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Las Memorias del canciller Miguel Ángel Burelli Rivas

La usanza de escribir sus memorias por parte de los cancilleres de todo el mundo, tiene un común denominador: todas las memorias se escriben con un objetivo o una finalidad, que salta a la vista a través de su lectura. Esto ocurre, porque en el fondo las memorias y otra especie como son los diarios, tienen un sino en común con los testamentos, ser el destino final donde los hombres suelen depositar lo que se ha tenido durante toda una vida: fortuna, sabiduría y sobre todo, vanidades, resentimientos y mentiras, que son la carga que los humanos llevan a cuesta durante una entera existencia. ¿Y qué decir sobre las omisiones? ¡Los silencios! ellos aparecen siempre como sombras funambulescas, ante la vista de observadores, testigos, estudiosos e historiadores -para no hablar de víctimas- de acciones silenciadas, cuya pesada respiración gravita con un aliento ocre, que empaña la credibilidad de esas memorias.

Cuando tenía 20 años de edad y era estudiante de ciencias políticas en Italia, leí las memorias de Joachím von Ribbentrop, el canciller de Hitler en el Tercer Reich, en ese momento tuve la impresión de que el objetivo de esas memorias era una entrega de cuentas, orientadas en el sentido de un deber cumplido para la causa nacional-socialista. Me explico: La historia de la humanidad ha conocido las corrientes más extremas de todo género de imperialismos, pero ninguna más nefanda que el imperialismo pan germánico, unido al racismo nazi. Ambos proclamaron una Weltanschaung (concepción del mundo) que distinguía entre razas superiores y razas inferiores. En este orden de ideas, se sintieron obligados conforme a esta vocación -como escribió Hitler en Mein kamf- a “exigir, de conformidad con la eterna voluntad que domina al universo, la victoria del mejor y del más fuerte y la subordinación del peor y del más débil” Joachím von Ribbentrop fue el primer jerarca nazi en ser ajusticiado en el proceso de Núremberg , al morir ahorcado la madrugada del 16 de octubre de 1946, dejó sus memorias -publicadas en 1953- como el legado de un hombre que consagró su vida al sueño de los nazis: poner de rodillas al mundo ante la superioridad de la raza germana. Esta fue la impresión que recibí al leer ese libro.

Un par de años más tarde, tuve la oportunidad de analizar junto con mi colega de estudios en la Universidad de Florencia (1963), Umberto Mazzei, los diarios de Galeazzo Ciano, el canciller del Reino de Italia durante el gobierno fascista de Benito Mussolini. En esos lejanos años compartimos algunas opiniones, que el transcurso de los años pudiera haber cambiado, pero en mis recuerdos las guardo en esta apretada síntesis: Desde el año de 1939 hasta 1943, Galeazzo Ciano escribió unos diarios donde anotaba -día a día- sus impresiones acerca de la política exterior del gobierno fascista de Italia. Sus diarios mencionan muy pocos datos acerca de su vida personal, pero en cambio hablan mucho de las misiones diplomáticas que cumplió a favor del fascismo en Italia. En éstos, se propone como objetivos fundamentales, resaltar dos aspectos de su gestión: el primero, entre otras cosas de importancia, sus grandes dudas acerca de una alianza de Italia con el Reich alemán y sus intentos de impedir que Italia se uniera a Alemania en una nueva guerra europea, lo que le ocasionó discrepancias con los jerarcas nazis y una profunda desconfianza de parte de los mismos. En particular, en ocasión de la invasión a Polonia se mostró contrario a que Italia entrase en el conflicto bélico. Hitler reprochó a Mussolini que una entrada de Italia en la guerra hubiese disuadido a Francia y al Reino Unido de solidarizarse con Polonia. El otro aspecto, muy importante por sus implicaciones, es que Ciano expresa de una manera franca y muy abierta, la opinión que le merecían los grandes líderes políticos de la época, en especial su suegro Benito Mussolini, el propio Adolfo Hitler, José Stalin, Francisco Franco, Joachím von Ribbentrop, German Göring, Mihai Antonescu, Pierre Laval, Wilhelm Keitel, Miklós Horthy y muchísimos más. Los diarios de Ciano fueron publicados en Suiza en 1945, por su esposa Edda Mussolini, un año después de su muerte. En forma rápida, antes de su aparición al público, la Gestapo trató infructuosamente de apoderarse del manuscrito original, así mismo los servicios de seguridad de Italia. El conde Ciano había sido acusado de alta traición y condenado a muerte en el Proceso de Verona (1944), bajo una fuerte presión de los ocupantes alemanes de Italia. Al caer ante el pelotón de fusilamiento, siempre mantuvo la esperanza de cambiar su libertad por sus diarios, mediante un perdón de su suegro, que nunca llegó.
A este punto de las presentes reflexiones, una pregunta se hace necesaria: ¿Con qué objetivo o finalidad Miguel Ángel Burelli Rivas escribió sus memorias? Rápidamente yo contestaría: el narcisismo. No otra cosa, un libro banal escrito en primera persona, en actitud de pontificar. El cascarón vacío de un hombre extremadamente necio, vanidoso hasta más no poder, con unas inmensas y huecas ínfulas de presentarse en la condición de alguien que desempeñó algún papel de importancia en la vida política y cultural de su país. Pero, no vamos a adelantar conceptos, vamos a analizar estas memorias.

