Máximo Gorki en el Festival de Cine Ruso de la Cinemateca Nacional
(%=Image(5827458,»R»)%) “Yo estoy viviendo en una mala calle, no soy vecino de nadie. Estoy entre extraños desde hace casi treinta años. Rodeado de personas que me son ajenas, que no tienen nada que ver conmigo”. Con estas enérgicas palabras de ira y rencor, se manifiesta el conflicto social y psicológico entre Egor Bulytchev, influyente comerciante, y su familia, unas personas sin valor, sin ética y que están esperando ávidamente su muerte. Revelan así mismo el sufrimiento interno de este personaje de ficción creado por la pluma de Máximo Gorki uno de los escritores rusos, de finales del siglo pasado, más importantes en la literatura mundial.
En esta película encontramos que no es sólo la enfermedad mortal que aqueja al protagonista, sino su alarma por el entorno cambiante de la sociedad que conoció. Rusia vive los primeros síntomas del estallido de una Revolución. Desde las calles se cuelan, entre los finos cortinajes que tapan las ventanas, los gritos de las masas eufóricas de triunfalismo. Ese sentimiento de incertidumbre que embarga al protagonista, esa inquietud que supone esperar la muerte hace que Egor Bulychev medite sobre el “sentido de la vida” sobre el “más allá”, sobre el significado de existencia humana.
Él encontrará su propia manera de expresar su protesta airara contra la hipocresía y el fanatismo; contra la sociedad burguesa y su falsedad. Él siente que ha malgastado toda de su vida cubriendo unas apariencias, unas apetencias que ahora frente a la muerte no le sirven de mucho. No es accidental, por consiguiente, que su hija se apresure a iniciar una nueva vida, una vida donde se oyen himnos revolucionarios y que poco tiene que ver con el apacible mundo donde se crió. La incógnita será cual de esos dos mundos es mejor, cual dará mayores satisfacciones al ser humano. Pero ese sería ya otro argumento. Egor Bulychev no tiene tiempo para contemplar los frutos de esa revolución, tan solo conoce el pasado que ha vivido y que poco le satisface. Serán otros seres, tal vez su hija o sus nietos, quienes después de nuevos desencantos puedan reconciliarse con ese pasado y el período de turbulencias y cambios que se avecinan.
(%=Image(6976078,»L»)%) Por ahora la familia de Bulychev tan sólo anhela la muerte de este, para repartirse como aves de rapiña los haberes que este comerciante acumuló durante su vida. Tanto Gorki, como el director Leonid Kalashnikov se atuvieron a presentarnos esos días de turbulencia social desde la perspectiva de este representante de la clase mercantil. Un personaje exitoso, que enfrenta sus últimos días de vida sin esperanzas, con ironía y un marcado materialismo.
No es extraño encontrar esta postura en una nación que volvía a protagonizar nuevas turbulencias sociales. Son los años de la Perestroika, de cambios sociales y políticos, de una vuelta a comenzar un camino desandado varias décadas atrás, y que llevó a esa gran nación a un callejón sin salida económica, política y social.
Como dice el viejo refrán: “a veces los árboles no dejan divisar el bosque”. Y eso se siente en esta historia. Los “heroicos” acontecimientos, la pasión en la defensa de nuevas ideologías, todo hace que estallen los parámetros, nuestros basamentos ideológicos, nuestra estabilidad social. En ese enfrentamiento, encontrar mentes claras es difícil, lo más probable es que nos encontremos enfrascados en una encarnizada lucha, donde quién no piensa como yo, está contra mí. Los llamados a destruir el viejo régimen encontraran muchos aliados, hasta en los que tienen todo que perder como es el caso de Egor Bulychev.
Esta cinta, protagonizada magistralmente por Mijail Uliánov, estará proyectándose mañana jueves 15 como único día en la CINEMATECA NACIONAL en la función de 4:15 pm dentro del FESTIVAL DE CINE RUSO. No se pierda esta oportunidad de acercarse a un cine que pocas veces hemos tenido ocasión de ver en nuestras pantallas. Una historia que mucho tiene en común con los días que estamos viviendo.
