Río de Janeiro, la ciudad de los cariocas

Río de Janeiro es la segunda ciudad más poblada del Brasil y si bien dejó de ser su capital cuando el presidente Juscelino Kubitstcheck decidió mudarla a Brasilia –hecho ocurrido en 1960–, sigue siendo la ciudad más visitada.

Es difícil imaginar un lugar en el mundo más bello que la bahía de Guanabara, sobre la cual se desarrolló la ciudad imperial.

Esta urbe se caracteriza por su alegría, no solo en sus famosos carnavales sino en el ambiente festivo que transmiten sus playas de Copacabana, Ipanema, Arpoador, Leblon Botafogo y la famosa y extensa, Barra de Tijuca.

Pero no se está en Rio si no se va alguna vez al estadio de futbol de Maracaná.

O a escuchar los mejores espectáculos en vivo en el famoso Canecao

Además de estos placeres visuales y auditivos, la localidad ofrece mucho en museos, salas de conciertos y paseos diversos, entre los cuales destacan:

• El Museo de la República

• Museo Nacional de Bellas Artes

• El antiguo palacio de Itamaraty, que fue la sede de la diplomacia brasileña

Pero algo que requiere el paseo es el Corcovado, la estatua del Cristo Redentor que tiene 38 metros de altura sobre un pedestal de 8 metros y que domina la ciudad. Es considerada como la estatua art deco más grande del mundo y una de las nuevas maravillas, junto a Machu Picchu, el Coliseo de Roma, el Taj Mahal, Chichén Itza, la gran muralla China y Petra.

Si tiene la oportunidad de estar en Río durante los carnavales, se llevará un recuerdo imborrable de una ciudad que virtualmente enloquece durante tres días que en verdad son la culminación de un año de preparación de las distintas escuelas de samba de las favelas.

Hay muchos y diversos restaurantes, aunque no se encontrará una comida típica como la de bahía pero sí algunos lugares para comer una feijoada, siempre que no sea en la época de mayor calor ya, que es un plato tan pesado como una fabada asturiana. Los mejores restaurantes están en los barrios de Ipanema y Leblon; uno bastante conocido es el Garota de Ipanema, pues ahí Jobim y Vinicius compusieron la famosa canción que lleva el título del restaurante.

En cuanto a hoteles se refiere, las opciones son muchas, pero si quiere ir a un lugar excepcional, sin dudas, el Copacabana Palace será su elección.