Los bloques callejeros «calientan» el Carnaval de Río de Janeiro
Los bloques callejeros de comparsas, como el de hoy realizado por el grupo «Só Caminha» (sólo camina) en el tradicional barrio de Botafogo y bajo un inclemente sol, «calientan» literalmente en Río de Janeiro el carnaval que se celebrará en todo el país entre el 13 y 18 de febrero próximos.
A pesar de lo pomposo y lujoso del carnaval que cada año se realiza en el sambódromo Marqués de Sapucaí, que es el de mayor proyección internacional con multitudinarias escuelas y gigantescas carrozas en un recinto cerrado ante más de 75.000 personas, Río de Janeiro se niega a olvidar las fiestas carnavalescas callejeras.
La tradición milenaria de personas con máscaras, caras pintadas y desfiles con cánticos, que dio origen al carnaval en Europa, se mantiene cada año en las calles de varias ciudades brasileñas, algunas destacadas como Olinda (Pernambuco), con sus muñecos gigantes, y Ouro Preto (Minas Gerais).
Capitales del nordeste, como Salvador (Bahía) y Recife (Pernambuco), con desfiles callejeros que reúnen millones de personas, tienen como foco carnavalesco los «tríos eléctricos» (enormes camiones de sonidos) comandados por los artistas del momento, un estilo propio y diferente del origen del carnaval.
Río de Janeiro y Sao Paulo, en las que el jolgorio de esa fiesta se concentra en sus sambódromos para un público que paga para ver el espectáculo, han mantenido sus bloques callejeros para tener la alternativa de un verdadero «carnaval de calle», abierto para todo el mundo.
La Alcaldía de Río de Janeiro calculó que unas 10.000 personas participaron este fin de semana de los bloques callejeros, entre los que destacó el «Só Caminha», en Botafogo, que recorrió las calles de ese barrio desafiando los 35 grados centígrados en promedio de la temperatura en la «Ciudad Maravillosa».
Los «folioes», como se conocen a los miembros de los bloques carnavalescos, con cervezas y botellas de agua en mano no paraban de cantar y de contagiar de alegría al público desapercibido que salía para ver o unirse a la marcha de los 2.500 miembros de «Só Caminha».
