Paco Rabanne, una exposición sobre el intérprete de los sueños
Hay nombres en la moda cuyo legado no deja de estar presente, es el caso del maestro Paco Rabanne, que con sus creaciones llenó de vanguardia las pasarelas, tanto que hoy siguen de plena actualidad; fue un «interprete de los sueños», que hacía viajar con sus diseños más allá de los límites de la Tierra.
Así define a Paco Rabanne (Guipúzcoa, España 1934) Eloy Martínez de la Pera, comisario de la exposición «Telva Tributo«, que se inauguró el jueves en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid.
Una «gran exposición» anual con la que la revista Telva sustituye a los tradicionales Premios T de Telva, vigentes desde 1991, y en la que se pretende dar a conocer el trabajo de «relevantes» creadores.
«En los 60, cuando el hombre miraba al espacio, todo lo que suponía salir de la cota terrestre era un elemento inspirador, lo fue en la moda y en la cultura», explica Martínez de la Pera. Un momento en el que no se ponían límites a la creatividad y en los que Rabanne empezó a trabajar con productos surgidos de la «postrevolución industrial como acetatos y aluminios».
Moda, «un momento de la civilización»
El comisario comenta que el «futurismo» estaba ya presente. «Soñar con lo que puede haber más allá era un sentimiento que la sociedad estaba viviendo y Rabanne fue un intérprete de esos sueños», apunta. No en vano, el diseñador español aseveró en una ocasión que la moda era «un momento de la civilización».
Eloy Martínez de la Pera señala que el hecho de que Rabanne fuera estudiante de arquitectura marcó «enormemente» su creatividad. Considera que su legado queda a salvo con Julien Dossena, el actual director creativo de la firma Paco Rabanne, del Grupo Puig.
«Ha sabido encontrar el ADN y la inspiración» para crear colecciones que cautivan a las nuevas generaciones que han encontrado en él «a un nuevo Paco Rabanne que revitaliza sin perder la esencia de la marca».
Hasta el 25 de junio, se podrán contemplar 25 creaciones en un juego de yuxtaposiciones de propuestas de otras décadas que comparten espacio con los nuevos diseños de Dossena, mostrando así la visión progresista de Rabanne, una excelente manera de contemplar la evolución en las formas «que a día de hoy siguen siendo absolutamente vanguardistas», advierte Martínez de la Pera.
«Nos damos de bruces con momentos únicos de la alta costura del XX», dice el comisario, quien asegura que Rabanne se adelantó «de una manera expresiva a lo que el futuro nos fue dando» y añade que la muestra es una oportunidad para conocer «cómo hemos sido como sociedad y cómo hemos hecho de la moda un elemento de la cultura».
Concepto de mujer fuerte
Por primera vez se pueden contemplar piezas emblemáticas que se hallan en el imaginario colectivo de la moda, como el vestido de placas de aluminio que lució la modelo y actriz Françoise Hardy, tampoco nadie puede olvidar el vestido de malla que Jane Birkin se enfundó en los 70, un estilismo con el que se fotografió con un traje idéntico junto a su pareja, el actor Serge Gainsbourg.
Jane Fonda en «Barbarella» (1968) y Audrey Herpburn en «Dos en la carretera» (1967) supieron cómo sacar el máximo partido a los diseños de un hombre polifacético que también se dedicó a la pintura y la escultura y publicó varios libros.
Martínez de la Pera subraya que el guipuzcoano retomó el concepto de mujer de Mariano Fortuny, con diseños dirigidos a mujeres de «fuerte personalidad, con capacidad de no tener límites a su presencia social. Muy creativas», indica.
Considera que las millenials que hoy lucen un Rabanne tienen las mismas características «fuerte personalidad y talento para presentarse con piezas que saben que las hacen diferentes» y no las identifican con ninguna tribu urbana.
«Cuando llevas un Rabanne no eres de nadie. Eres de Rabanne y de ti misma», concluye Martínez de la Pera.