Patrimonio artístico urbano y su conservación
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Revisa aquí las preguntas y respuestas anteriores:
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Pregunta de la semana:
“¿Debe el artista ocuparse personalmente de la venta y difusión de su obra? Cómo calificaría el trabajo actual de las galerías de arte y cuál debería ser su orientación ideal.”
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Pregunta anterior:
“La conservación del Patrimonio Artístico Urbano es competencia de las autoridades públicas, pero también incumbe a nuestra conciencia y conducta ciudadana. Cómo te afecta y qué podemos hacer ante el deterioro, pillaje y destrucción de las obras de arte público de nuestra ciudad.”
Obtuvimos las siguientes respuestas:
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La responsabilidad del patrimonio artístico público es prioridad de las autoridades públicas desde las alcaldías hasta el Ministerio de la Cultura. Una campaña por parte de estas autoridades para el cuido y conservación de las mismas debe ser parte de los programas culturales y educación al ciudadano. También, debe penalizarse al destructor pero para ello hay que identificarlo, y mejor si se agarra in fraganti con vigilancia previa. No hay mensaje más destructivo para destruir dichas obras que la impunidad, y a la fecha las autoridades parecen permanecer ajenas a esta responsabilidad. Las varillas de la esfera de Soto destruida en la autopista del este y las partes de aluminio de la obra de Otero desmantelada en la plaza Venezuela y otras importantes obras deben haberse transformado en chatarra, o recicladas para otros productos sin que nada pase. El destructor, chatarrero y reciclador sin aparente conocimiento y consciencia del daño causado e impunes para continuar destruyendo.
William Ramírez
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Por demasiado tiempo el arte urbano se ha mantenido en la esfera de competencia de las oficinas de las alcaldías y las gobernaciones, y sujeta a los proyectos y a las gestiones de turno. Nada las protegía, nada las preservaba de ser movidas, reubicadas, reinstaladas o desaparecidas a juicio y voluntad de cada funcionario recién encargado. Es por eso que hemos conocido hasta ahora una ciudad de estatuas que caminan, obras de arte reubicadas en sitios insólitos, espacios urbanos bizarros y “bustitis” (una enfermedad que ataca a todo aquel espacio público abierto y aún sin su correspondiente busto y pedestal de un prócer o personaje cualquiera a la mano).
Ultimamente, y sobre todo después de la lucha que dimos con la Fundación de la Memoria Urbana en casos como el de María Lionza (contra los ataques no solo a esa obra de arte en su sitio original, sino contra la Plaza Venezuela y la Plaza de los Museos), la comunidad caraqueña ha ido comprendiendo el valor de la memoria urbana de su ciudad. No todo es removible, han comprendido: así también han comprendido que Caracas, como todas las capitales y ciudades de valía del mundo, ha ido recopilando un repertorio de creaciones de alta calidad que configuran su patrimonio urbano, sin las cuales, su identidad y su calidad de vida quedan en nada.
De allí que en los últimos dos años, por una parte, se ha sentado una nueva jurisprudencia que protege definitivamente a las obras de arquitectura, a los espacios públicos y a las obras de arte urbanas que ya hayan sido inventariados por los organismos de protección del patrimonio cultural competentes, ya sean nacionales o municipales; y por otra, se ha ido avanzando en esos mismos inventarios, que antes eran muy escasos y muy pobres. Para dar un ejemplo, nosotros estamos culminando en estos momentos para el CONAC el Proyecto del Preinventario Arquitectónico, Moderno y Ambiental de Caracas (que incluye a los cinco municipios y al litoral), para el cual logramos que nos aprobara el Instituto del Patrimonio Cultural la categoría ‘Arte Urbano’, y así poder incluir registros como el Narciso de la Plaza Madariaga en El Paraíso, o bien la Esfera Caracas, y especialmente a María Lionza, ambas en la Autopista del Este.
