Ricardo Peña Album de familia en el Centro de la Fotografía

“Album de familia” es la segunda exposición que se monta este año en los espacios expositivos de la Fundación “Centro Nacional de la Fotografía de Venezuela”.

Con ella se la hace honor al fotógrafo Ricardo Peña, quien acaba de ganar el Tercer Premio en la 5ta Bienal de Fotografía del Municipio Girardot Estado Aragua, el cual consiste en una exposición individual en la Sede del Centro Nacional de Fotografía.

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Hay que destacar en el trabajo fotográfico de Ricardo Peña no solamente su alta calidad estética, sino también un magistral manejo de la técnica de laboratorio, la que además retoma procedimientos y técnicas utilizadas a partir de los años 60 del siglo XVIII.

Este hecho merece ser destacado puesto que en la actualidad pareciera que la fotografía digital estuviera a punto de enterrar a la analógica, y siendo una de las funciones del Centro Nacional de la Fotografía de Venezuela, preservar y divulgar el conocimiento de la fotografía, esta exposición se convierte en sí misma en una cátedra abierta sobre técnicas y procedimientos de laboratorio.

Pero tiene además el mérito de dar a conocer un nuevo valor de la fotografía venezolana, lo que es también unos de los fines del Centro Nacional de la Fotografía de Venezuela.

RICARDO PEÑA, nace en 1977 en Caracas, Venezuela. Estudia Letras en la Universidad Católica Andrés Bello. Sin llegar a culminar sus estudios, atraído por la fotografía a través de su hermano Luis Peña, comienza estudios en la escuela de fotografía de Roberto Mata, para luego partir hacia Estados Unidos, estudiando dos años en Rockport College y The Maine Photographic Workshops y luego dos años más en The Art Institute of Boston, obteniendo en el año 2004 el título de Bachiller en Bellas Artes mención Fotografía. Hoy día trabaja en el campo de la fotografía comercial y en la docencia, volviendo a sus raíces al pertenecer al plantel de profesores de la Escuela de Roberto Mata en Caracas. Recientemente ganó el premio Centro Nacional de Fotografía en la 5ta Bienal de Fotografía del Municipio Girardot Estado Aragua, lo que da pie para esta exposición individual. Su trabajo personal se centra en la observación fotográfica de su espacio íntimo, su familia inmediata y amigos cercanos, prestando particular atención al cuidado de la técnica en blanco y negro y en el proceso alternativo del siglo XIX de sales de Paladio y Platino.

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Una mirada intimista

Quién duda que la fotografía no sea esencialmente una cuestión de VER.

Mejor dicho, de saber ver, de ver aquello que los demás no ven. De ver cosas que están al alcance de la vista de cualquier persona, pero que parecieran no captar su atención, pero que al ser vistas por el fotógrafo estallan entonces ante sus ojos y se descubren esenciales, hermosas, sobrecogedoras, o simplemente… dignas de ser vistas.

Y esas cosas esenciales, hermosas, sobrecogedoras, o simplemente… dignas de ser vistas son las que Ricardo Peña está mostrando en estas imágenes que ha agrupado en la colección “Álbum de familia”.

Y ellas son aún más esenciales, puesto que tienen la virtud de descubrirnos la intimidad del fotógrafo, una intimidad que son pocas las personas que se atreven a mostrar.

¡Hagámonos pues cómplices!, y penetremos en ese mundo íntimo que se nos muestra, plagado además de cosas esenciales, hermosas, sobrecogedoras, o simplemente… dignas de ser vistas.

Juan Vicente Gómez Gómez
Caracas 05 de abril de 2005.

Exposición Album de Familia fotografías de Ricardo Peña
EL PROCESO FOTOGRÁFICO DE COPIADO EN PLATINO Y PALADIO

Este es un proceso alternativo de fotografía que utiliza sales de platino y paladio en combinación con oxalatos de hierro para emulsionar un papel de acuarela. La técnica como se emulsiona y se copia es artesanal, bajo direcciones que tienen sus inicios en el siglo XIX.

