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Peleando junto a los muertos

(%=Image(3751022,»L»)%)Escuchar la voz de Louis Armstrong junto al saxo de Kenny G en “It’s A Wonderful World” fue para muchos un sacrilegio. Pero este disco, donde el también difunto Charles Mingus se une en dos temas a la Mingus Big Band de hoy, puede contribuir a la reivindicación del pavoso género de los dúos con muertos.

“It Was A Lonely Day In Selma, Alabama” da inicio al CD con unas palabras que dijo Mingus en un concierto de 1965, para recordar una manifestación por el derecho a votar que fue reprimida por la policía, e incluye breves intervenciones del recientemente desaparecido pianista Jaki Byard y otros miembros de la banda que lo acompañaba entonces. Inmediatamente después, la voz del santo patrón de la Big Band entona el poema con que comienza el célebre “Freedom”, tema que continúa luego a cargo de la orquesta y termina con unas pocas notas de Byard en el piano y otras de Mingus en el bajo.

Si bien la presencia física del líder llega hasta allí, su espíritu combativo está presente a todo lo largo del disco, con la “Haitian Fight Song”, compuesta en homenaje a Toussant l’Overture y a todos los luchadores negros de América; “Don’t Let It Happen Here”, que nos advierte acerca del peligro de ser indiferentes ante el auge de los nazis -o neonazis, como en Austria-; “Oh Lord, Don’t Let Them Drop That Atomic Bomb On Me”, cuyo título es suficientemente explícito, y el gran clásico “Meditations (For a Pair of Wire Cutters)”, dedicado a los presos por defender los derechos civiles durante los años sesenta en el sur de Estados Unidos, a quienes presuntamente encerraban en campamentos rodeados por alambres electrificados. Y entre las lacrimógenas y los estallidos de las molotov se cuelan otros tres temas: “Goodbye Pork Pie Hat”, compuesta con motivo de la muerte del legendario saxofonista Lester Young; “Pussycat Dues” y “Little Royal Suite”.

El trabajo de Charles Mingus (1922-1979) se caracterizó por lograr que el jazz alcanzara un nivel de elaboración similar al de la música académica, pero conservando los vínculos con la tradición popular y la libertad que la improvisación brinda a los solistas. El resultado de todo esto bien puede apreciarse en The Complete Town Hall Concert (Blue Note, 1994) y en el monumental Epitaph (Columbia, 1990), cuya grabación fue hecha a partir de partituras reconstruidas por el alemán Gunther Shuller, quien fue gran amigo de Minguso y es una de las figuras más importantes en el desarrollo de la llamada “tercera corriente”, la cual propugnaba un encuentro mutuamente enriquecedor entre el jazz y la música “clásica”.

En el repertorio discográfico de la Mingus Big Band, que se dedica a preservar el legado de Mingus, destaca también Live In Time (Dreyfus Jazz, 1996), grabado en el Time Café de Fez, en la ciudad de Nueva York.

Blues & Politics (Mingus Big Band), Dreyfus Jazz, 1999
Pablo Gamba [email protected]

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