Por último, el instrumento más importante para combatir el deterioro, el pillaje y la destrucción de las obras de arte público de nuestra ciudad, es la misma difusión entre los ciudadanos del valor de su patrimonio urbano local, y de la certeza que no hay autoridad con mil ojos, aún hoy, para proteger este patrimonio. Somos los ciudadanos los vigilantes en definitiva de cada árbol centenario, de cada villa neoclásica, de cada estatua de bronce de nuestro propio vecindario. Nadie mejor que nosotros conoce cuáles son las cosas esenciales en nuestra calle que hacen nuestra vida grata. Una denuncia a tiempo, un conocimiento sencillo de la Ley de Patrimonio, y un amor mayor por Caracas es todo lo que se necesita.
Hannia Gómez
Director principal
FUNDACION DE LA MEMORIA URBANA
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Me afecta sentimentalmente y da mucha impotencia saber que esto sucede. Trabaje en conservación de nuestro patrimonio cultural por dos años.
Podríamos bajar la cabeza, ser humildes e intentar meternos a trabajar y aconsejar a los que ahora se encargan de esto; si es que realmente nos importa y si nuestro objetivo EN LA VIDA es salvar nuestro patrimonio cultural. Hay que ver si se puede, porque si se puede; puede durar mucho tiempo y requerir de mucha dedicación.
Valetina Tintori
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Es compleja la respuesta por sus múltiples facetas. Me gustaría desarrollar un punto que tiene que ver con el medio de los hacedores de cultura. El destruir una obra de arte, no es distinto al de destruir un autobús o un teléfono publico, son bienes comunes y si bien le corresponde a los organismos competentes hacerlos, alcaldías, gobernaciones, etc., pagar por su incorporación a la ciudad así también resguardarlos. Sin embargo es vital la disposición que podamos tener todos de educar a la población en el valor del bien común. Desarrollando campañas educativas, creativas, desde las universidades, las escuelas de diseño, los artistas, porque también somos ciudadanos de a pie como dicen por ahí. Ocuparnos…
Un árbol es un bien común cuando esta en una acera, sin embargo cuando se tumba no existe una explicación de las autoridades competentes a la población, de cual fue la razón (si es que existe) de semejante decisión. Así el ciudadano se ve sometido a infinitas acciones de parte de los encargados de dar ejemplo de valor hacia objetos de uso colectivo, que terminan siendo ejemplos negativos y eso es lo que se tiene como cultura del bien común, es común para destruirlo y no para conservarlo.
Valorar la belleza en una ciudad y cuidarla, es un problema de educación, no solo de saber leer y escribir sino de entender que ese bien te pertenece a ti para su disfrute.
Es muy difícil en un país donde un niño no tiene valor y es abandonado a los 4 o 5 años, pretender que el ciudadano común sepa y comprenda el valor de la Esfera de Jesús Soto. Gracias.
Fina Weitz
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Se plantea que la «conservación» es responsabilidad de las autoridades. Pienso que además de la conservación, también son responsables de la vigilancia y de la rehabilitación o la reconstrucción que fuere necesaria. Lamentablemente no tenemos en el país clara conciencia de lo que representa nuestra nacionalidad ni del valor de nuestro patrimonio sea éste artístico o de otra índole.
Podríamos sugerir que los propios ciudadanos ejerciéramos la vigilancia del patrimonio artístico y procediéramos a denunciar los casos de pillaje o vandalismo. Pero… quién nos oirá y prestará atención al reclamo ?. Me limito a poner como ejemplo «La Esfera de Caracas» del Maestro Soto. PDVSA asumió la responsabilidad de la rehabilitación después del descarado vandalismo. Me pregunto: Qué tiene que ver PDVSA en este asunto ? Porqué tenía que ser este organismo el que se ocupara de esto ? Donde están las
autoridades de la cultura ? Prosigo. Ahí se aprecia el resultado. El sitio ha sido abandonado después de comenzar la rehabilitación y quedan los escombros, el acero de refuerzo y el gran aviso de PDVSA. Nada, que son las autoridades «competentes», las de la cultura, las que tienen que asumir su responsabilidad.
Marcos Ettedgui
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Hay que nutrir de nuevo esas imágenes para que permanezcan en la memoria colectiva y así poder algún día volver a reconstruirse; unos ejemplos de como lograrlo serían, colocar al lado de las obras destruidas su fotos en el estado original, hacer franelas y que las imágenes de ellas viajen por todos lados, hasta que su ausencia se convierta en un gran vacío y se trate de recuperar la pérdida.
