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Mitivibó y otros páramos Sillas, bancos, tures y tejidos en la colección Jimmy y Carolina Alcock.

El conjunto de piezas de la cotidianidad que conforman la exposición Mitivibó y otros Páramos. Sillas, bancos, tures y tejidos en la colección Jimmy y Carolina Alcock, han sido atesoradas durante décadas por Jimmy y Carolina Alcock, a lo largo de sus travesías por los Andes venezolanos. Hoy, cada pieza se constituye en singular testimonio de una manera de hacer y de vivir un ámbito del país, que en ocasiones se percibe como objeto de un lamentable olvido colectivo.

Mitivibó es un pequeño poblado ubicado a hora y media de la ciudad de Mérida, a 3.300 metros sobre el nivel del mar, entre San Rafael y Mucuchíes, pueblos del páramo venezolano. Como lo indica William Niño Araque, en el texto escrito para el catálogo de la exposición titulado La casa de Mitivibó, Estado Mérida, “Jimmy y Carolina Alcock encontraron en ese lugar una vieja casa prácticamente en ruinas, (…) En cuanto la vieron, supieron que ese era el lugar preciso para una experiencia de vida única y enriquecedora”.

Continúa narrando Niño Araque: “Una vez concluido el proceso de recuperación, la casa comenzó a ser habitada por muebles con su historia propia, recuperados en el entorno, así como por innumerables objetos del uso más diverso, provenientes de los diversos pueblos del páramo. Llegaron tallas de santos y tallas heroicas, pequeños altares para las devociones que efectúan en cada casa de la región, e innumerables tejidos de colores y texturas naturales. Sus ojos experimentados y curiosos detectaron sobre todo sillas y asientos de diferentes tipos y hechuras creadas por los habitantes de la región, en las que veían la tosca belleza dada por la relación genuina y primaria entre función, forma y material”.

La aproximación a esta colección que el público podrá disfrutar en los espacios de la Sala TAC fue realizada de manera conjunta por William Niño Araque, Jimmy y Carolina Alcock, quienes tuvieron bajo su responsabilidad la curaduría de esta exposición. Partiendo de los planteamientos propuestos por el equipo curatorial, José Luis Sánchez asume el diseño de instalación de la muestra, en cuya ocasión la Sala TAC ha editado un catálogo diseñado por Álvaro Sotillo con textos de William Niño, Jorge Rivas, Dennis Schmeichler y Federico Vegas e ilustrado con fotografías de cada una de las piezas exhibidas tomadas por el lente de Nelson Garrido.

Indudable referencia del movimiento artesanal de la región andina venezolana, Juan Félix Sánchez está presente en esta exposición con tres piezas pertenecientes a la Colección Dennis Schmeichler, que dan muestra de ese artesano multifacético: tejedor, creador de muebles y artífice de tallas de madera en el páramo de El Tisure.

A lo largo del recorrido expositivo el visitante podrá apreciar cuatro grandes fotomurales, de la autoría de Bárbara Brändli, que retratan con fuerza y poesía tiempos y modos de vida a riesgo de ser olvidados.

Tal como lo señala Jorge Rivas en su texto Asientos del Páramo “A pesar de la enorme distancia, geográfica y cultural, que separa al páramo venezolano de los grandes centros andinos, se puede afirmar que existe un bagaje compartido de tecnología, tipos y usos que se repiten una y otra vez, aunque con algunas pequeñas variaciones a lo largo de toda la geografía andina”.

La importancia que reviste la presencia y uso de la silla en cualquier casa de los páramos venezolanos, frecuentemente acompañada por la cobija o por una ruana para proteger del frío al incansable trabajador andino es referida por Rivas: “Los taburetes y sillas del páramo son piezas ligeras y muy resistentes; en su mayoría son livianas estructuras de madera con asiento y respaldo –cuando lo hay– tapizados en cuero crudo. Estos pequeños asientos se convierten en una suerte de adminículos ortopédicos del cuerpo humano para ayudarlo a soportar con algo de comodidad las prolongadas sesiones de trabajo. La imagen del hombre andino sentado en una de estas sillas en el patio de su casa, afanado en algún menester mientras todavía hay luz, forma hoy en día parte integral del imaginario colectivo venezolano”.

Parafraseando a William Niño Araque, podemos decir que esta colección es una cosecha, que ha llegado a la madurez; Jimmy y Carolina Alcock, han atesorado un excepcional grupo de sillas, bancos y tures, así como el hermoso conjunto de tejidos presentes en la exposición. Esta cosecha no ha concluido y es de esperar que continúe, para contribuir con el conocimiento y aprecio de nuestros más auténticos valores.

Esta exposición se podrá visitar desde el jueves 28 de agosto en la Sala TAC, de Trasnocho Cultural, en el Centro Comercial Paseo Las Mercedes, y permanecerá abierta al público hasta el domingo 12 de octubre, en un horario de martes a sábado de 10:00 a.m. a 9:00 p.m. y los domingos y feriados de 1:00 a 9:00 pm.

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