Los primeros experimentos documentados con clorodio de platino fueron hechos en 1830 por Ferdinand Gehlen, pero al igual que todos los experimentos de esa época, nunca pudo fijar una imágen y solo quedan los documentos de sus curiosidades. Al mismo tiempo Johann Wolfgang Dobereiner observó la descomposición de los oxalatos de hierro al ser expuestos a la luz ultravioleta, aunque tampoco pudo fijar una imágen. En 1831 el científico ingles Sir John Herschel, a quien la fotografía debe gran parte de sus descubrimientos iniciales, observó que las sales de platino en union con ácidos hidroclóricos y nítricos mezclados en solución con hidróxido de calcio producían un precipitado al ser expuestos a la luz solar. Luego en 1840, Robert Hunt, logró una imágen a base de clorodio de platino con cianato de potasio expuestas a la luz con un tratamiento posterior en sales de mercurio. Desgraciadamente la imágen no duraba mucho tiempo y desaparecia sin rastro en el papel. Todos ellos fueron los precursores del proceso.

En 1859 C.J. Burnett hizo una adaptación de todos estos experimentos anteriores usando cloroplatinato de sodio y logró las primeras imágenes que fueron mostradas al público aunque todavía sin lograr mucha estabilidad química en las copias. Finalmente es en 1870 cuando William Willis logra una reducción exitosa de las sales de hierro, luego de la exposición en luz ultravioleta, usando como revelador oxalato de potasio y dejándolo con una imágen estable de platino metálico. Este es el proceso que utilizamos hasta hoy día con algunas pocas modificaciones.

El proceso de platino y paladio fue sumamente popular a finales del siglo XIX y principios del XX, usado ampliamente por los seguidores del movimiento fotográfico del Pictorialismo. Destacándose para mis intereses la serie de retratos que Alfred Stieglitz hizo de su mujer Georgia O´keefe. Retratos que abren el capítulo en la historia de la fotografía de la “esposa modelo”.

La técnica que practico hoy día es muy similar a la del siglo XIX. Utilizo los siguientes químicos: oxalato de hierro 1 (sensibilizador), oxalato de hierro 2 (control de contraste), clorodio de paladio, chlorodio de platino y clorodio de oro en 1%. Los mezclo según una fórmula establecida y los aplico con una brocha hake a un papel de acuarela previamente salado y humedecido. Luego dejo que el papel se seque en total oscuridad durante unos diez minutos. Coloco el negativo directamente sobre el papel en un copiador de contacto y los expongo en una caja de luz ultravioleta por tiempos que van desde tres minutos y medio hasta dos horas y media dependiendo del negativo. Al finalizar esta parte revelo en oxalato de potasio, lavo en un baño de agua corriente y prosigo a limpiar en tres baños de ácido muriático para luego lavar durante una hora en agua corriente. Por último guindo la copia y dejo secar por unas cuantas horas. Este paso es muy importante ya que la copia gana densidad durante el secado en por lo menos 20%, si la exposición no fue correcta sufrirá una pérdida en los detalles de negro y si no es el efecto deseado a empezar de nuevo. En muchos casos una copia tarda varios días en ser finalizada.

El arduo trabajo que significa copiar en platino y paladio, la gran escala tonal, el tono cálido y la suavidad de las imagenes son para mi algunos de los elementos más importantes que forman parte del discurso y que me ayudan a comunicar un tema que explora en la intimidad de mis seres mas queridos expuestos al ojo del escrutinio público.

Finalizo con una palabra de agradecimiento a Christopher James (Un Vrai Punk!) por ayudarme con mis esfuerzos testarudos en conocer este proceso y por su gran compromiso con los Procesos Alternativos de Fotografía ayudando a que estos conocimientos y técnicas no se pierdan en favor de nuevos descubrimientos, que no son ni mejores ni peores, son simplemente distintos y se deben agregar a una paleta ya existente, no sustituirla.

Por ultimo a Adriana y a mis hijos, que han soportado con estoica paciencia horas de posar frente a la camaras 4×5, 8×10 y 11×14 que apunto sin compasión a nuestras humanidades.