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Centro Cultural “La Pizarra”: La Constituyente contraviene la progresividad de derechos ciudadanos

 La Constitución es la ley fundamental de un Estado que define el régimen básico de los derechos y libertades de los ciudadanos, y los poderes e instituciones de la organización política. Su importancia radica en que, a través de ella se puede garantizar, al mismo tiempo, dos principios universales para la convivencia en una sociedad moderna: regular el poder y otorgar libertades individuales.

Estas y otras precisiones son abordadas durante las jornadas semanales que se llevan a cabo en el Centro Cultural “La Pizarra” en el municipio Sucre, por parte de “Quiero un País”, iniciativa ciudadana que busca un consenso sobre temas de interés, a partir de la consulta ciudadana, para diseñar la estructura social, económica y jurídica de Venezuela, para los próximos años.

En estos encuentros, Ysrrael Camero, profesor universitario, expone la importancia de la Carta Magna, ante cientos de dirigentes populares de las barriadas que conforman el populoso sector de Petare, quienes tienen la misión de explicar a sus comunidades, el rol que cada ciudadano debe tener en la construcción de un país, en el que los derechos colectivos e individuales y la igualdad de todos ante la ley estén plenamente garantizados.

Camero destaca que cambiar la Constitución va mucho más allá de sustituir un libro por otro. Se trata de establecer el marco jurídico que determinará cuáles derechos están garantizados, así como los límites al poder de los gobernantes. Ambos elementos tienen un impacto enorme en la vida de cada uno de los ciudadanos.

Peligros de una Constituyente sin consulta

En el caso venezolano, hemos tenido 26 constituciones a lo largo de  nuestra vida republicana, desde la de 1811 hasta la vigente de 1999. En términos generales, nuestras Constituciones han surgido, casi todas, de golpes de Estado, guerras civiles o intentos continuistas de los gobernantes de cada época; y han servido para legalizar el nuevo orden o para perpetuar al caudillo de turno, explicó Camero.

La Constitución de 1999, representa una notable excepción ya que es la única que, en nuestro país, ha sido aprobada mediante referéndum popular. Lo importante de esto es que, con ella, se sentó un precedente importante: se otorga y reconoce el poder de los ciudadanos a decidir la conformación del Estado. Dicho de otra manera, esta Constitución nació de la voluntad popular y fue ratificada por ella.

Hablan los protagonistas

Yelitza Rodríguez Guaicoco, dirigente comunal de Barrio Unión y habitante del sector Carpintero de Petare, participó en este taller, el cual calificó de excelente. Un punto importante para ella es que, mientras en el proceso constituyente de 1999  fue el pueblo el que decidió si quería o no una nueva Carta Magna, es esta oportunidad la iniciativa y la decisión quedaría en manos del Ejecutivo. “Cuando tú no nos permites a nosotros como ciudadanos decir si queremos o no un cambio, algo anda mal. ¿Si en el 99  me consultaron, por qué ahora no?

Para Jhonathan Martinez,  dirigente de la zona de Petare Norte, el encuentro fue muy dinámico y educativo. Expresó su preocupación por el hecho de que “ahora el Gobierno trata de imponer a unos constituyentes y con ello una nueva Constitución. De aprobarse este cambio, corremos el riesgo de perder muchos de nuestros derechos”.

La consulta es indispensable

Independientemente de su contenido, aprobar una nueva Constitución o una reforma a nuestra Carta Magna, sin la debida consulta  a los ciudadanos, constituye un evidente retroceso a nuestros derechos, lo cual contraviene el principio fundamental de la progresividad, que establece que éstos deben ser más amplios con el paso del tiempo, nunca menores de lo que eran anteriormente, subrayó Ysrrael Camero al concluir su exposición.

Acerca de Quiero un País

“Quiero un país” es una iniciativa ciudadana y plural, basada en la consulta popular acerca de los principales temas de interés para la población y para la organización del Estado y la sociedad, con el propósito de elaborar y presentar un documento que sirva de base para el diseño y la construcción de una sociedad pacífica, segura, próspera, libre y dónde la opinión de todos sea debidamente consultada, atendida y respetada, explicó el vocero.

El desarrollo de esta iniciativa ciudadana ha contado con el apoyo institucional de la Asamblea Nacional, en cuyo seno se han realizado varias jornadas de una consulta nacional, plural e inclusiva, con miras a profundizar en los grandes consensos que unen, en su diversidad, a la nación venezolana.

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