Vida con estilo

Chaumet, Chanel y Piaget, el eterno viaje artístico de la Alta Joyería

La Federación de Alta Costura reservó el último día de las presentaciones de sus socios para las firmas de Alta Joyería como Chaumet, Chanel y Piaget, que continúan con un saber centenario que cuida los detalles interiores y exteriores de obras de arte al alcance de unos pocos afortunados.

La firma francesa Chaumet, una de las maisons más históricas de la Plaza Vendôme de París, donde se encuentran las casas joyeras más reconocidas, hizo de su colección invernal una fiesta, dedicada al mundo de la ópera y sus ciudades más representativas.

El Festival inglés de Glyndebourne, la Scala de Milán, el Metropolitan Opera de Nueva York y, por supuesto, la Ópera de Viena sirvieron de telón de fondo para esta línea dividida, según las ciudades, en distintas colecciones.

Para «Pastoral Inglesa«, inspirada en Inglaterra, la casa joyera reinterpretó el motivo del tartán que se entremezcla con flores salvajes que dan forma a grandes broches, collares transformables, pendientes, anillos y relojes, tallados en esmeraldas, zafiros, zafiros amarillos, rubíes y diamantes.

De los verdes campos del sur inglés a la «Aria passionata» milanesa, pintada en un intenso granate, color de la emoción y el ardor italiano: granates, rubíes y turmalinas sobre oro rosa en una serie de perlas hechas de estas piedras preciosas, para los collares y broches, y flores salvajes para anillos y pendientes.

La elegancia y modernidad neoyorquina simboliza la parte más fresca de la línea de diamantes sobre los que resaltan las gemas coloristas: zafiros amarillos, verdes, violetas, morganita y topacios imperiales que parecen cobrar movimiento en pendientes y anillos que imitan llamaradas de fuego.

Clásicos, fríos y luminosos son los diseños inspirados en Viena y en sus bellos valses que recuerdan la herencia del Imperio Austro-húngaro, en la creación más real de Chaumet.

Perlas y diamantes dan forma a collares transformables en broche, así como la única diadema de la colección, en líneas fluidas que parecen reproducir el movimiento de las bailarinas y de sus vestidos al moverse.

Motivos marineros de Chanel

Tradicionalmente, los artesanos que trabajan en joyería suelen inspirarse en las propias raíces de la marca, de la misma forma que harían en la Costura. Por esto, Chanel ha reinventado los motivos marineros en la colección «Flying Cloud«, el nombre del yate en el que Coco Chanel disfrutaba junto al duque de Westminster, su amante.

Él, Hugh Grosvenor, fue uno de los hombres más importantes en la vida artística y personal de Chanel, y su barco un símbolo de un modo de vida sinónimo de lujo y exclusividad.

Chanel reinterpreta así los nudos, cabos, las rayas de los jerséis marinero y los distintos colores del océano en una línea con reminiscencias de los años veinte, clásica y elegante, e incluso con algunos detalles vintage como un collar de perlas con reloj en diamantes y oro blanco.

Zafiro, lapislázuli, diamante y oro -blanco, pero también dorado y rosa- son los materiales preciosos elegidos para «Flying Cloud«.

En algunas piezas, el imaginario marino es evidente, como en «Barco precioso«, un collar de oro blanco de 18K con perlas japonesas, lapislázuli y brillantes en talla diamante, que forma un flotador salvavidas.

En otros es más sutil, por ejemplo en los pendientes «Aguas turquesas«, donde dos zafiros azules con diamantes se convierten en una serie de nudos en movimiento en tonos marinos.

Costas italianas

También Piaget, firma con base en Ginebra, presentó en exclusiva este jueves su colección en París, inspirada en la italiana costa amalfitana, que recupera no solo los colores del mar sino que sigue los colores del sol por esta tierra de volcanes bañada por la luz.

Con gemas excepcionales, como zafiros azules y diamantes amarillos, Piaget se mantiene fiel a sus inconfundibles y vivos tonos en joyas multicolor.

Sin embargo, destaca el trabajo de creación en la línea de alta relojería, en cuyas esferas se ha trabajado con materiales originales como el mosaico con cáscara de huevo y el pan de oro e incluso el bordado, en talla mini, para imitar los rayos del sol.

Los precios de estas obras van desde los 100.000 euros (113.442 dólares) hasta los cinco millones de euros (5,6 millones de dólares) y, en su mayoría, se trata de piezas únicas que, antes de ser mostradas, ya han sido incluso compradas.

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