Tecnología

iPhone 7 Plus, será el smartphone del futuro

Apple ha planteado el nuevo iPhone para este año con una clara premisa: convertirse en el mejor iPhone que jamás han fabricado. Puede parecer un planteamiento de marketing, pero va mucho más allá: la competencia lleva años intentándolo y la compañía de Cupertino sigue siendo la referencia. No se trata de ir más rápido, sino de ver qué se puede hacer con esa velocidad extra. No es cuestión de mejorar la tecnología háptica, sino de integrarla dentro del uso diario. No es ser más que nadie, sino mejor que uno mismo.

El objetivo de crear el iPhone no era dar lugar una nueva familia de dispositivos, o el comienzo de una carrera de modelos a lo largo del tiempo. Steve Jobs quería presentar una idea, y quería que fuera una evolución constante. Era un concepto propio – incluso podría considerarse una apuesta personal – conseguir que todos llevásemos en el bolsillo un pequeño ordenador basado en la experiencia diferente que Apple tiene como distintivo. Era una combinación de muchas cosas, hardware y software, pero también de sensaciones, de aires de cambio y de pensar que las cosas se podían hacer de otra forma. Y mejor.

Evolucionar para ser mejor es más complicado de lo que parece. Lo sencillo es disfrazar este espíritu de mejora con características interesantes a primera vista, pero mal implementadas para el uso cotidiano. La idea de llamar la atención y de variar el concepto cada año, no entra en los planes de Apple. La sensación de que la compañía trabaja con una idea y la mejora cada año se acentúa en esta ocasión con el iPhone 7, un terminal que solamente podía construir Apple, y la única que puede permitirse lanzar algo que pesar de no ser llamativo, se convierta en el modelo a batir. Mejor que nunca.

Un diseño conocido puesto al día

Si nos fijamos en la competencia, prácticamente encontraremos de todo. Cualquier forma, tamaño y disposición está disponible en un amplio rango de marcas, pero para que Apple se embarque en una aventura así, todavía quedaba mucho por hacer. El diseño de referencia que estrenamos con el iPhone 6 se pone mínimamente al día con una nueva construcción Unibody que ahora incluye incluso el hueco de la cámara. Esto significa que se ha construido puliendo un mismo bloque de Aluminio de serie 7000, lo que da un aspecto consistente y compacto a este aspecto tan familiar que ya conocemos.

La nueva disposición de las antenas en este modelo – que no varía un ápice la cobertura respecto al modelo anterior – y las dos nuevas cámaras traseras cambian ligeramente el aspecto al que estamos acostumbrados. Los dos nuevos colores (negro brillante y negro mate) ayudan a darnos la sensación de estar ante algo nuevo, y es por lo que entendemos que Apple no ha querido cambiar un diseño cómodo, conocido y perfecto para continuar con el icono en el que ya se ha convertido el iPhone. Variarlo manteniendo la imagen frontal, sólo para hacerlo más delgado, tampoco tendría mucho sentido. Si la compañía quiere una renovación completa, habría que eliminar cosas del teléfono que hoy en día pueden seguir funcionando muy bien, por lo que hay que llevar este recipiente al límite como veremos. Esa es el concepto base de este iPhone 7.

El secreto mejor guardado del iPhone 7: el nuevo Taptic Engine

Con la llegada del iPhone en 2007, disfrutamos al fin de una interfaz multitáctil intuitiva, potente y rápida – mucho más avanzada que todo lo que existía en la época. Con ella, entramos en una nueva relación con la aplicaciones y es la interfaz de usuario que ha definido el devenir de la tecnología móvil en los últimos nueve años. Sin embargo, perdimos la posibilidad de «tocar» las teclas, los controles. Esa sensación de tacto se ha tratado de conseguir con métodos tan rudimentarios como teclados de plástico sobre la pantalla táctil, o en otras marcas, motores de vibración que reaccionan cuando pasamos el dedo por encima de algún control.

Todo esto queda atrás con uno de los secretos mejor guardados del iPhone 7: el nuevo Taptic Engine – que por cierto ocupa el lugar del eliminado puerto de auriculares. No es un motor de vibración al uso, ya que en esta nueva generación es mucho más preciso, con más grados de respuesta y muchísimo más personalizable por los desarrolladores – que ya tienen la interfaz de programación en su poder – por lo que la apuesta de Apple va muy en serio con este tema. Combinado con el 3D Touch, la pantalla táctil de vuelve reactiva, nos «toca» a nosotros y permite hacernos llegar percepciones completamente intuitivas.

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