1.- ¿Fue Miguel Ángel Burelli Rivas un diplomático de carrera?

No, absolutamente no. Más aún, nunca le agradaron los verdaderos diplomáticos de carrera: personas de formación académica, que consagraron su vida a la diplomacia como oficio e hicieron con esta actividad una profesión de por vida. Siempre los persiguió y trató de quitarlos de en medio. A Burelli se le conceptúa como el canciller que acabó con la carrera diplomática en Venezuela, por su tendencia muy marcada al nepotismo, a favorecer a sus amigos y al negociado a favor de sus “compadres” esto es, a propiciar el tráfico de influencias. La diplomacia de carrera en Venezuela no tiene nada que agradecerle. Dicho esto, debemos admitir, por supuesto, que él fue un diplomático, como lo son en Venezuela los políticos con nombramientos para desempeñar estos cargos. En esta condición, la labor diplomática en la que Burelli demostró ser un maestro fue la búsqueda de pequeñas victorias de habilidad obtenidas a menudo a un costo elevado. Con este objetivo desarrolló la pasión por la lucha subterránea y los cálculos, los rodeos y la verdad a medias, pero sobre todo por los acuerdos a espaldas de las demandas reales de los hombres y los actos que dejó de hacer a favor de los intereses de su país y de la historia. A este propósito, a continuación veremos cuál fue su actitud ante el expansionismo territorial de Colombia, la posición no negociadora e intransigente de Guyana frente a la reclamación del Esequibo y la presencia rectora de Cuba en la política internacional venezolana. Tres asuntos de suma importancia a los que Burelli dio la espalda.

2.- La visión de Burelli sobre las relaciones con Colombia.

Cuarenta y dos páginas de sus memorias están dedicadas a Colombia, en ellas Burelli ofrece la visión de un país lleno de empresarios creativos y presidentes de gran honestidad, cualquiera que sea la ideología política de los mismos. Por supuesto que todos los venezolanos tenemos esta misma opinión. Más aún, vemos a Colombia como un país en plena expansión económica, lanzado a los grandes retos y expectativas para el desarrollo en siglo XXI. Pero, lo que se espera de un canciller es algo distinto a esto: una visión geopolítica de muchos problemas, que desde el pasado Colombia tiene pendientes con Venezuela y de aquellos que ese mismo país, causa a diario en sus relaciones con la nación venezolana. En este ámbito un canciller está en la obligación de aportar una guía, como se suele decir “un manual de vuelo” dar una contribución válida a la solución de los mismos. Ahora bien, hagamos un examen del aporte del canciller Burelli en este sentido.

