Los juristas del horror de Ingo Müller, traducido por Carlos Armando Figueredo
Los profesores de derecho en la Alemania Nazi, les informaban a los jueces que «en el interés de un
gobierno consistente, era necesario imponer ciertos límites a la autonomía de los tribunales».
Es decir. que en el interés del dictador y sus secuaces, se pueden torcer las leyes con interpretaciones
engañosas que sólo favorezcan al Estado y a sus funcionarios.
Se lee también un ensayo de Nelson Rivera sobre El libro de la asfixia, dedicado a Leopoldo Castillo, El Ciudadano: …»No es un programa político de dominación, mucho menos de convivencia: El libro de la asfixia propone convertir a cada quien en presa. Cuerpos aptos para la captura (… )
El ilimitado (léase el dictador y sus secuaces, el comentario es mío) se ha propuesto empujar, obligar
a cada vida al orden del poder (…) El ilimitado actúa presuntuoso e hinchado de su más recóndito
descubrimiento: no es necesario ejecutar una catástrofe para liquidar la experiencia; basta con hacer
irrespirable la cotidianidad».
Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.