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Yo Soy. Sagrado río de gente propuesta de Monica Chalbaud

A través de sus piezas de cerámica y fotografías, con el apoyo de objetos tradicionales de los pueblos Yanomami y Yecuana, la reconocida artista expone Yo Soy. Sagrado río de gente, una propuesta plástica que muestra el cauce de un río cultural con el que incita al público a reflexionar sobre el mestizaje y la integración

Mónica Chalbaud grabó en sus más recientes piezas de cerámica -a las que denomina “piedras-corazón” y “semillas-corazón”- las palabras tierra, amigo, libertad, hermanos, sueños y raíces; y frases que le han impresionado, como aquella pronunciada por el pueblo de Chiapas: Ya no eres tú, ahora eres nosotros. Este es apenas el asomo de una gran reflexión que recoge la exposición Yo Soy. Sagrado río de gente, que será inaugurada el próximo sábado 22 de abril a las 11:00 a.m. en la Sala de Arte Cadafe, espacio alterno del Museo de Arte Contemporáneo, ubicada en el Edificio Cadafe, Av. Sanz de la Urb. El Marqués (media cuadra detrás del Centro Comercial El Marqués).

La muestra es concebida por el Ministerio de la Cultura, el Instituto de las Artes de la Imagen y el Espacio, y la Fundación Museos Nacionales, a través del Museo de Arte Contemporáneo, y cuenta con la curaduría de Luis Duarte. Durante su visita, el público encontrará un cauce poderoso en el que la corriente es una energía que mueve curiaras (canoas yecuanas), japocas (objeto utilitario yanomami) y piezas de cerámica. En las paredes, como en resguardo del río, se podrán apreciar fotografías tomadas por la artista que hacen referencia a figuras míticas.

“El río va murmurando Yo Soy“, explica la artista. “Toda la vida he adorado los ríos, he presentado muchas instalaciones sobre ellos. Mis ríos van diciendo “cuidado estamos desbaratando la Orinoquia, estamos desbaratando la Amazonia para que tres personas recojan pepitas de oro”. A mí me gusta que algo quede dicho en mi trabajo, incitar a la gente a reflexionar. La frase Yo Soy, no significa soy la artista; sino yo soy el indio; mi exposición es un homenaje a ese pueblo que desde antes de Colón tenía conciencia de ser el que hace, el que construye, el que es”.

Dos afluentes que se unen, forman este río que va al sur. Un torrente formado por diez curiaras construidas por un hombre yecuana, siete japocas modeladas por Mónica Chalbaud, y piezas de cerámica con inscripciones, las “piedras-corazón” y “semillas-corazón”, piezas de diferentes colores pintadas con óxidos y esmaltes que llevan signos usados por las etnias venezolanas, y frases que la artista ha escuchado o leído.

“Mis japocas –explica Mónica Chalbaud- formaban en un principio una instalación, pero decidí unirlas al río. Son piezas inspiradas en las vasijas que hacen las mujeres yanomami, aunque ahora usan más las ollas de aluminio que consiguen con el trueque. Para modelarlas siguen un ritual: consiguen una fuente de arcilla, como son nómadas siempre hay que buscar una nueva, le ponen polvo de cuarzo a la tierra y la amasan. Luego queman las piezas en maderas especiales, y sólo las usan para preparar la comida. Cuando el pueblo se desplaza, un hombre sin armas es encargado de llevarlas”.

“Las fotos –continúa- las tomé en Kavak, durante un viaje que hice en 1992. Pasamos por encima del Auyantepuy, tan lleno de colores, seguimos la marcha de los pemones, hay zonas donde uno no ve el cielo, solo acantilados y muchas cataratas. Luego en mi casa experimenté con el efecto espejo y me di cuenta que aparecían dioses, figuras que cada persona ve de diferentes formas, como un juego mágico, uno puede estar horas mirando lo que aparece”.

La artista reflexiona: “Aquí la gente quiere ser blanca… de toda blanqueza… Blanqueados… ¿Qué es ser indio? ¿Cómo hacer un censo de cuántos venezolanos son mestizos? ¿Cuántos saben que son mestizos? Y de qué etnia provienen…? Blanqueamiento. En español… blanquea-miento… Y es la muchacha que te dice: ¡Mi niña es linda! ¡Es blanca por su papá! Son siglos de desprecio generado por el complejo de culpa… por las muertes, por la exclusión.

En el catálogo que acompaña la muestra, Luis Duarte escribe un texto titulado “El otro lado para el encuentro”, en el que concluye: “El río que nos muestra Mónica Chalbaud es una corriente simbólica que nos manifiesta como sociedad y como cultura mestiza. Está cargado de corazones y de pensamiento, de emoción y de anécdotas que construyen un mundo posible desde la actualidad. En su obra se relaciona lo ancestral con lo contemporáneo como parte de un mismo cosmos. Así llega desde su recorrido por los senderos que se bifurcan en la selva, en la vida y en las corrientes de ideología que al final llegan todas al mismo mar”.

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