2a.- El asunto de la Goajira venezolana

Venezuela y Colombia habían mantenido una disputa territorial por la Península Goajira. Colombia sostenía que la mitad de la península pertenecía a Colombia (conforme señalaba el Tratado Pombo-Michelena, aprobado por el congreso colombiano). Venezuela reclamaba la totalidad de la Península Goajira, (el congreso venezolano negó su aprobación a ese tratado, que ya había sido aceptado por el congreso colombiano y daba a Venezuela la mitad de la Península Goajira). La reina regente María Cristina, a nombre del rey de España Alfonso XIII, encargado de dirimir la controversia, le otorgó a Colombia la casi totalidad de dicha península, dejando a Venezuela tan solo una minúscula franja, que aparece en los mapas a modo de afilado estilete, que bordea una buena parte de la costa.
El hito de Castillete, que ha debido ser denunciado por el gobierno venezolano como írrito fue consagrado como el inicio de los límites entre Venezuela y Colombia por el “Tratado sobre demarcación de fronteras y navegación de los ríos comunes”, firmado en Cúcuta el 5 de abril de 1941, por el general Eleazar López Contreras, presidente de Venezuela y por el presidente Eduardo Santos de Colombia, acompañaron al mandatario venezolano, el canciller Esteban Gil Borges y el ministro de educación Arturo Uslar Pietri; fue aprobado por el Congreso Nacional de Venezuela, el 18 de junio de 1941. En el Senado no hubo debates, se aprobó por unanimidad, pero en la Cámara de Diputados varias voces se alzaron contra la aprobación de este tratado, aquellas de los diputados por el estado Yaracuy Rafael Caldera Rodríguez y Ricardo Hernández Rovati, hicieron también magistrales intervenciones en este sentido, Pedro José Lara Peña, Andrés Eloy Blanco y Carlos Navas Spínola. Este tratado significó en lenguaje simple y escueto, el instrumento “definitivo” por el cual Colombia se tragó de un solo bocado la Goajira y puso un pié en la costa del Golfo de Venezuela. En un asunto de esta importancia, donde está la voz de Burelli, jamás escribió ni siquiera una cuartilla de prensa. Nada, ni siquiera se movió un ápice. Silencio absoluto.

2b.- El incidente de Los Monjes

Después de este pié colocado en la entrada del Golfo de Venezuela, Colombia intenta una brutal embestida sobre el archipiélago de Los Monjes, en un intento de apoderarse de estos colosales guardianes de la soberanía nacional sobre las aguas de nuestro Golfo de Venezuela, en razón de la plataforma submarina que ellos generan y la correspondiente zona económica. En marzo de 1952, una nave militar colombiana llamada “Almirante Padilla” atacó las embarcaciones de unos modestos pescadores artesanales venezolanos, razón por la cual la Armada de Venezuela intervino militarmente en Los Monjes y posteriormente la Cancillería obtuvo, mediante un canje de notas diplomáticas, el reconocimiento de la soberanía de Venezuela sobre el archipiélago, de esta manera Colombia no pudo colocar su otro pié sobre el corazón de Venezuela. Muchísimos venezolanos salieron al paso, mediante declaraciones de prensa, comunicados, etc. Burelli, silencio absoluto, jamás se ocupó de este asunto.

2c.- Las pretensiones colombianas sobre el Golfo de Venezuela

A partir de este momento, Colombia dirige su mirada codiciosa sobre las aguas del Golfo de Venezuela, el más importante “Cuerpo de Aguas” de nuestra nación, una área crítica y estratégica, de importancia militar y más allá de toda consideración, de importancia política y económica, por ser la ruta de nuestro comercio internacional: Como dicen los cultores de la geopolítica, quien domine el Golfo de Venezuela, domina a Venezuela y quién se mete en él, clava una espina en el corazón de Venezuela. Esa espina fue la propuesta colombiana de condominio, un “golfo colombo-venezolano” ¿cuál es el pensamiento del Canciller Burelli sobre este problema vital? Silencio absoluto.

2d.- El sistema hidrográfico común entre Venezuela y Colombia.

Como es sabido Venezuela y Colombia comparten a lo largo de 2.050 kilómetros de fronteras, un complejo sistema hidrográfico sobre estos espacios de gran importancia geoestratégica, en los cuales la casi totalidad de ríos que alimentan estas cuencas nacen en Colombia, esto hace que Venezuela esté en condición de país “aguas abajo” o “ribereño inferior” con relación a Colombia. Esta circunstancia determina que la forma de manejar estos recursos deba realizarse mediante acuerdos internacionales, fundamentados en el derecho internacional, la cooperación e integración en base a intereses comunes. Para la fecha de llegada de Burelli Rivas a la Cancillería, se había creado en la Dirección de Fronteras una oficina a cargo de la Dra. Isabel Carlota Bacalao, con el objeto de estudiar toda la problemática de las cuencas hidrográficas comunes a los dos países. Esta oficina fue eliminada por el canciller Burelli y la Dra. Bacalao tirada a la calle. Pues bien, en esta materia tan delicada le puede salir un fantasma a Venezuela. ¿Qué ocurriría el día en que Colombia con su desarrollo industrial comience a envenenar o cuanto menos a contaminar estas aguas? Cuando, en ocasión de realizar proyectos de riego desvié el curso de estos ríos. No hay que olvidar que gracias a estos ríos existen en nuestro país, sistemas ecológicos de flora y fauna, bajo la forma de parques nacionales y reservas de vida vegetal y animal. Sin duda, esto fue una conducta irresponsable por parte de Burelli, que le puede costar muy caro a la nación.

