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‘Rounday Garden Scene’, 129 años de la película más antigua del mundo

Para hacer historia hay que atreverse. Así de simple. Lo que somos hoy en día se debe, en parte, a varios hombres que no se conformaron con lo que conocían en su momento y decidieron marcar un hito. Uno de ellos fue el francés Louis Le Prince, quien se adelantó por años a varios personajes ilustres del cine, como Thomas Edison (inventor del kinetoscopio, en 1891) o los hermanos Lumiére (cinematógrafo, 1895). ¿La razón? Este europeo fue quien filmó la primera película de la historia: Rounday Garden Scene (La escena del jardín de Rounday, en español).

Esta corta cinta se filmó el 14 de octubre de 1888 en la casa de los suegros de Le Prince, en Leeds (Inglaterra). En la escena aparecen Adolphe (hijo de Le Prince), Sarah y Joseph Whitley (suegros de Le Prince) y Harriet Hartley (amiga de la familia).

Todos ellos giran durante 1,66 segundos, quizás en un intento de que el invento pudiera capturar sus movimientos. Curiosamente, 10 días después falleció Sarah.

Un creativo con un catastrófico final

Le Prince nació en 1842 en la ciudad gala de Metz. Fue criado por Louis Jacques Mandé Daguerre, amigo de su padre, de quien aprendió mucho sobre la fotografía y la química. Años más tarde estudió pintura en París y realizó un postgrado en química en la Universidad de Leipzig.

Luego de casarse con Elizabeth Whitley, viajó a Estados Unidos para desarrollar sus estudios relacionados con la creación de fotografías en movimiento. A su regreso a Inglaterra y tras una primera patente de una cámara con dieciséis lentes que captaba el movimiento pero desde un punto de vista diferente, construyó un nuevo lente de cámara que finalmente funcionaría. Dicha cámara le permitiría filmar La escena del jardín de Roundhay y posteriores cortometrajes, como El Puente de Leeds.

Pero la carrera de este inventor tuvo un trágico y misterioso final. Faltando semanas para su gira en Estados Unidos, en la que presentaría su cámara y la patentaría, Le Prince viajó a Dijon (Francia) para visitar a su hermano. Tras su estadía en dicha ciudad, el 16 de septiembre de 1890 tomó un tren rumbo a París… pero no llegó a su destino.

Cuando el tren retornó a la capital francesa, los familiares de Le Prince se percataron que él no estaba a bordo. Se realizó una breve investigación, y resultó que nadie lo había visto en el tren, salvo por su hermano. No se encontraron sus pertenencias y no hubo reportes de incidentes o ataques a bordo del tren; mucho menos se encontró un cadáver que pudiera confirmar su muerte. Nadie volvió a saber de Le Prince después de aquel día. Hay varias hipótesis que giran en torno a su muerte:

Algunos apuntaron que pudo tratarse de un suicidio, dado que Le Prince estaba pronto a caer en bancarrota. Sin embargo, según datos de la época, las finanzas del inventor eran saludables.

Otros opinaron que fue un asesinato, motivado a una guerra de patentes con Thomas Edison. Según la teoría, el norteamericano habría mandado a matarlo. Esto se basa en la frialdad con la que Edison eliminaba a sus competidores en la carrera de la cinematografía.

El hecho es que Le Prince fue declarado muerto en 1897 sin ninguna información que pudiera confirmar este hecho. Fue hasta 2003 cuando se encontró, entre los archivos de la policía de París, una fotografía de un cadáver que mantenía un gran parecido con el inventor que había muerto ahogado en 1890.

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