Arq. Sete Bentata
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Mas que el deterioro, señal del pasar de los años, me afecta mucho mas la falta de mantenimiento, por que es señal de dejadez, de flojera, de ineficiencia.
Hay muchas cosas que hacer, entre ellas me parece importante la documentación de los procesos de deterioro y los de mantenimiento y su publicación, difusión o denuncia.
En todas partes todo se deteriora, la clave es el mantenimiento, el famoso “querer es cuidar”.
Alexandra Kuhn
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Nada de lo que sucede en la ciudad puede dejar incólume al ciudadano que la habita y mucho menos lo concerniente al patrimonio artístico urbano que es además memoria viva de la historia artística y urbanística de la ciudad. Y para saber donde se está y el entorno en el que se vive es importante saber de dónde se viene y que formas de creación artística y urbana nos antecedieron.
María Ramírez Ribes
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Me afecta mas de lo que quisiera. El ser humano se estimula, para lograr cosas grandes, con la belleza que nos rodea. Por eso Dios creo el Universo perfecto, para que lo disfrutáramos y progresáramos rodeados de armonía. Así la humanidad tendría mas paz, sosiego y capacidad creativa dentro de una belleza y perfección.
El vandalismo, en cualquiera de sus manifestaciones rebaja al ser humano y la destrucción de una Obra de arte es también un crimen.
Para hacer algo propongo seguir trabajando con entusiasmo para demostrar que no estamos dispuestos a dejarnos quitar la belleza. Aunque es competencia de las autoridades públicas el mantenimiento del Patrimonio Artístico Urbano sabemos que las actuales competencias no están dispuestas a mantenerlas, mucho menos crear nuevos espacios.
Promover iniciativas privadas , comenzando con lo pequeño para el mantenimiento de una zona publica urbana importante, así se demuestra que si se puede quizás por vergüenza o mejor para ganar votos sigan el ejemplo…………………..?
Me preocupa la invasión desmesurada de las VALLAS PUBLICITARIAS por toda la ciudad . Además del peligro por accidentes que implican las Vallas Publicitarias ( mundialmente comprobado y prohibidas ) Caracas se ve inundadas de ellas, nada artísticas y de muy dudoso recreación visual.
Porque las compañías publicitarias no promueven rescatar espacios urbanos UTILIZANDO ARTISTAS Y OBRAS DE ARTE y así de una manera u otra promocionar en positivo?
En realidad esto es un problema de mentalidad y educación. Hay que reafirmar los valores del respeto, la ecología que es el valor que nos hace considerar y actuar en favor de la protección del medio ambiente, sensibilidad, patriotismo, compromiso, responsabilidad y tantos mas .
Paciencia y con optimismo cada uno haciendo lo que le corresponde. Estoy convencida que llegaremos a tener un país del cual todos estaremos orgullosos .
Isabel Carlota Martinez
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La causa primordial del deterioro de nuestro patrimonio artístico urbano es la proliferación del vandalismo, la avidez de destrucción de nuestra historia pasada y la inseguridad que reina en el país. Esto agravado por la apatía, falta de criterio e incompetencia de los organismos responsables no sólo de resguardar el patrimonio público sino de aplicar las leyes.
Estamos ante una situación donde todo lo que no se corresponda con el pensamiento ideológico de este régimen debe ser destruido. Anteriormente todos los venezolanos disfrutábamos y compartíamos nuestro interés por las artes y la cultura en sitios públicos, indistintamente de la clase social, credo, raza o afiliación política.
Este es un problema profundo que requiere soluciones estructurales de largo plazo, sin embargo debemos activarnos para no permanecer indiferentes ante la perdida de nuestros principios fundamentales, comprometiéndonos y educando los valores, comunicando, difundiendo la importancia de proteger estos activos de los venezolanos y de la humanidad, con énfasis en niños, jóvenes y adolescentes que son las generaciones futuras y mas afectadas por la pérdida de nuestro patrimonio cultural. Nuestra indiferencia nos hace cómplices.
Adicionalmente la creación y/o consolidación de ONGS cuya misión y visión esté orientada a la defensa de nuestro patrimonio artístico urbano, su protección, mantenimiento y conservación, la captación de voluntarios para trabajar en el logro de este objetivo.
Fanny Guédez
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