexismo y de la misogenia, del abuso de poder y del machismo. Las tres películas destacadas pueden considerarse, sin duda alguna. como una especie de un tributo indemnizador a la mujer. Sin importar su clase social, su identidad sexual, su edad o nacionalidad.

Ana Brun es la actriz que protagoniza Chela. En medio de la conferencia de prensa, afirmó con lágrimas en los ojos que su papel en la película tiene mucho de ella y de su propia vida, aunque no quiso abordar los detalles.

Mucho en ella y en su rol nos hizo recordar a la actriz chilena Paulina García en su papel de Gloria. Su expresivo retrato de Chela la hace candidata del Oso de Oro como mejor actriz. Ahora le toca el turno a Chela.

Además deseamos que «Las Herederas» logre obtener también como película al menos un reconocimiento al final del festival.

En 2017 «Una mujer fantástica» ganó el premio Teddy a la mejor película del festival (galardón destinado al cine de contenido homosexual o con especial sensibilidad hacia la comunidad LGTB), una mención especial del Jurado Ecuménico y además el Oso de Plata al mejor guión.

En ella Marina protagonizada por Daniela Vega muestra la discriminación sufrida por una mujer transgénero en Santiago de Chile. Y en 2013 Paulina García ganó el reconocimiento a Mejor actriz por «Gloria».

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