Lo menos que podemos decir de la actitud de Burelli ante los asuntos nobles de Venezuela frente a Colombia, es que fue un hombre que le dio la espalda a su país, en lo que se refiere a problemas vitales de Venezuela. Pero, permítaseme destacar esta perla en el prolijo espacio de 42 páginas que dedicó a Colombia en sus memorias: La única crítica que Burelli hace a Colombia es su obsesión por las reinas de belleza: del azúcar, del café y del bambuco. Para Burelli esa actitud de los colombianos por los reinados de belleza, ha generado divisiones entre los mismos, algo que le preocupa. Por favor, esta afirmación es algo digno de un Bertoldo o más bien de un Bertoldino o más aún de un Cacaseno.

3.- Las relaciones de Venezuela con Guyana.

La reclamación territorial del Esequibo es el fruto de un gran consenso nacional que une a todos los factores del país, incluyendo por supuesto a la Fuerza Armada, más allá de ideologías políticas, razas y credos religiosos. Así mismo, es el resultado de grandes esfuerzos diplomáticos, jurídicos y políticos llevados a cabo por la República durante más de 100 años, para defender su integridad territorial. En este esfuerzo la nación venezolana ha involucrado a sus mejores hombres, en todas sus épocas, pero allí nunca estuvo presente Miguel Ángel Burelli Rivas. Silencio absoluto.

4.- Las relaciones con Cuba.

Su visión de las relaciones con Cuba es la misma que tienen los cubanos y todos los estadounidenses que viven en Florida, pero lo más curioso sobre este asunto es que Burelli nunca manifestó opinión sobre el giro que tomaron las relaciones cubano-venezolanas: un protectorado económico de Venezuela sobre Cuba y un protectorado político de Cuba sobre Venezuela, en el sentido de que la política internacional de nuestro país fue siempre guiada por la presencia rectora de Cuba. En este asunto, tan comprometedor de la soberanía nacional, la voz del canciller Burelli ni siquiera rozó el pétalo de una rosa, roja rojita, como si temiera que las nuevas autoridades de la cancillería venezolana, en el gobierno del presidente Hugo Chávez Frías, le pudieran abrir un expediente sobre sus actuaciones. Un silencio tan grande como una catedral.

5.- A manera de conclusión.

Quien se tome la molestia de leer las memorias de Burelli, un pésimo libro muy mal escrito, sin estilo literario, y sin sustento ideológico o conceptual, tendrá ante sus ojos una obra banal. Difícilmente llegará a ser objeto de estudio en alguna universidad que tenga la carrera de estudios internacionales o ciencias políticas. Se trata de un monumento de gran tamaño dedicado a la estulticia. Pura pérdida, para los lectores, para la historia de la diplomacia en Venezuela y para la nación venezolana que espera mejores realizaciones por parte de sus hijos.

Fotografías:
1.- Miguel Ángel Burelli Rivas. Foto de presentación.
2.- Joachím von Ribbentrop, el canciller de Hitler en el Tercer Reich.
3.- Galeazzo Ciano, el canciller del Reino de Italia durante el gobierno fascista de Benito Mussolini.
4.- La frontera entre Venezuela y Colombia antes de las pérdidas territoriales de que fue objeto la República.
5.- El Golfo de Venezuela, un cuerpo de aguas exclusivamente venezolano.
6.- Cuencas hidrográficas de Venezuela y Colombia.
7.- La reclamación venezolana sobre el territorio esequibo. Zona en reclamación.

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14 comentarios

  1. Creo que el resentido es el autor de este artículo que lo hace con odio y rechazo hacia un hombre que puede haber comitedo errores, quién no los ha cometido, pero que dejo una obra impronta en la Universidad, en la Academia, en la vida nacional y en las relaciones internacionales.

  2. El comentario del señor Alvaro Pifano está cargado de una particular adversión hacia el doctor Burelli, esto es evidente. Alguna enemistad debió existir entre ellos. Se descarga en descalificativos e improperios hacia un hombre que tuvo pasión por la Venezuela moderna.

