Teatro del Contrajuego: Último piso en Babilonia
Babel en una metáfora teatral
Ultimo piso en Babilonia es una sorprendente mezcla
de situaciones humorísticas y dramáticas que trata sobre la desesperada
necesidad que tienen las sociedades de la figura de los líderes, ya sean
religiosos, políticos, o de cualquier otro tipo.
Un delincuente, un mendigo, un empleado bancario, su esposa embarazada, una
prostituta, una bailarina de cabaret y su novia camionera coinciden en la azotea
de un edifico en ruinas con un misterioso personaje a quien le atribuyen la
autoría de un supuesto milagro. A partir de ese encuentro, cada personaje irá
relatando sus experiencias de vida, sus sufrimientos y esperanzas, exponiendo
sus rostros más patéticos con la ilusión de que el improvisado profeta les
conceda a cada uno de ellos un milagro que de sentido a sus existencias.
Mas, al final del relato, ninguno de los personajes, que representan una
versión distorsionada de las alegorías de los autos sacramentales, habrá
demostrado suficiente fe, prefiriendo la huida y el abandono del supuesto
"Mesías" antes que perecer con él, aplastados bajo los escombros a los
que pronto sería reducido el edificio.
Ultimo piso en Babilonia, escrita por Xiomara Moreno, quien la dirigiera
en 1992, se vale de varios estilos de diálogo para caracterizar sus personajes.
Muy conectada con la escritura sagrada, como afirma el crítico Diego Casasnovas,
"la obra reelabora su poder redentor y lo utiliza como referencia
representacional que va multiplicándose a través de una mezcla de voces y
personajes cuya característica central es su agrio tono confesional".
Así, en un tránsito que va de la parábola bíblica hasta el más soez lenguaje
hamponil, la versión que de este texto teatral realiza Orlando Arocha transforma
el espectáculo en una especie de encuentro beckettiano en un edificio ubicado en
una monstruosa ciudad, metafóricamente llamada Babilonia, cuyos personajes
hacen, sin pretenderlo, una parodia sociopolítica de la nación venezolana.
Ficha Técnica
Autora Xiomara Moreno
Compañía Teatro del Contrajuego
Intérpretes Fernando Then, Adriana Romero, Ricardo Nortier, Guillermo
Suárez, José Luis González, Norma Fernández, Julio Bouley, Luis Domingo
González, Manuel Fajardo
Vestuario Propuesta colectiva
Escenografía Jesús Barrios
Arreglos musicales Fernando Roa
Iluminación y efectos Ricardo Nortier
Asistente de producción Henderk Díaz
Elementos de utilería David Ladera
Asistencia de dirección Morella Alvarado y Juan José Martín
Producción general Teatro del Contrajuego
Dirección general Orlando Arocha
De la Autora
Xiomara Moreno, la autora del texto, es considerada una de las figuras más
destacadas de la dramaturgia venezolana de los últimos veinte años. Ha escrito
las piezas: Geranio, Manivela, Perlita blanca como sortija de señorita,
Gárgolas, Obituario, Arrecife y Hay que mantener siempre el fuego,
entre otras.
Del Director
Orlando Arocha ha sido responsable de la dirección escénica de espectáculos
musicales y óperas, con u repertorio que va desde Dido y Eneas, de
Purcell, hasta La Medium, de Menotti. Cursó estudios de postgrado de
teatro en la Universidad de la Sorbonne Nouvelle. Fundador y director
general del Teatro del Contrajuego, con el cual ha sido merecedor de importantes
premios y distinciones. Ha dirigido en Brasil, Portugal. Actualmente se
desempeña como docente de la Escuela de Artes de la Universidad Central de
Venezuela. Es director de Artes Escénicas del Ateneo de Caracas, donde ha
llevado a cabo el proyecto Opera Breve. Recientemente ha asumido la
Dirección Artística del Festival Internacional de Teatro de Caracas.
De la Compañía
Con 15 años de fundado, el Teatro del Contrajuego cuenta con un amplio
repertorio que incluye a los clásicos Moliere, Shakespeare, Goldoni, Calderón de
la Barca, Marivaux y Cervantes; a los contemporáneos Yukio Mishima, Emilio
Carballido, Terrence MacNally y a los venezolanos Aníbal Dominici, Andrés Eloy
Blanco y Xiomara Moreno, entre otros. Esta agrupación ha sido merecedora de los
premios Nacional del Artista, mejor actor (1999), Municipal de Teatro, Mejor
actriz de reparto (1999) y Premio María Teresa Castillo (1993), entre otros.
La crítica
"Una visión paródica sobre la necesidad de la fe y el
milagro divino es la que nos da el montaje dirigido por Orlando Arocha, mediante
una galería de freaks urbanos en los que se mezcla lo sórdido con lo
doméstico, lo sublime con lo bajo, lo femenino con lo masculino, en un sostenido
y burlesco tono sacro."
Diego Casasnovas. El Nacional. Noviembre 2001
"Arocha hizo una lectura novedosa del texto de la Moreno: le metió mano al
escrito y a las didascalias, al tiempo que transformaba el espectáculo en una
especie de encuentro beckettiano en un edificio que está a punto de ser demolido
y cuyos personajes hacen, sin pretenderlo, la parodia sociopolítica de la nación
venezolana."
Edgar Moreno Uribe. El Mundo. Noviembre 2001
