Rolando Peña en el Museo Vial de Margarita

(%=Image(1443087,»L»)%) Una torre diagonal de barriles de petróleo se alzará en la nueva etapa del Museo Vial de la Isla de Margarita, en el marco de las actividades por la celebración del Bicentenario que prepara la Gobernación del estado Nueva Esparta. (CNP 4.762) Rolando Peña es uno de los artistas que estará sembrando su obra en la nueva etapa del Museo Vial de la isla de Margarita, que adelanta la Gobernación del estado Nueva Esparta, a través del Iacene, en el marco de la celebración del Bicentenario de la Independencia. Una vez más, Peña toma el espacio urbano, “La Gran Diagonal”, una pieza de 12 metros, hecha con barriles de petróleo pintados de dorado se levantará en la avenida Fucho Tovar, sobre una base negra de granito. Rolando Peña, es uno de esos artistas venezolanos que ha logrado trascender las fronteras, es un creador de ideas, de conceptos, por encima del mero objeto de arte. Inquieto, irreverente, su obra trasciende y toma espacios urbanos, siempre un poco más adelante, a la vanguardia. Fue un niño precoz, que pasaba horas dibujando con creyones prismacolor y armando mecanos, que hoy lleva a grandes escalas con barriles de petróleo. El haber comenzado como bailarín y actor, amplía más su abanico de expresión, investiga, intuye, se expresa sin límites. De sus inicios cuando estudiaba en el Liceo Andrés Bello, cuenta una anécdota: “En una oportunidad hicieron un concurso de pintura y yo lleve como obra de arte, la tapa de una poceta, pegada en una madera y pintada con spray plateado…se armó un escándalo y casi me botaron del liceo”. “En esos días se inauguró una exposición del escultor colombiano Edgar Negret y yo lo invité a ver mi trabajo, tenía varias tapas de pocetas pintadas de negro, dorado y otros colores, era mi época de las pocetas, todavía no habían llegado los barriles -comenta entre risas- Me recomendó viajar a Nueva York y me ofreció su apoyo, entonces aprovechando la invitación para hacer un curso con Martha Graham, me fui” Pionero del arte del performance y el happening en Venezuela, realiza espectáculos plásticos multimedia que integran, danza, cine y teatro. En 1965, junto a José Ignacio Cabrujas, funda “La pequeña compañía teatro-danza” y en 1972 “El Taller integral de danza” en el Ateneo de Caracas. En esa época vivía en el Conde, allí en el garaje de su casa nació el grupo del “Techo de la Ballena”, movimiento vanguardista con elementos de humor, crítica, literatura, poesía, fotografía, enmarcada en una protesta social y política, que contó con personajes de la talla de: Carlos Contramaestre, Juan Calzadilla, Caupolicán Ovalles, Edmundo Aray, Salvador Garmendia, Adriano González León y Perán Erminy, entre otros. “Tuve que convencer a mi mamá que eran tipos serios para que aceptara”, acota. Más tarde, Peña decide instalarse en Nueva York y tiene la oportunidad de bailar con Martha Graham, Alwin Nicolais y Merce Cunningham, además de trabajar con Allen Ginsberg, Timothy Leary y Andy Warhol, quien lo bautizó como El Principe Negro. A mediados de los 70, el petróleo comienza a rondar su cabeza, “Yo iba al lago de Maracaibo y me parecían alucinantes esos balancines y esas torres. Era una imagen que tenía en el subconsciente. A comienzos de 1980 hago mi primera pieza del petróleo que fue una torre de bronce de 4 metros, expuesta en el Museo de Arte Alternativo de Nueva York. Yo consideraba que las torres del petróleo igual que la cruz y la esvástica eran símbolos y signos muy importantes, porque tenían mucha fuerza”. Desde entonces Peña ha explorado el petróleo y todas sus posibilidades de expresión. “Lo han llamado excremento del diablo y también oro negro, pero pienso que el artista puede transformar cualquier elemento por más impuro que sea en algo positivo, ese es nuestro rol. Soy un artista comprometido con mi sociedad sin ser político”. En su más reciente trabajo asume ese compromiso con un proyecto didáctico que tiene mucho que ver con la realidad que vivimos en el planeta por el cambio climático “Hagamos el Petróleo Verde” es un llamado sobre el recalentamiento global y cuenta con la colaboración de Al Gore, Juan Carlos Sánchez, miembro del Panel de Expertos en Cambio Climático de Naciones Unidas y Claudio Mendoza, físico del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas, además de una Beca otorgada por la Fundación Guggenheim.