  3. que sorprende es ver articulistas tan negativos y mezquinos. No es posible que se trate de esa manera a un personaje que lucho y trabajó por el país…

  4. No tenía idea de que tantas cosas calló este hombre quien fuera Canciller de la República en una ocasión… Creo que su silencio se compara al que mantienen los actuales «dirigentes rojos» sobre los asuntos que nos competen a todos y sobre los cuales Venezuela debería pelear, como lo son el reclamo por nuestro Esequibo, y por qué no, nuestra Goajira que NO es de Colombia, sino de nosotros. Algún día espero que Venezuela despierte y salgamos a reclamar lo que por derecho nos pertenece.

  5. Al comparar con la Venezuela actual, que ha de abandonado los asuntos internacionales a la deriva, pues sólo pareciera que interesan los que devengan un interés político reciproco, lo que describe el articulista tiene poca importancia, además es opinión personal que puede estar influinciada por alguna diferencia entre ellos. Siempre vi al doctor Burelli una persona respetable y admirada. Sin más comentarios…

  6. Las relaciones internacionales de Venezuela han sido muy erráticas. Van y vienen al antojo del gobernante. Van y vienen de acuerdo a la posición geopolítica que quiera asumir el de turno. Las peores han sido las del actual gobierno que está doblegado a los designios de un pais fracasado en todos los órdenes como Cuba. Como ahora no está la chequera viajera de los petrodólares, el pais está sumido en la peor crisis de su historia repúblicana. Un gobierno inerte, que no decide ni adopa políticas para levantar al país económicamente, Burelli fue un hombre muy respetable en el mundo diplomático y político. Fue amplio y tuvo sentido de la discreción cuando las condiciones lo exigian. No es la boconera del actual regimen, que sólo tiene verbo para insultar y descalificar, para vejar e insultar. Es la realidad que se vive en el país.

  7. Nada de implorar benevolencia a los incapaces que gobiernan al pais. Nada al desastre que tiene al país sumido en el peor momento de su historia. Nada a la corrupción y violencia que cobra cada días la vida de venezolanos útiles. Ahora el mal gobernado Aristóbulo Isturiz señala que las medidas de control de cambio son polícias, no económicas. Cuál será el precio que tendra semajante irresposabilidad de un funcionario supuestamente de alta posición?. El páis a la deriva con gente tan irresponsable. El país debe cambiar el 6 de diciembre. No dobleguemos nuestro empeño en producir el cambio que la juventud y el pueble aspira. Es la hora de la esperanza y la hora del sueño por un pais mejor,

  8. El pais sufre la mayor debacle en toda su historia. Estamos frente a un gobierno que no decide, que actúa, que no manda. Es una tragedia nacional. El presidente debe renunciar, llamar a elecciones para que el pueblo decida su futuro, o continúa con la actual situación de caos, anarquía e irresponsabilidad, o toma una ruta distinta, de orden, de disciplina en todos los órdenes. El país debe rechazar la demagogia y el populismo: pan para hoy y miseria para mañana. Los socialismo y populismo han sido los peores gobiernos de todos los tiempos. Elecciones es el clamor general, es el clamor popular. Que Maduro salga a la calle a percibir el «olor a oveja». El olor a pueblo. Sus necesidades y realidades.

  9. El drama que se vive no tiene parangón. Hace un año fuí a la óptica para comprar lentes (no monturas) que llaman transicion, para aquel entonces constaban 9.000 Bs. Actualmente, los trasicion cuestan 104 mil Bs. Quién lo pone coto a este desbarajuste?. El gobierno corre la arruga, no toma decisiones y mientras tanto los miles de jóvenes, desesperados por la incertidumbre, pareciera que escribir no tiene destino o el destino no tiene mensaje. Salud

  10. Horas destempladas vive el país al borde de la peor crisis de su historia. El poder central, la presidencia ha sido asaltada por una camarilla militares la mayoría, civiles la excepción, que han destruido las instituciones, conviertiéndola en una entelequia llena de promesas falsas e irrealizables. El país cambiará su destino por uno mejor y más eficiente. Saludos.

  11. Gobierno de camarillas. Que horror….. No hay presidente. Ha perdido toda la credibilidad. Extremismo en su más rancia expresión. Venezuela, bello país se merece otra cosa. Fuera la ineptitud y la corrupción.

  12. AUNQUE SIGO SIENDO FIEL AL COMANDANTE ETERNO, NO QUIERO DESFRAUDARLO, EL PAIS CON MADURO HA SIDO COMO UN MADURO PODRIDO, QUE SE CAE POR SI SOLO, NO DEMOSTRÓ LA TALLA NI EL PERFIL QUE ESPERABAMOS DE EL. ES UN BUSCA PLEITO, GUAPETON DE BARRIO.

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